Comunicación, campo(s), teorías y problemas. Una perspectiva internacional

 

 

Título del Capítulo «La teoría de la comunicología: el método de la fenomenología semiótica»

Autoría: Richard L. Lanigan

Cómo citar este Capítulo: Lanigan, R.L. (2016): «La teoría de la comunicología: el método de la fenomenología semiótica». En Vizer, E.; Vidales, C., Comunicación, campo(s), teorías y problemas. Una perspectiva internacional. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.

ISBN: 978-84-15544-57-9

d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c8.emcs.17.ei13

 

 

8. La teoría de la comunicología: el método de la fenomenología semiótica1

 

Richard L. Lanigan

 

Traducción de Carlos Vidales

 

 

 

La comunicología es el estudio del discurso humano en todas sus formas corporeizadas que van desde el habla y el lenguaje hasta los gestos y los signos. Es una ciencia humana que incluye varias formas de mediación semiótica, comenzando con la experiencia consciente del cuerpo humano y terminando con las varias formas de extensión generadas por la tecnología, como es el caso de los teléfonos celulares, la radio, la televisión y el cine. En este contexto comunicológico, la fenomenología es un punto de vista asociado con el acercamiento de la Geistswissenschaft para el estudio de la experiencia humana consciente, especialmente en la realización semiótica de la comunicación (la parole) y en el lenguaje (la langue) como competencias semióticas. Las ciencias humanas, incluyendo la comunicología, la narratología y la retórica, usan un método crítico y analítico de representación y descripción fundamentado en una lógica del descubrimiento. Siguiendo la tradición medieval, la evidencia del descubrimiento es capta, es decir, «tomada» en la percepción. Es el método Q.E.I. (quod erat inveniendum).

En comparación, las ciencias naturales usan un método matemático de invención para la predicción o adscripción, como sucede por ejemplo con el control en la medición. En este caso físico, la evidencia se convierte en datos de la invención o eso que es «dado» en la expresión. Este es el método Q.E.D. (quod erat demonstrandum). La conjunción metodológica del capta o dato (1) y acta (2), la corporeización de la percepción y la expresión que es el método Q.E.F. (quod erat faciendum), caracterizan a la fenomenología como una ciencia humana, un tema que encontramos, por ejemplo, en el Sein und Zeit (1927) de Martin Heidegger. El precursor europeo inmediato de los teóricos de la fenomenología en las ciencias humanas fue Franz Brentano, quien en su Psychologie vom empirischen Standpunkt (1874), divide el fenómeno de la consciencia en ideas o representaciones (Vorstellungen), juicios y fenómenos emotivos como el amor y el odio. La consideración de Brentano se encuentra directamente dirigida a la revisión de la argumentación de Aristóteles del razonamiento lógico, el entendimiento del carácter humano y el entendimiento de las emociones, como se puede observar en La Retórica.

La teoría de la comunicación en su sentido moderno fue asociada con la fenomenología en junio de 1922, cuando Edmund Husserl ofreció una serie de conferencias —en alemán— en la Universidad de Londres con el tema «El método fenomenológico y la filosofía fenomenológica». El antecedente más antiguo en inglés de estas conferencias se encuentra en C.K. Ogden y I.A. Richard, The Meaning of Meaning: a Study of the Influence of Language upon Thought and the Science of Symbolism (1923). (Nótese que durante este periodo la «comunicación» era vista como la «ciencia del simbolismo».) El propósito explícito de Husserl en dichas conferencias fue explicar «la sociología fenomenológica trascendental teniendo como referencia a una multiplicidad manifiesta de sujetos conscientes comunicándose unos con otros.» Estas conferencias fueron dadas después de la segunda edición de su Logische Untersuchungen (1913), el cual fundó las bases para otra conexión con la comunicología.

El Logische Untersuchungen (1900-1901) tuvo una dramática influencia en los lingüistas jóvenes del Círculo Lingüístico de Praga, quienes estaban estudiando la estructura del lenguaje y el habla, y a la postre desarrollarían el estructuralismo. Junto con otros estudiantes de Husserl —incluyendo a Ludwig Landgrebe, Hendrik J. Pos y Dimitrj Tschizewskij— había un dotado lingüista llamado Roman Jakobson. El 11 de noviembre de 1935, Jakobson invitó a Husserl a una conferencia al Círculo de Praga con el título «Phänomenologie der Sprache». Como Elmar Holenstein ha sugerido, Jakobson se convirtió en uno de los más influyentes estudiantes de Husserl al formular el Método Eidético [Eidetic Method] en relación con las bases empíricas para una fenomenología de la comunicación fundamentada en la lingüística y la semiótica. La línea del tiempo de Jakobson de trabajo fundacional en comunicación lo llevaría a la formulación de la teoría de la comunicación.

Virtualmente, al mismo tiempo, otra extensión mayor de la filosofía de la comunicación de Husserl ocurrió con la publicación del libro Sprachtheorie (1934) de Karl Bühler (1879-1963). La intención explícita de Bühler fue construir un puente entre el Cours de linguístique génerale (1916) de Ferdinand de Saussure y las Cartesianische Meditationen (1931) de Husserl, el cual consideraba era una corrección mayor a la Logische Untersuchungen. El modelo orgánico de la comunicación humana de Bühler explica la constitución del fenómeno acústico concreto que nosotros conocemos como signos en el lenguaje o en el discurso. El modelo consiste en símbolos en el lenguaje que son una representación de objetos y estados de cosas; síntomas en el lenguaje que son la expresión de los estados internos del emisor y; señales en el lenguaje que apelan al escucha y dirigen el comportamiento interno y externo de la persona. Para Bühler, todos estos son conceptos semánticos y muestran una similaridad asombrosa tanto con las categorías de la percepción de Brentano como con las categorías de la expresión de Aristóteles.

Mientras que el trabajo original de Husserl sobre el lenguaje y la comunicación fue muy accesible en Europa, no fue tan conocido en Estados Unidos. Wilbur Marshall Urban publicó The Intelligible World: Metaphysics and Value (1929) para exponer la tesis de que hay sin duda tres presupuestos de comunicación inteligible, es decir, que «Existo yo y otros como yo, habitando un mundo». Este postulado es notablemente similar a la ontología de Maurice Merleau-Ponty sobre la relación Ser-Otro-Mundo de la corporeización [embodiment]. Urban argumentó que la posibilidad de la comunicación inteligible es el postulado último de todo pensamiento y conocimiento. Si bien el postulado no será desarrollado aquí, es importante mencionar que es un presupuesto para el avance de la filosofía y la ciencia.

Urban asume la tarea de explorar esta problemática en su segundo y más ambicioso trabajo, Language and Reality: The Philosophy of Language and the Principles of Symbolism (1939), en el cual también cita las conferencias de Londres de Husserl como centradas en la filosofía y la ciencia de la fenomenología de la comunicación. Siguiendo a Husserl, Urban enlista las funciones significativas fundamentales del lenguaje como «representativas o simbólicas», lo que también incluye lo «intuitivo», lo «indicativo» y lo «emotivo» como subcategorías. En su fenomenología general de la comunicación, Urban distingue la «comunicación del comportamiento» [behavioral communication] de la «comunicación inteligible». La forma del comportamiento es simplemente la que observamos a-críticamente en otros. La forma inteligible exhibe los dos criterios de ser «referencial» y «sistémica». Por ejemplo, entre el emisor y el destinatario hay una «similaridad en el referente» y una «similaridad en el contexto o en el universo del discurso». En síntesis, Urban fue el responsable por la primera explicación y comentario sobre el trabajo todavía sin traducir de Husserl para la comunidad intelectual norteamericana, incluyendo las conferencias de Londres y la Logische Untersuchungen.

Sin embargo, antes de que Urban presentase la filosofía de la comunicación de Husserl en los Estados Unidos, Husserl fue descubierto en 1904 por Charles Sanders Peirce (1839-1914). En un paralelo histórico fascinante, Peirce es también conocido por su integración de la semiótica y la filosofía fenomenológica como fue presentado en sus Collected Papers (1931-58). Sin embargo, la orientación filosófica de Peirce es fundamentalmente diferente a la de Husserl. Para Peirce, la filosofía es una subclase dentro de la ciencia del descubrimiento. El descubrimiento es una lógica en la cual la relación de los signos con sus objetos (p.ej. la conciencia) se combina con la «fenomenología» (después renombrada como «faneroscopía»), lo que será para Peirce la experiencia del mundo actual objetivo. En este contexto peirceano, la lógica es la ciencia de los símbolos y, haciendo alusión al Trivium medieval, tiene tres partes: «gramática especulativa o formal», la cual se preocupa del significado o la referencia de los símbolos en general; la «lógica formal», relacionada con las condiciones formales de verdad de los símbolos; y la «retórica formal o especulativa», que estudia la fuerza de los símbolos en referencia a la mente.

En escritos posteriores, Peirce renombra la tercera categoría como «lógica objetiva» para expandir el espectro e incluir así todas las condiciones generales bajo las cuales un problema se presenta a sí mismo para la solución, o en las que una pregunta conduce a otra. Para Peirce, los signos consisten de una conciencia inicial llamada «representamen» o «primeridad», un «objeto» de la experiencia («segundidad») y, la relación resultante («terceridad») que emerge entre ambos, que es llamado el «interpretante» del significado de la experiencia consciente, por ejemplo, un fenómeno sígnico. Su tipología sobre las categorías del signo consiste en tres tricotomías que siguen el orden de primeridad, segundidad y terceridad respectivamente: Tono, Token y Tipo; Ícono, Índice y Símbolo y; Rema, Dicente y Argumento. Todos estos términos son parte del vocabulario estándar de la comunicología en un uso contemporáneo.

Como inmigrante, Jakobson es parte tanto de la tradición fenomenológica europea como de la norteamericana. Su teoría de la comunicación es reconocida internacionalmente e interdisciplinariamente como una declaración definitiva de una teoría sistemática y sistémica; una teoría que es tanto «exhaustiva como sólida», de acuerdo con Paul Ricoeur. La teoría completa está basada en la fonología de los «rasgos distintivos» y en la semántica de los «rasgos redundantes». Primero, para Jakobson, los rasgos distintivos indican un criterio lógico de oposición en el discurso que es la presencia de un atributo («marcado») [markedness] en contraposición a su ausencia («no marcado») [unmarkedness]. Por ejemplo, en la oración «The mayor put on her coat» [la alcaldesa se puso su abrigo], no sabemos el género del «mayor» hasta que llegamos a la palabra «her» y descubrimos reflexivamente que el trabajo no marcado originalmente «mayor» es ahora marcado (asociado a una mujer).

Segundo, los rasgos redundantes en el lenguaje involucran la aposición [apposition] fenomenológica de «variaciones» e «invariaciones». En el ejemplo anterior hay una máxima variación entre «mayor» y «her» (un pronombre neutral contra un pronombre de género), aunque la referencia es invariablemente redundante y predecible como tal por la idea de nominación (persona nombrada). En síntesis, hay una combinación tanto de los rasgos distintivos en oposición (significación lógica) y los rasgos redundantes en aposición (significación fenomenológica) para crear el significado [meaning]. Husserl anticipa este hecho en su famoso dictum en el cual asume que «la subjetividad es intersubjetividad». Todos los lenguajes y los sistemas de comunicación pueden ser descritos adecuadamente con estas características comunicológicas, pero su combinación necesaria y las condiciones suficientes establecen lo específico del discurso humano en comparación con el sistema animal o de las máquinas. La teoría es ilustrada por el modelo gráfico bien conocido de Jakobson de los elementos comunicativos y sus funciones:

 

 

destinador

(Emotivo)

CONTEXTO

(Referencial)

MENSAJE

(Poético)

CONTACTO

(Fática)

CÓDIGO

(Metalingüístico)

destinatario

(Conativo)

 

 

En resumen, la comunicación ocurre cuando un emisor habla con un destinatario. Normalmente, nosotros asumimos una situación interpersonal entre dos personas «corporeizadas» [embodied], aunque la teoría y el modelo siguen siendo válidos con los niveles de la comunicación intrapersonal, grupal, social y cultural. El mensaje del hablante establece rasgos distintivos al crear «contextos» referenciales para el código de la función metalingüística. Por ejemplo, hablar el inglés americano le dice al destinatario que use el código «inglés» para entender lo que se está diciendo. Ambas personas en la conversación están sacando ventaja de la «función poética» del lenguaje en la cual una categoría paradigmática (vertical) de las palabras es intercambiada con la categoría sintagmática de las palabras (horizontal). Es decir, el emisor expresa la declaración «The mayor put on her coat» [la alcaldesa se puso su abrigo] escogiendo cada palabra en la oración desde una categoría vertical sobre la base de una (1) selección, (2) substitución y (3) similaridad que en su conjunto forman el proceso de la (4) metáfora. Por ejemplo, «mayor» es un sustantivo y la categoría de la columna vertical simplemente consiste en todos los otros sustantivos conocidos por el emisor. Así, cuando el destinatario entiende mal la declaración como «The major put on her coat», el error es paradigmático.

Cuando el destinatario escucha con mayor cuidado y oye la declaración correcta (mayor), él o ella selecciona cada palabra en la oración desde una categoría horizontal sobre la base de (1) la combinación, (2) la contextura y (3) la contigüidad, las cuales en su conjunto forman el proceso de la (4) metonimia. Es decir, el receptor o escucha está formando una línea recta en «the+ mayor+put+on+her+coat». Claro, ambas personas en la conversación saben lo que el otro está haciendo, por lo que el emisor codifica un mensaje/código dentro de una línea horizontal de palabras seleccionando un mensaje de entre una serie de conjuntos de palabras de contexto (código) (columnas verticales) en la memoria. De cualquier manera, lo opuesto también es verdadero para el destinatario, quien decodifica un código/mensaje disponiendo (código) una combinación (mensaje) de grupos de palabras (columnas verticales) dentro de una oración percibida o una línea horizontal de palabras. En síntesis, las declaraciones son una condición muy compleja en la cual un emisor y un receptor establecen «contacto» física y psicológicamente, empírica y eidéticamente al usar un mensaje, un código y un contexto que es fenomenológicamente reversible y reflexivo.

Dentro del dominio del discurso, Jakobson extiende ciertas nociones fundamentales de la metodología de Husserl como la que se encuentra en la Primera Investigación llamada «Expresión y significado» en la Logische Untersuchungen. La fenomenología del significado de Husserl crea una metodología triádica reversible del orden de la experiencia o de la constitución del significado: sentido; signo-vehículo o «nombre-cosa» y, objeto, desde el punto de vista de la producción sígnica del emisor. Por lo tanto, la «expresión» del emisor crea el «significado» (Bedeutung). En comparación, el orden del análisis desde el punto de vista del intérprete o receptor es signo-vehículo, sentido y referente. Aquí la percepción del receptor de una «indicación» constituye una «manifestación» (Kundgabe).

Husserl especifica adicionalmente el hecho de que el significado de la experiencia consciente tiene cuatro dominios de referencia comunicativa como un proceso sígnico de expresión y percepción. Primero, el «significado» es una expresión significativa (el significante), mientras que la «manifestación» se refiere a la percepción del hablante por el escucha (el significado). Segundo, el mismo «significado» puede referirse a diferentes «objetos» y de manera contraria. Tercero, «el significado simbólico» es un producto de la percepción informada en contraste con el «significado intuitivo», el cual tiene un «significado ideal» común en un sentido lógico y no psicológico. Husserl sugiere que en la experiencia consciente hay un fenómeno y su lógica constitutiva, por lo tanto, una «fenomenología». El fenómeno es el objeto-referencia (noema) del acto constitutivo dirigido a dicho fenómeno (noesis). Todo el proceso es llamado «Intencionalidad» por el que una persona es «consciente de… [experiencia]».

Entre los intérpretes más importantes de Husserl se encuentra el filósofo y psicólogo francés Maurice Merleau-Ponty, al igual que su igualmente notable estudiante Michel Foucault. El mayor trabajo de Merleau-Ponty sobre la expresión, Signes (1960), así como su Phénoménologie de la perception (1945) relaciona la semiótica y la teoría de los signos con la fenomenología. En su explicación de la percepción y la expresión, Merleau-Ponty sugiere que hay dos niveles del discurso: (1) discurso existencial en el que una persona expresa su habla en un discurso original y perceptivo, es decir, un «discurso hablando» [speech speaking] (la parole parlante) que ofrece un mensaje auténtico y (2) el discurso empírico en el que una persona simplemente expresa lo que ya ha sido previamente dicho por otros, es decir, «discurso hablado» [speech spoken] (la parole parlée) que legitima el código social. En el caso del discurso hablado, hay una función retórica de la identidad donde la conciencia de la experiencia es una referencia original de la existencia del significado, es decir, el acto de expresión auténtico que es el lenguaje lingüístico corporeizado en la persona como emisor. Primero, Merleau-Ponty corrige la noción estática de Saussure de la parole (el habla) al hacerla dinámica a través de la parole parlante o lo que Jakobson llamó el «mensaje» en su corrección paralela de Saussure. Segundo, Merleau-Ponty corrige el concepto de la langue (la lengua) por la noción más existencial de la parole parlé, o lo que Jakobson en acuerdo llama el «código». En esta segunda categoría del discurso hablado, la función retórica es banal y evoca una experiencia de la conciencia, es decir, el sentido común que es el código lingüístico descubierto por el destinatario.

El libro de Michael Foucault Les mots et les choses (1966), intencionalmente titulado por él mismo en su traducción al inglés «The Order of Things: An Archeology of the Human Sciences» (La Arqueología del Conocimiento, 1969), agregó una dimensión metodológica a la mirada de Merleau-Ponty. Foucault argumentó que el segundo, el código del nivel empírico del discurso (énonciation) que conoce (connaissance) como el código cultural del poder social, esconde al primero, el nivel existencial del mensaje del discurso (énoncé) «indicado» que entendemos (savoir) como el deseo. El proceso contenido de niveles retóricos forma una «ruptura» o una continua discontinuidad de discursos que se construyen y reconstruyen unos a otros en aposición a la persona corporeizada. Así, al usar el método de la «arqueología» (connaissance) conocer la experiencia de la conciencia; la categoría sintagmática «horizontal» del código de Jakobson) y el método de la «genealogía» (savoir) el entendimiento de la conciencia de la experiencia; la categoría paradigmática «vertical» de los mensajes de Jakobson), Foucault llama la atención hacia su tercer nivel, al que denomina «metodología crítica» en su libro L’ordre du discours (1971).

Nótese que la arqueología de Foucault es un método de «oposiciones» o «exclusiones» (los rasgos distintivos de Jakobson), mientras que la genealogía es un método de «intersticios» o de «conjuntos» (los rasgos redundantes de Jakobson). Este modelo crítico sujeta tanto a la arqueología como a la genealogía la una a la otra como una dialéctica tanto de la oposición como de la aposición, entendido esto como el «reversal-principle» de Foucault (la función poética de Jakobson). Foucault está siguiendo la prescripción de Merleau-Ponty según la cual el primer paso del análisis es una «fenomenología de la fenomenología», es decir, la conjunción tanto de la conciencia como de la experiencia en el discurso son vistas como reversibles, reflexivas y reflejadas en los juicios. Por lo tanto, Foucault ofrece un acercamiento crítico al discurso visto como una fenomenología semiótica (el orden del análisis de Husserl) que completa el acercamiento de una fenomenología semiótica de Merleau-Ponty (el orden de la experiencia de Husserl). En síntesis, mientras Merleau-Ponty examina el lugar de la percepción personal en las expresiones públicas (la intencionalidad como un mensaje/código), Foucault críticamente examina lo opuesto, es decir, el lugar de la expresión pública en la percepción personal (la corporeización como un código/mensaje) como se ilustra, por ejemplo, en la narratología de su Herculine Barbin, dite Alexina B (Herculine Barbin: Being the Recently Discovered Memoirs of a Ninetheenth Century French Hermaphrodite, 1978).

Volteando ahora la mirada a la escena contemporánea, la teoría fenomenológica de la comunicación fue adoptada bajo el nombre de Comunicología a finales de los años cincuenta en los Estados Unidos y es asociada a los fundadores de la Asociación Internacional de Comunicación (International Communication Association, ICA), especialmente Franklin H. Knower (1901-1993), Elwood Huey Allen Murray (1978-1988), Wendell Johnson (1906-1965), un gran académico de la teoría de la semántica general, así como Alfred Korzybski (1879-1950), quien escribió Science and Sanity (1933) como una reformulación de la filosofía del lenguaje de Aristóteles como lo intentara en su momento Brentano. También es importante hacer notar que el libro de Georges Gusdorf La Parole fue publicado en 1950 y después traducido al inglés en 1965, como volumen inaugural de la serie «Estudios en Fenomenología y Filosofía Existencial» de la Universidad de Northwestern. Este volumen es fundamentalmente una exposición del pensamiento de Merleau-Ponty sobre la comunicología, al cual lo seguirían los libros de Remy C. Kwant Phenomenology of Language (1965) y Phenomenology of Expression (1969). Posteriormente, el libro de Richard Lanigan Speaking and Semiology: Maurice Merleau-Ponty’s Phenomenological Theory of Existential Communication que aparecería en 1972.

Entre los académicos de la comunicación en años recientes, el término disciplinar de «Comunicología» se ha expandido de su foco original en la comunicación interpersonal hacia los otros niveles fenomenológicos. (1) La comunicología intrapersonal ahora incluye la comunicación normal así como la anormal en el campo del significado cognitivo, afectivo y connativo; los estudios van de las patologías del discurso y problemas auditivos hasta la disfunción cognitiva en la configuración terapéutica de la medicina. (2) La comunicología interpersonal que es intersubjetiva, diádica e interacción; un ejemplo típico es la conversación (informal) y la entrevista (formal). (3) La comunicología social ahora incluye el estudio de los medios masivos de comunicación, las artes y la ciencia; por lo que la disciplina se mueve desde la radio, la televisión y la industria editorial en un punto del espectro, hacia el cine, el teatro y la danza en el otro extremo. Y, (4) la comunicología cultural, la cual se centra en la influencia dinámica del contacto intercultural y el intercambio transcultural, especialmente en las áreas del lenguaje, el parentesco y la economía; está área va de la semiótica (teoría del código) hacia la etnología (el estudio de las prácticas de las personas) y lo que ahora es llamado el «nuevo orden de la información en el mundo» (informática).

A escala intercultural, debemos notar que la «comunicología» es ahora ampliamente usada como una traducción apropiada de la palabra francesa communicologie (así como su equivalente en italiano e inglés) y de la palabra en alemán Kommunicologie. Este cambio en el nombre de comunicología y comunicólogo es debido en gran medida a un esfuerzo sistemático de evitar malentendidos. La confusión fue alentada por la ambigüedad histórica de la «teoría matemática de la comunicación» propuesta en 1949 por Shannon y Weaver en comparación con la propuesta realizada por Jakobson en 1960 para distinguir la teoría de la comunicación de la teoría de la información sobre la base de las conexiones fenomenológicas de lo que llamó «la rama retórica de la lingüística» inherente a la teoría de la comunicación. Sin embargo, pese a que la claridad en su uso no fue alcanzado, pese a los esfuerzos serios que se hicieran en el Primer Congreso Mundial de la Ciencia de la Comunicación llevado a cabo en Berlín en 1977, la comunicología es ahora claramente distinguida de la teoría de la información, dado que la comunicología estudia el rango completo de los niveles semióticos en el discurso, es decir, la forma semántica del discurso (significado), la forma sintáctica (patrones) y la forma pragmática (la práctica). En comparación, la teoría de la información está preocupada únicamente por los parámetros sintácticos de los sistemas de señales físicos, es decir, por los impulsos eléctricos que hacen posible la transmisión por teléfono o la memoria computacional. De hecho, el nombre de «teoría de la información» ha sido rápidamente reemplazado por el de «teoría de las señales». Por lo tanto, la inadecuada frase, «los teóricos de la comunicación», ha sido reemplazadas por los «comunicólogos», un hecho que ha sido reconocido en las memorias del Primer Congreso Mundial de Semiótica y Comunicación de Monterrey, México en 1993.

 

Referencias bibliográficas

 

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1 Este texto fue originalmente publicado en la Encyclopedia of Phenomenology en 1997 bajo la siguiente referencia: Lanigan, R.L. (1997). «Communicology» in Encyclopedia of Phenomenology, General Editor Lester Embree. Boston, Norwell, MA: Kluwer Academic Publishers, pp. 104-110. Se reproduce con la autorización de la editorial Springer y con la revisión posterior del autor.

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