Investigación, Comunicación y Universidad. Research, Communication and University.

Proyectos I+D y Tesis doctorales, Debates y Encuestas a investigadores en las Facultades con Grados en Comunicación

 

 

Título del Capítulo: «La encuesta al censo de investigadores: competir por el re-conocimiento»

Autoría: Juan Antonio Gaitán Moya; José Luis Piñuel Raigada

Cómo citar este Capítulo: Gaitán Moya, J.A.; Piñuel Raigada, J.L. (2018): «La encuesta al censo de investigadores: competir por el re-conocimiento». En Piñuel, J.L. (dir.); Caffarel, C; Gaitán, J.A.; Lozano, C.; (eds.), Investigación, Comunicación y Universidad. Research, Communication and University. Proyectos I+D y Tesis doctorales, Debates y Encuestas a investigadores en las Facultades con Grados en Comunicación. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.

ISBN:978-84-17600-12-9

d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c3.emcs.18.mic7


3. La encuesta al censo de investigadores: competir por el re-conocimiento

 

 

 


Juan Antonio Gaitán Moya
1


José Luis Piñuel Raigada2

 

El proyecto MapCom, en su tercera fase de desarrollo, abordó una encuesta que trató de indagar sobre la identidad profesional y académica de los investigadores y sobre la percepción que tienen acerca de su estatus y de su práctica investigadora. En primer lugar, se configuró un censo a partir de los registros académicos de los investigadores de la Comunicación en la universidad española. Se trata de profesores y doctorandos pertenecientes a centros universitarios españoles con titulaciones de Grado y Postgrado en las carreras de Comunicación. Tras elaborar este censo se cursaron on-line un total de 2.418 invitaciones personalizadas a investigadores adscritos a las universidades españolas, y además una invitación abierta a través de sociedades científicas y programas de doctorado. Esta encuesta tenía como propósito conseguir los datos necesarios para construir un mapa que sirviera de referencia a las entidades nacionales y autonómicas responsables de evaluar solicitudes e informes en las convocatorias de proyectos, así como promover políticas científicas para la coordinación de la red de equipos de investigación académica.

Contextualización y metodología

 

Como se ha dicho, la elaboración del censo de investigadores de la Comunicación en España y la aplicación de la encuesta a los mismos tenía por objeto obtener una cartografía útil para descubrir la percepción de los investigadores, en el marco de su carrera académica, sobre su actividad científica y su estatus profesional. Pues bien, los datos que nos brinda esta encuesta contribuyen decisivamente al objetivo primordial del proyecto MapCom de elaborar un Mapa de Proyectos, Grupos, Líneas, Objetos de estudio y Métodos de investigación sobre prácticas sociales de Comunicación en España.

 

Configuración del censo, diseño de la población encuestada y muestra

 

Se establecieron tres grupos de encuestados:

  1. Investigadores censados en Facultades de Comunicación en España (todos los doctores en nómina de cada universidad).
  2. Investigadores miembros de Sociedades científicas (miembros doctores que no están en nómina en ninguna universidad).
  3. Investigadores en formación en los programas de Doctorado (con la colaboración de los Coordinadores de los programas de Doctorado que enviaron a sus doctorandos de último curso, el enlace de la encuesta).
A partir de los registros académicos consultados, se obtuvo un censo de 2418 investigadores, que cabía estratificar según Comunidades Autónomas y Universidades.

 

En el Cuadro 2 puede observarse la estratificación en dos columnas, en la primera, se reconoce el peso relativo del censo de investigadores en cada Comunidad Autónoma y, en la segunda, la representación en cada Universidad respecto del total. A simple vista se reconoce el dominio de la Comunidad de Madrid (31,8%), que prácticamente dobla en número de investigadores a la siguiente, la Comunidad de Cataluña, y que presenta varias de las universidades con más personal investigador (UCM, USP/CEU, URJC). Pero, en conjunto, hay que hacer notar la preponderancia de estas dos Autonomías, la de Madrid y la de Cataluña, que acaparan cerca del 50 % de los investigadores. Después de éstas, y en orden de mayor a menor, se suceden Valencia y Andalucía, País Vasco, Castilla y León, Galicia y otras. Cataluña destaca además por poseer el mayor número de universidades con estudios en Comunicación (9). También resulta reseñable la singular concentración de investigadores en una sola universidad respecto del total de su Autonomía, así ocurre en la UPV/EHU del País Vasco, sólo superada por la UCM, en Madrid.

Considerando que se trata de una encuesta on line, cabe decir que se obtuvo una amplia respuesta, hasta el punto que permite considerar la muestra de respuestas de cada uno de los estratos de la Comunidad Autónoma y de la Universidad como representativos respecto del censo. Para estimar la representatividad se estimaron los porcentajes esperados mínimos y máximos para cada categoría de las variables, con el fin de comprobar que ninguna de las universidades o Comunidades Autónomas (CC.AA.) quedaran infra o supra representadas en la muestra final con el sesgo de auto-respuesta. Para ello se calculó en el censo la media y la desviación típica de cada sub-categoría (utilizando la variable dummy para cada valor), obteniendo así intervalos de confianza (%min.= M-DT y %máx.= M+DT). Específicamente se estimaron las variables de Comunidad Autónoma y Universidad a la que pertenecía el investigador (véanse las tablas en Anexos de este capítulo). Los porcentajes de cada universidad y CC.AA. encajaron dentro de los límites esperados, por lo que así los estratos en la muestra están correctamente representados con respecto a los del censo. Sobre los datos de su aplicación, que aparecen en el cuadro siguiente (Cuadro 3), hay que destacar que más del 34% del censo de investigadores contestó el cuestionario.

Cuadro 2. Censo estratificado de investigadores de la Comunicación en España.

% Censo investigadores

Comunidad Autónoma

% Censo investigadores

Universidad

BALEAR.(1%),CANAR.(1%), RIOJA(1%),EXTR.(1,4%)

UIB(1%), ULL(1%), UNEX(1,4%),

UNIR (1,1%)

NAVARRA (2,0 %)

UNAV (2,0 %)

ARAGÓN (2,0 %)

UNIZAR (2,0 %)

MURCIA (4,0 %)

UCAM (1,0 %), UM (3,0 %)

GALICIA (4,5 %)

UdC (1,2%), UVigo (1,3%), USC (2,0 %)

CASTILLA Y LEÓN (5,0 %)

USAL (0,8%), UPSA (1,3%), UB (0,5%)

PAÍS VASCO (7,9 %)

UD (1,3%), MU (0,6%)

UPV/EHU (5,9%)

VALENCIA (12,0 %)

UCH-CEU (1,3%), UPV (1,1%)

UJI (2,3%), UMH (2,2%)

UV (2,5%)

UA (2,6%)

ANDALUCÍA (10,5 %)

UGR (1,7%), UCA (1,3%) UIC (0,7%)

UMA (3,6%)

US (3,9%)

CATALUÑA (16,7 %)

UdL(0,5%),UOC(0,6%),URV(0,7%),

UIC(0,7%)

UdG(2,0%), UVIC (1,8%)

UPF (3,0%)

URL (3,3%)

UAB (4,1%)

MADRID (31,8 %)

UDIMA (1,4%), UCJC(1,4%),

NEBRIJA(1,8%)

UC3M (3,5%)

USP/CEU (5,2%)

URJC (4,8%)

UCM (12,7%)

Cuadro 3. Ficha de aplicación de la encuesta.

Censo e invitaciones cursadas

2.418 invitaciones

Contestaciones

838 contestaciones

Tasa de respuesta efectiva

34,66% del censo

Acceso al cuestionario

1.254 investigadores

Respuestas totales

838 respondieron

—finalizaron el cuestionario

496 finalizaron

—no finalizaron el cuestionario

342 no finalizaron

—abandonaron sin respuestas

blanco

 

El formulario de encuesta

 

El objetivo fundamental de la encuesta era indagar sobre el censo de investigadores, tanto sus perfiles de identidad académica como de la percepción de su experiencia investigadora. Por esta razón, el cuestionario que se les propuso se articuló de la siguiente forma:

Cuadro 4. Cuestionario mapcom a los investigadores.

DIMENSIONES

VARIABLES más relevantes

Perfiles sociodemográficos

Edad y género

Formación

Ingresos

Adscripción profesional

Universidad

Rango académico/laboral

Grupos/equipos de investigación

Docencia

Perfil investigador

Antigüedad

Proyectos realizados

Sexenios

Registros científicos

Experiencia investigadora

Objetivos de investigación

Objetos de estudio

Técnicas empleadas

Valoración de rendimientos

Debilidades y Fortalezas

de la actividad investigadora

Condiciones materiales

Condiciones organizacionales

Condiciones institucionales

 

Creemos que resulta estratégico que la comunidad científica conozca los datos que ofrece esta encuesta porque pueden vincularse ahora cartográficamente con las tesis doctorales y los proyectos I+D de convocatorias estatales producidos en nuestro ámbito de la Comunicación. Recuérdese que la elaboración de una cartografía territorial por comunidades autónomas y universidades en relación con el estado de la cuestión de la actividad investigadora en comunicación, es el fin último de MapCom.

 

Perfiles sociodemográficos

 

La distribución generacional histórica y la brecha de género

 

Los perfiles sociodemográficos del censo de investigadores en comunicación responden a intervalos de edad muy segmentados. Por encima de los 40 y hasta los 60 años se reúne el 64% de investigadores, mientras que por debajo de los 40 años, encontramos más de una cuarta parte (28%), y entre los sénior, o mayores de 60, apenas uno de cada 10. Hay que hacer notar que la distribución de las edades entre las distintas universidades experimenta ciertas variaciones relacionadas con su antigüedad: así, en las universidades de más reciente implantación se produce en sus plantillas una mayor proporción relativa de profesores jóvenes, mientras que las que fueron pioneras (UCM, UAB, UNAV) concentran un número de profesores de edades más provectas. En estas universidades con mayor antigüedad, la franja de edad inferior a los 40 años se ha reducido en los últimos años por la ausencia de nuevas plazas, de modo que se plantea la necesidad de una renovación en las plantillas con contratos más permanentes.

En cambio, si nos fijamos ahora en el género, puede constatarse una estructura que se reproduce invariablemente en distintos sectores profesionales del mercado laboral español. Se trata de una evolución por edades muy característica en el caso de las mujeres, que dominan en las edades más jóvenes, hasta los 40 años (techo de cristal), para luego sin solución de continuidad ceder el puesto de cabeza a los hombres. Estos datos se repiten en las distintas Comunidades Autónomas, aunque hay una excepción a destacar, la comunidad del País Vasco, donde la proporción de mujeres es siempre superior a la de hombres, cualquiera que sea el intervalo de edad.

 

Formación: preferidas las Ciencias Sociales, relegadas las Humanas y excluidas Matemáticas y Naturales

 

No resulta sorprendente que la formación en CC.SS. y Humanidades sea la más apreciada en todos los niveles. Ahora bien, si se trata de la formación de Posgrado un 23,6% de los investigadores considera su formación en Humanidades no procedente. Por otra parte, en la formación superior, universitaria y de postgrado, casi dos terceras partes de los encuestados consideran las CC de la Naturaleza y las Matemáticas y Tecnologías como no procedentes (ver Gráfico 13).

Con tales perfiles generales de valoración de los estudios, cabe hacer dos consideraciones. Por un lado, el abandono de las Humanidades en el postgrado que promulgan los investigadores supone la retirada de los criterios axiológicos (morales, éticos y deontológicos) con que dar legitimidad y encaje socio histórico a sus prácticas profesionales. Por otro lado, al evitar por inapropiados los conocimientos de las CC. de la Naturaleza y de las Matemáticas, se frustra cualquier transformación de los diseños curriculares en beneficio de las ciencias experimentales; y cabe pensar también que se frustran en el mismo sentido los cambios en las evaluaciones de trabajos para ser publicados en revistas cuyo impacto viene medido precisamente por parámetros habituales en el ámbito de las ciencias experimentales. Finalmente, que sean los mismos investigadores los que hacen estas valoraciones tan ensimismadas y reductoras sobre el conocimiento necesario en su formación científica, no parece que ayude al reconocimiento de las especialidades de la Comunicación en los listados de los códigos UNESCO y NABS.

 

La inconfesabilidad de los ingresos y el desigual reparto según Autonomías

 

La respuesta a la pregunta sobre los ingresos personales es especialmente evitada por los investigadores (no contestaron el 48%). La razón de la inconfesabilidad de los ingresos podría rastrearse en los contratos de una gran parte de los docentes-investigadores, en su mayor parte (más del 50%) caracterizados por la precariedad, con escasa remuneración y frecuente provisionalidad (véase Rango académico/laboral, infra). Dicho esto, si nos fijamos solamente en los datos relativos a los ingresos declarados, reconocemos un rango de ingresos que alcanza al 65% de los investigadores, y que se encuentra entre los 1000 y los 3000 euros, lo que resulta insuperable para 8 de cada 10 investigadores en toda su vida laboral universitaria (véase Tabla 2):

Tabla 2. Ingresos mensuales declarados.

N

%

Menos de 1000 €

68

15%

Más de 1000 € y menos de 2000 €

134

31%

Más de 2000 € y menos de 3000 €

151

34%

Más de 3000 € y menos de 4000 €

57

13%

Más de 4000 € y menos de 5000 €

7

2%

Más de 5000 € y menos de 6000 €

3

1%

Más de 6000 €

4

1%

Más de 10000 €

13

3%

Total

437

100%

 

Por otra parte, si se contemplan los ingresos por CC.AA. (Ver Gráfico 14) pueden advertirse las diferencias entre los porcentajes de encuestados cuyos ingresos son de uno y otro rango, en cada una de la Comunidades. Las remuneraciones más bajas (menos de mil euros/mes) se concentran en las universidades de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Extremadura, Galicia (la que más), Murcia y Valencia. Que los intervalos de ingresos económicos se distribuyan de manera muy poco uniforme entre las Comunidades Autónomas, puede ser muestra de una desigual política científica en lo que atañe a la remuneración de los docentes investigadores. Esto es así, si salvamos el mismo hecho de las diferencias estructurales entre Autonomías: por ejemplo, entre aquellas que cuentan con universidades y personal docente e investigador en mayor número y relativamente de mayor antigüedad, y por tanto con mayor proporción de contratos permanentes (i.e. titulares y catedráticos) y de mayores méritos (v.g. por nº de sexenios, años de docencia, etc.) en su más prolongada carrera académica, alcanzan una mayor cuantía total en sus estipendios. Esto último ocurre sobre todo en Madrid, Cataluña y Andalucía (véase infra, Rango académico/laboral).

En conjunto, los ingresos de los investigadores españoles de la Comunicación son una muestra de la escasa valoración que recibe, en general, la profesión académica, lo que explica que la Universidad en este país no sea un centro de trabajo socialmente anhelado, y que muchos de los que potencialmente podrían haber oficiado de investigadores en la misma, se encuentren en el sector privado o hayan emigrado a otros países donde las remuneraciones están a la altura de su reconocimiento (Cfr. https://clionauta.wordpress.com/2008/05/15/salarios-del-profesorado-universitario/).

 

Adscripción profesional

 

La universidad pública, mejor entorno investigador que la privada

 

Si consideramos cómo se distribuyen los centros universitarios públicos y privados que ofrecen grados y postgrados en Comunicación, observamos una distribución desigual en la universidad española: 36 universidades públicas frente a 22 privadas. Puede constatarse que al aplicar la encuesta no había universidades privadas con estos estudios en Andalucía, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla La Mancha y Extremadura, y que, por contra, en Navarra y la Rioja no se ofrecían estas mismas titulaciones en universidades públicas. Merecen mención aparte la Comunidad de Madrid y la Comunidad de Cataluña, porque en ambas se encuentran un número relativamente elevado tanto de universidades públicas como privadas.

En lo que se refiere a la práctica investigadora, puede señalarse que una gran parte de la investigación universitaria en Comunicación (80% aprox.) se produce en las universidades públicas. Esto ocurre tanto en relación con los proyectos realizados para convocatorias nacionales y autonómicas, como con respecto a las internacionales, pero lo mismo ocurre si reparamos en los proyectos no competitivos financiados por las universidades y por las empresas.

Por otra parte, tal y como evalúa el investigador su experiencia al respecto cuando observa su currículo, también se viene a confirmar que la universidad pública ofrece un mejor entorno investigador que la privada. Indicadores de esta realidad son el número de sexenios concedidos y la experiencia como IP, que se muestran como característicos de las universidades públicas, frente a las prácticas docentes como la dirección académica, sobre todo de TFG y TFM, que aparecen como atributos distintivos de las privadas. La experiencia como miembro de un equipo de investigación es lo que resulta más compatible para la docencia y la investigación.

Tabla 3. Titularidad vs. Curriculum investigación.

TITULARIDAD

de la Universidad

SEXENIOS concedidos

Experiencia como IP

Experiencia de miembro equipo inv.

Experiencia

de Director

Tesis doctoral

Experiencia

de Director TFG-TFM

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

Privada

123

19%

37

15%

32

14%

109

19%

65

20%

107

21%

Pública

522

81%

206

85%

204

86%

452

81%

256

80%

401

79%

Total

645

100%

243

100%

236

100%

561

100%

321

100%

508

100%

 

Rango académico/ laboral: la precariedad estructural

 

Entre los investigadores, un 85% se reconoce expresamente como doctor que cuenta con una vinculación contractual con la universidad. Pero es precaria en su mayor parte, porque más de la mitad de estos contratos son temporales (Asociado, Visitante, Ayudante doctor, etc.) y sólo el 32% son permanentes (Contratado Doctor, Funcionario titular o interino y catedrático de universidad). El resto, o bien se encuentra adscrito a un programa de doctorado y/o a una sociedad científica sin ser doctor (13%) o dice no tener adscripción o rango (2%).

 

Tabla 4. Rango Académico/Laboral declarado.

N

%

Contratación indefinida o temporal

(Asociado, Visitante, Ayudante doctor, etc.)

345

53%

Contratado Doctor, Funcionario titular o interino

158

24%

Catedrático de Universidad

53

8%

Doctorando

81

13%

Sin adscripción o rango

13

2%

Total

650

100%

 

Como ya sea había mencionado al describir el Censo, la distribución de los investigadores en Comunicación presenta perfiles muy definidos entre CC.AA. Destacan por encima de la media en número relativo de contratos Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Madrid y Valencia. A este grupo se añade Galicia, si se trata de contratos temporales, y se excluye Cataluña si se trata de contratos permanentes. Entre las CC.AA. que se caracterizan en promedio por sus contratos permanentes también hay que incluir a Navarra y al País Vasco (UNAV y UPV/EHU). Entre doctorandos, el número iguala o supera la media en todo este grupo, además de en Navarra, País Vasco y Murcia.

De los Grupos/Equipos precarios a los consolidados

Si consideramos sólo a los investigadores que responden sobre su integración en grupos o equipos de investigación (ya que no responde el 29,4%), carecen de adscripción en proyectos I+D vigentes el 22%, y un 30% ni siquiera se inscribe en proyectos en preparación. Por otra parte, están los que sí manifiestan su integración en grupos de investigación: entre ellos destacan 2 de cada 10 como IP de un proyecto I+D vigente, mientras que 4 de cada 10 dicen estar incorporados a un I+D vigente o pertenecer al equipo de trabajo (1 de cada 10), que es lo que caracteriza a los investigadores con vinculación contractual. Podemos convenir que mientras los equipos formados por los Proyectos I+D constituyen grupos efímeros de duración no superior a 3 ó 4 años, los denominados Grupos de Investigación Consolidados (GIC) especializados en Comunicación representan por su estabilidad en el tiempo uno de los termómetros más fidedignos del estado de la investigación en este campo. Así, son los grupos y equipos que cada universidad reconoce como GIC los que, en cambio, conservan una vigencia de larga duración y en su historial se pueden suceder a lo largo del tiempo variedad de proyectos, tanto de convocatorias estatales, como autonómicas, de universidad y de contratos con empresas e instituciones (art. 83). De los investigadores que han contestado sobre su pertenencia a un GIC (3 de cada 10 no han respondido) 2 de cada 10 declaran no tener adscripción. En torno al 51,3% de los investigadores (430 encuestados) identificaron con un nombre y/o una URL su pertenencia a un GIC. La inclusión de la mitad (aprox.) de los investigadores en un GIC, ofrece una idea sobre el nivel que ha alcanzado la actividad investigadora que se desarrolla en España. Fijándonos en los que se integran en los GIC, encontramos que los IP de proyectos alcanzan el 13%, mientras que los miembros de grupos se acercan al 60%. En la Tabla 5 pueden contrastarse estos datos.

Tabla 5. Integración en grupos y equipos de investigación.

Categoría

investigador

En I+D vigentes

En proyectos

en preparación

En grupos

consolidados

Total

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

Como IP

122

21%

83

17%

77

13%

282

17%

Como miembro equipo

73

12%

55

11%

54

9%

182

11%

Como miembro grupo

265

45%

211

42%

348

59%

824

49%

Sin adscripción

132

22%

149

30%

105

19%

386

23%

Total

592

100,

498

100,

584

100,

1674

100

 

 

La docencia en detrimento de la actividad investigadora

 

La actividad investigadora se encuentra menoscabada por el tiempo de dedicación que le es permitido frente al exigido para la docencia, siempre mayor. Por el contrario, las exigencias de control reclamadas a la actividad investigadora son mucho mayores que para la docencia, porque ha de someterse a evaluaciones puntuales al competir en convocatorias de proyectos y también en evaluaciones periódicas exigidas para acceder a plazas y rangos académicos, sin que la dedicación a la investigación sea reconocida en igualdad de condiciones que la docencia.

Los datos de la Tabla 6 muestran el resultado de las respuestas de los encuestados sin distinguir cuál es la especialidad de su docencia.

 

Tabla 6. Docencia en Grado y Postgrado.

N

%

Docencia Grado y Postgrado

375

44,7

Sólo docencia Grado

178

21,2

Sólo docencia Postgrado

13

1,6

Sin docencia

73

8,7

Sin contestación

199

23,7

Total

838

100,0

 

Un 67,5% de los encuestados tienen docencia, incluyendo grado y/o postgrado. Casi la mitad de los encuestados (el 44,7%) comparten su docencia en grado y postgrado; uno de cada cinco solo tiene docencia en algún Grado y tan solo un 1,6% la tienen exclusivamente en algún postgrado. Si se consulta la Tabla 7, ésta nos muestra los datos más relevantes, relativos a los Grados y Postgrados en cuatro titulaciones: un 45% de los encuestados los imparte en Periodismo (PER), un 39,6% en Comunicación Audiovisual (CAU), un 31,2% en Publicidad y RR.PP. (PUB), y finalmente, un 5.4 % en Documentación.

 

Tabla 7. Docencia Grado y Postgrado declarado en cuatro titulaciones.

PER

CAU

PUB

DOC

total

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

Docencia Grado y

Postgrado

211

38%

136

26%

126

26%

20

5%

493

25%

Sólo docencia Grado

161

29%

162

31%

116

24%

11

3%

450

23%

Sólo docencia

Postgrado

26

5%

34

7%

20

4%

14

3%

94

5%

Sin docencia

159

28%

188

36%

228

46%

352

89%

927

47%

Total

557

100%

520

100%

490

100%

397

100%

1964

100%

 

Como se observa, la docencia exclusiva en Postgrado es absolutamente minoritaria para todas las titulaciones, y esto perjudica a la dedicación a la actividad investigadora porque supone consumir un tiempo que podría utilizarse en la investigación, dedicándolo, en cambio, a la docencia compartida en Grado y en Postgrado, que es lo más habitual.

 

Perfil investigador

 

El anémico papel de la investigación en el marco de la carrera académica

 

En principio, la antigüedad resulta un dato relevante en el marco de una carrera académica. De los 838 encuestados, un 40% tiene una antigüedad de 10 a 30 años como doctores, un 14% no son todavía doctores y son investigadores en formación, y sólo un 3% tiene antigüedad de más de 30 años. Pero, la carrera del investigador universitario cuenta con experiencias que contribuyen a su formación y a su curriculum, entre las que pueden destacarse sus direcciones de trabajos académicos, del tipo de los Trabajos de Fin de Grado (TFG) y los Trabajo de Fin de Máster (TFM), sin olvidar su participación como miembro de equipos de investigación y como Investigador Principal (IP) de proyectos. Pues bien, la mayor parte de los investigadores de la Comunicación dice haber pasado por todas estas experiencias, a excepción de la experiencia como IP, que se limita a un 41% de los encuestados que responden a esta pregunta.

En la Tabla 8 se puede apreciar, además, la correspondencia entre las figuras que ilustran las experiencias como IP y las que lo hacen como Director de tesis doctoral, experiencias que por cierto son las menos frecuentes. La rareza de estas experiencias indica el bajo nivel mayoritario de la práctica investigadora, que se mueve principalmente entre las prácticas académicas menos relevantes para la investigación, como son la dirección de TFG y TFM, y la actividad investigadora limitada a pertenecer a equipos de investigación.

Tabla 8. Experiencia declarada del investigador de la Comunicación.

Experiencia

del investigador

IP

Miembro equipos

Dtor. Tesis Doctoral

Dtor.

TFM-TFG

Total

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

14.4%

34.8 %

19.6%

31.1%

100%

Alguna vez

260

41%

628

90%

354

55%

562

82%

431

67%

Nunca

372

59%

68

10%

284

45%

122

16%

257

37%

Total casos

632

100%

696

100%

638

100%

684

100%

688

100%

 

Proyectos de investigación: Endemismos, desconexión social y falta de internacionalidad

 

Si nos fijáramos sólo en la ausencia de participación en proyectos internacionales (62%), y constatáramos la escasa presencia de contratos con empresas e instituciones (p.ej. artículo 83), convendríamos en que el estado de la investigación resulta bastante deficitario. Ahora bien, en los proyectos nacionales de convocatoria estatal la participación es relativamente alta (74%), y también es mayoritaria en las convocatorias autonómicas y en los proyectos competitivos de universidad en unas proporciones, sin duda, mejorables (60%). Es decir, en estos datos pueden reconocerse algunas de las causas de los endemismos del marco universitario español de la investigación en Comunicación, desprovisto de proyección internacional y, en gran medida, desconectado de las empresas e instituciones sociales.

Tabla 9. Participación en diferentes categorías de Proyectos.

Participa en

I+D

estatales

I+D

autonómicos

I+D

internacional

Proyectos

Art. 83

Proyectos

competitivos Universidad

Proyectos

por contrato

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

Alguno

400

74%

284

60%

169

38%

178

41%

278

60%

204

46%

Ninguno

137

26%

190

40%

279

62%

260

59%

183

40%

243

54%

Total

537

100%

474

100%

448

100%

438

100%

461

100%

447

100%

 

Los sexenios: alta valoración y escasez de concesiones

 

Los sexenios son uno de los méritos más relevantes para el investigador porque son un signo de reputación y de promoción en la carrera académica. No hay que olvidar que la dirección de tesis doctorales y la participación en algunos programas de doctorado dependen de contar con sexenios. También los sexenios implican una liberación de carga académica, por ejemplo, a partir de contar con tres sexenios o si está activo el último concedido («sexenio vivo»). Pues bien, con estas condiciones, parecería que deberíamos encontrarnos con un panorama en el que los sexenios abundaran y caracterizaran al personal investigador; sin embargo, si reparamos en el Gráfico 15, notamos una realidad bien distinta. La mayor parte de los investigadores (60%) carece de sexenios, de modo que sólo tener un sexenio o dos sexenios sería lo más característico si no fuera porque lo más frecuente es no tener ninguno. (Ver Gráfico 15).

Esta apabullante realidad es expresión de una ausencia de relación entre el sexenio y la investigación, lo que sin duda afecta a la carrera académica de los investigadores en el área de la Comunicación. Hay muchas razones que cabe plantearse cuando pretendemos encontrar la explicación de esta desvinculación. Por ejemplo, cabe descartar la edad como variable causal, porque en el rango de 31 a 40 años, el 79% no cuenta con sexenios; del intervalo de 41 a 50 años, el 48% también adolece de su falta. Y por último, del intervalo de 51 a 60 años, el 46% tampoco cuenta con sexenios. Entonces, cabe preguntarse si este triste panorama responde a que los investigadores no investigan o a si lo hacen con tan escasa pericia y acierto que no merecen esta mención. También pudiera suceder que nuestros protagonistas no se presenten a ser evaluados debido al auto-reconocimiento de sus limitaciones y/o por las exigencias extremas de la evaluación (el 15% no revelan su situación). Tal vez, la misma forma de entender la actividad investigadora (v.g. más empírica que teórica) y, por ende, las exigencias en la forma de contabilizar su productividad científica (v.g. citas en revistas de impacto internacionales) se configuren en un restrictivo lecho de Procusto inasumible para muchos de ellos. En cualquier caso, la realidad es que existe un desajuste entre el valor del sexenio en la carrera académica y la escasez con que es concedido, lo cual precisa ser corregido con urgencia.

El reparto de sexenios por autonomías (ver Gráfico 16) sigue el escalonamiento esperado, acorde con las proporciones con que se distribuye el profesorado, sobre todo el permanente (titulares y catedráticos), en las universidades: en primer lugar Madrid, seguido de Cataluña, después Valencia y Andalucía, Castilla y León, que precede a Galicia y País Vasco, Murcia y Navarra, Aragón y Rioja y, finalmente, Castilla-La Mancha, Baleares y Extremadura. Si tomamos ahora como referencia la media para cada una de estas categorías de sexenios, observamos que no hay ninguna Autonomía que sobresalga especialmente por no recibir sexenios; que, en la obtención de 1 y 2 sexenios, destacan Madrid y Cataluña; y que, en cambio, en la concesión de 3 sexenios adquieren relieve, además de Madrid y Cataluña, las comunidades de Valencia, Andalucía y Castilla y León. Cabe concluir que, entre los que reciben 4 sexenios o más, aparecen además de estas últimas autonomías citadas, Aragón, Extremadura y Navarra.

 

El investigador en comunicación comienza a ser visible en los registros científicos

 

Entre los registros más utilizados en el ámbito de las Ciencias Sociales deben destacarse las plataformas o portales académicos en formato de red social (Academia.edu, ResearchGate) y los sistemas de identificación de científicos y autores académicos (ResearcherID, ORCID); además de estos registros científicos, se encuentran las herramientas que registran las publicaciones y configuran su índice de impacto mediante el recuento de las citas (Google Scholar Metric, WoS, IN-RECS, etc.).

Según declaran, los investigadores de la comunicación tienen una presencia notable en los registros científicos, lo que es indicador de su actividad investigadora, dado que desde el punto de vista de su promoción profesional y también como reconocimiento en la comunidad científica, estos registros son requeridos cada vez en mayor medida en las convocatorias de investigación y también ofrecen al investigador una visibilidad útil para su carrera académica. En general, los investigadores de la Comunicación en España declaran hacer uso habitual de estos registros científicos (75%), aunque una quinta parte no conteste a la pregunta en este sentido. En cuanto a los portales en formato de red social, destaca Academia.edu como el más utilizado, siendo el sistema de identificación más frecuente ORCID y el medidor del índice de impacto preferido el de Google Scholar Metric.

Tabla 10. Registros científicos declarados por el investigador en Comunicación.

Academia.edu

Research

Gate

Google

Scholar M

Researcher

ID

en ORCID

soc.

científicas nacionales

total

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

Usuario

557

84%

495

76%

559

85%

385

62%

532

81%

420

64%

2948

75%

No usa

109

16%

159

24%

96

15%

235

38%

125

19%

234

36%

958

25%

Total

666

100%

654

100%

655

100%

620

100%

657

100%

654

100%

3906

100

 

Experiencia investigadora Los Campos y Líneas de investigación centradas en la Comunicación mediática

 

El 57,2% de los investigadores propusieron palabras clave para describir las líneas de investigación. En la Tabla 11 se muestran los campos de investigación y las líneas resultantes.

Tabla 11. Líneas de investigación por campos de estudio, (Post-codificación de palabras clave).

Campos de Estudio

Líneas de Investigación

N

%

N.

%

Comunicación

Grupal

3

0,6%

Com. Grupal general

1

0,2%

Com. Grupal Mediática

2

0,4%

Comunicación

Interpersonal

4

0,8%

Com. Interpersonal general

1

0,2%

Com. Interpersonal Mediática

3

0,6%

Comunicación

Mediática

301

64,0%

Com. Mediática de Grupos

67

14%

Com. Mediática general

66

14%

Com. Mediática interp.

36

7,6%

Com. Mediática de org.

132

28,0%

Comunicación

Organizacional

107

22,7%

Com. Organizacional gral.

8

1,6%

Com. Organiz. Interpersonal

3

0,6%

Com. Organiz. Medios/

Grupos mediáticos

96

20,3%

Metodología

De la

Investigación

27

5,7%

Metodología Com. grupal

2

0,4%

Metodología Com. mediát.

24

5%

Metodología Com. org.

1

0,2%

Metodología general

7

1,4%

Teorías

De La

Comunicación

29

6,0%

Teorías Com. general

11

2,3%

Teorías Com. grupal

1

0,2%

Teorías Com. interpersonal

2

0,4%

Teorías Com. mediáticas

14

2,8%

Teorías Com. organizacional

1

0,2%

471

100%

471

100%

 

En esta tabla, una visión de conjunto nos hace reconocer fácilmente cómo los campos de investigación más frecuentados son la Comunicación mediática, que incluiría las prácticas mediadoras del universo digital, y la Comunicación organizacional, que abarcaría los estudios sobre la comunicación interna y externa de las organizaciones y sus efectos. Ahora bien, el dominio de la Comunicación mediática resulta aplastante (64%), en cualquiera de sus líneas de investigación: Comunicación mediática general (14%), Comunicación mediática de grupos (14%), Comunicación mediática interpersonal (7,6%) pero, sobre todo, la Comunicación mediática de las organizaciones (28%). En segundo lugar, el campo de estudio que se destaca es la Comunicación en las organizaciones (22,7%), estando casi todo este campo centrado en la línea de investigación relativa a la organización de los medios y grupos mediáticos (20,3%). En tercer lugar, siguen los campos dedicados a la epistemología, la teoría y la metodología de la investigación (12%, en conjunto), y, finalmente, los campos de investigación que abordan la Comunicación interpersonal y la Comunicación grupal, cada uno de las cuales apenas alcanza el 1%.

 

La comunicación mediática, la descripción y el análisis de contenido: un perfil de investigación deudor de la historia y atribuible a carencias financieras

 

Los datos de la Tabla 11, que presentan a la Comunicación mediática como el campo de estudios dominante en todas sus líneas de investigación, son asimilables a los que resultaron del análisis de contenido de la producción de Tesis y Proyectos I+D en los años comprendidos entre 2007 y 2013, inclusive. Este perfil de la investigación española en comunicación fue sometido a debate y contraste en las sesiones del Phillips 66, donde mereció una explicación compartida en casi todos los grupos de debate. Una de las conclusiones que se derivaron del mismo consistió en explicar por qué configuran el perfil de investigación dominante la Comunicación mediática, la Descripción y el Análisis de contenido. Una explicación compartida sobre el dominio de este perfil es la historia de institucionalización académica de los planes de estudios universitarios en las distintas Facultades que fueron conformándose en el territorio español. Es decir, que la génesis de ese perfil se encuentra en la misma constitución de nuestras facultades universitarias, en principio creadas para cumplir la función social de formación superior de profesionales de los Medios, sin perjuicio de que esta función social se ampliara posteriormente, con la formación de profesionales capacitados para afrontar otras prácticas sociales de comunicación, tales como, por ejemplo, la salud, la educación, la política o la empresa, y por supuesto, la formación de investigadores. Pero otra explicación frecuente es la que fundamenta este perfil en la deficiente o inexistente financiación de la investigación en el ámbito de la Comunicación, lo que conlleva la elección de aquellos objetos de estudio (la comunicación mediática) que pueden ser estudiados con menores recursos (p.ej. mediante análisis de documentos, análisis de contenido y del discurso, en estudios con objetivos descriptivos y explicativos antes que evaluativos o de intervención). Un exponente de estas reflexiones puede reconocerse en los datos que proporcionan las tablas que siguen a continuación. En la tabla que se circunscribe a los objetos y los objetivos de estudio (Tabla 12) el predominio de la investigación sobre Comunicación mediática presenta como objetivo metodológico principal la Descripción, y en segundo lugar, la Explicación. Contrastan estos datos con los de las investigaciones que eligen como objeto la Comunicación grupal o la Comunicación interpersonal, las cuales adoptan de preferencia objetivos evaluativos y de intervención. La plétora de los estudios descriptivos en contraste con la práctica ausencia de los aplicados de Intervención, podría ser una muestra de que la investigación en Comunicación se adecuaría más a primeros desarrollos de una disciplina, que al desarrollo característico de su madurez en aplicaciones sociales.

Tabla 12. Objetos vs. Objetivos.

Objeto

Objetivos De La Investigación

Descripción

Evaluación

Explicación

Intervención

Total

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

Com. Grupal

20

5%

35

12%

21

5%

37

12%

113

8%

Com.

Interpersonal

17

4%

44

14%

22

5%

20

6%

103

7%

Com. Mediática

264

66%

148

49%

265

63%

166

52%

843

58%

Com.

Organizacional

64

16%

55

18%

71

17%

64

20%

254

18%

Otros

36

9%

20

6%

41

10%

31

10%

128

8%

Total

401

100%

302

100%

420

100%

318

100%

1441

100%

 

A pesar de todo, hay que decir, en favor de la condición científica de estos estudios, que la estrategia de la investigación se establece por criterios metodológicos antes que por otros factores. Así, por los objetos de estudio se establece el criterio de seleccionar los objetivos de la investigación más pertinentes y las técnicas más adecuadas para tales objetos (Tabla 13).

Esta congruencia metodológica puede atisbarse en la siguiente representación (ver Gráfico 17) que ilustra cómo se comparten las técnicas según los objetos de estudio. Las técnicas como la Encuesta, las Observaciones y los Experimentos son compartidas en los campos de estudio de la Comunicación interpersonal, Comunicación grupal y Comunicación organizacional, mientras que las técnicas conversacionales se comparten en los campos de estudio de la Comunicación organizacional y grupal; y finalmente las técnicas que analizan documentos (análisis de contenido, análisis del discurso) se circunscriben al campo de la Comunicación mediática (59%).

 

Tabla 13. Objetos vs. Técnicas.

Objeto

Técnicas

Encuesta

Observación

Conversación

Anál.Docum.

Experimento

Total

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

Com.Grupal

46

14%

35

12%

49

14%

25

6%

36

14%

191

11

Com.

Interpersonal

29

9%

44

15%

29

8%

11

3%

25

9%

138

8%

Com. Mediática

183

55%

148

49%

203

56%

309

73%

136

52%

979

59%

Com.

Organizacional

55

17%

55

18%

64

18%

50

12%

49

19%

273

16%

Otros

17

5%

20

6%

15

4%

25

6%

17

6%

94

6%

Total

330

100

302

100

360

100

420

100

263

100

1675

100

 

 

Los miembros de los grupos de investigación atribuyen la máxima relevancia a las aplicaciones sociales de sus investigaciones y a las citas y reseñas de sus publicaciones (sobre todo, en revistas indexadas) al valorar la experiencia investigadora para construir un Curriculum de evaluación positiva en su carrera académica. Tal relevancia otorgada por miembros de los grupos, contrasta con la escasa valoración de IPs y directores de tesis doctorales, TFG y TFM. Algunos de los datos que sustentan estas conclusiones, son reveladores (ver Gráfico 18).

Así, en concreto, a las revistas se le atribuyen, en general, mayor influencia que a los libros y monografías y que a las Actas de los congresos, de modo que, por ejemplo, esta realidad acaba por estar regida antes por criterios financieros y de ordenación académico-docente (v.g. en la elección de objetos y campos de estudio) que por criterios epistemológicos de contextualización teórica y metodológica. A la postre, lo que resulta más chocante al tiempo que esclarecedor, es la irrelevancia con que los investigadores valoran en la carrera académica el desarrollo epistemológico de las teorías y los métodos de investigación. Es decir, la excelencia de la práctica investigadora parece de nuevo recluirse en valoraciones que sitúan su centro de gravedad más en la reproducción académica que en la innovación y la renovación científica que son necesarias en el campo de la Comunicación. A pesar de todo, queremos extraer de la valoración que hacen los investigadores una cierta visión crítica sobre los rendimientos de la investigación en lo que atañe a la publicación de resultados, de los cuales —se denuncia— se valoran menos sus aplicaciones que el marco financiero que los sustenta, o si se trata de las revistas de mayor impacto, se prefiere la elección de los objetos y campos de estudio que se intuye como más exitosa.

Los investigadores también evaluaron los efectos que habían tenido en sus trayectorias profesionales los impactos de la investigación, especificando: «Contratos para empresas o instituciones», «Movilidad: estancias y becas», «Evaluaciones académicas: sexenios», y «Acreditación académica: Doctorado, Titularidad, Cátedra, etc.». En la Tabla 14 se ofrecen evaluaciones expresadas por los encuestados sobre la importancia atribuida tales rendimientos.

Si las acreditaciones académicas aparecen mayoritariamente valoradas como rendimiento muy importante, en contraste aparecen como «poco o nada importante» las contrataciones externas al ámbito universitario. Por otra parte, la movilidad académica subvencionada y los sexenios suscitan división de opiniones respecto del efecto en la trayectoria profesional. Se viene a corroborar aquí que los rendimientos más valorados de la experiencia investigadora están orientados más bien a la promoción endogámica dentro del ámbito académico.

Tabla 14. Rendimientos declarados en las trayectorias profesionales por el impacto de las investigaciones.

Evaluación

Importancia

Acreditaciones

académicas

Contratos

Estancias/ becas

Sexenios

Total

N

%

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

Bastante o

mucha

360

83%

138

32%

217

50%

200

50%

915

54%

Poca o nada

78

18%

293

68%

216

50%

200

50%

787

46%

Total

438

100%

431

100%

433

100%

400

100%

1702

100%

 

Conclusiones

 

Resumiendo lo que hasta aquí acaba de ser expuesto, es de resaltar que en el propio censo de investigadores que inicialmente se comentó, destacan dos Autonomías, la de Madrid y la de Cataluña, por contar con el mayor número de investigadores, hasta el punto de que acaparan cerca del 50% de estos. Y en orden de mayor a menor número de investigadores, se suceden Valencia y Andalucía, País Vasco, Castilla y León, Galicia y después el resto. Cataluña destaca, además, por poseer el mayor número de universidades con estudios en Comunicación (9). También resulta reseñable la singular concentración de investigadores por Autonomía en una sola de sus universidades, como ocurre en la UPV/EHU respecto al País Vasco, y especialmente en la UCM, respecto a la Comunidad de Madrid.

Considerando el perfil sociodemográfico, destacó la distribución generacional de los investigadores en relación directa con la antigüedad de las Facultades con estudios de Comunicación, de modo que en las jóvenes se concentran más investigadores jóvenes, mientras en las más antiguas se concentran más investigadores senior. Y por lo que atañe a la distribución por género destacan el «techo de cristal» para las mujeres en torno a los 35 años y simultáneamente la brecha de género en cuanto a las diferencias de rangos académicos en favor de los hombres.

Fijando después la atención en la valoración de su Formación por parte de los investigadores, aparecieron preferidas las Ciencias Sociales, como era de esperar, pero relegadas las Ciencias Humanas y excluidas las Matemáticas y las Ciencias Naturales. Lo cual ilustra una visión pacata sobre las competencias adquiridas en su formación.

Examinando después las respuestas declaradas sobre sus remuneraciones económicas, los investigadores se mostraron reticentes para confesarlas, destacando también el desigual reparto de las remuneraciones económicas según Autonomías, respecto a las cuales se cotejan diferencias en la distribución de rangos y de contratos académicos, de modo que las contrataciones de menores ingresos (menos de 1000 €) se concentran en Andalucía, Aragón, Castilla y León, Extremadura, Murcia, Valencia y sobre todo Galicia, mientras que los emolumentos más altos se concentran donde la desigualdad es mayor, caso de Extremadura, La Rioja y Cataluña.

Cuestionando la apreciación de los investigadores sobre su entorno de trabajo, la universidad pública resultó mejor valorada que la privada, en función sobre todo de los sexenios obtenidos y de la experiencia como IP de grupos y equipos de investigación.

Al examinar las respuestas en torno a los grupos y equipos de investigación, resultó que la calidad y el tipo de investigación dependen de la sostenibilidad de los Grupos/Equipos, siendo más corta en el tiempo, más efímera, en los grupos de Proyectos competitivos que en los Grupos de Investigación consolidados (GIC) cuya vigencia más duradera aguanta diversos proyectos que pueden sucederse en el tiempo, acordes con líneas de investigación sostenidas a medio y largo plazo.

Las respuestas de los investigadores ante las preguntas referidas a su dedicación docente frente a la investigadora, ponen de relieve un conflicto grave: la dedicación docente compite en detrimento de la actividad investigadora, dado que el tiempo de docencia en aula se exige y contabiliza para satisfacer los compromisos de dedicación académica, pero no en iguales condiciones que para el tiempo dedicado a la actividad investigadora en su ejecución. Ésta se contabiliza y exige exclusivamente por sus rendimientos, medidos por la duración de los proyectos financiados, la publicación de resultados y su evaluación posterior en el reconocimiento de sexenios acumulados. La frustración se acrecienta en la medida en que, además, la promoción de la carrera académica depende para los investigadores de la obtención de sexenios, y la validación de los programas académicos depende igualmente para los centros universitarios de la existencia de proyectos ejecutados y de sexenios entre su personal. Para la actividad investigadora, así, la dedicación docente se convierte en un lastre o una rémora.

En tales condiciones, la excelencia académica derivada de la investigación científica y la innovación del conocimiento se circunscribe al entorno de la competitividad corporativa, que resulta endémica por su sometimiento a la lucha por conquistar el reconocimiento entre los pares (número de citas), pero no por brindarle a la sociedad aplicaciones y beneficios, lo cual agranda la brecha entre la universidad y las instituciones sociales, y esto se replica incluso en el entorno internacional para proyectos científicos, condenando al provincianismo a la actividad investigadora.

Por otra parte, al considerar la acumulación de sexenios como indicador del nivel investigador, se observa que la mayor parte de los investigadores (60%) carece de sexenios, de modo que sólo tener un sexenio o dos sexenios sería lo más característico si no fuera porque lo más frecuente es no tener ninguno. Es decir, existe un desajuste entre el valor del sexenio en la carrera académica y la escasez con que es concedido, lo que precisaría ser corregido.

A pesar de condiciones tan adversas, el investigador en comunicación comienza a ser visible en los registros científicos, como lo ilustra la progresiva presencia en Academia.edu, ORCID y Google Scholar Metrics.

Fijando la atención en las respuestas sobre la experiencia investigadora, se aprecia que los campos y líneas de investigación se focalizan en la Comunicación mediática, como objeto de estudio, privilegia como objetivo la descripción y como metodología el análisis de contenido, configurando un perfil de investigación deudor de la historia de los centros universitarios españoles, y atribuible a carencias financieras al necesitar menores costes.

Para finalmente concluir cuestionando las debilidades y fortalezas de la actividad investigadora, se preguntó a los investigadores sobre su valoración positiva o negativa de las condiciones materiales (subvenciones y financiación, becas y contratos, trámites burocráticos, e instalaciones y laboratorios), de las condiciones organizacionales (requisitos exigidos en convocatorias, programas de formación metodológica, redes de cooperación y conocimiento, y recursos humanos en los equipos), y de las condiciones institucionales de los marcos en que se desarrollan los procesos de investigación (compatibilidad investigación y docencia, relaciones entre Universidad y Empresa, Agencias de Evaluación, Calidad de Congresos y participación e Indexación de revistas científicas). El Cuadro 5 resumen el resultado de estas apreciaciones.

Cuadro 5. Síntesis de la valoración que merecen las condiciones que afectan a la investigación.

Debilidades

Fortalezas

Condiciones

Materiales

—Ayudas administrativas y

burocráticas.

—Subvención y financiación

Becas y contratos.

—Instalaciones y

laboratorios.

Condiciones

Organizacionales

—Requisitos de las convocatorias

públicas.

—Programas de formación

metodológica.

—Sociedades científicas y

Redes de investigación.

—Recursos humanos.

Condiciones

Institucionales

—Investigación vs. Docencia.

—Agencias de evaluación.

—Revistas Científicas e

Indexación.

—Calidad de los Congresos.

—Universidad vs. Empresa.

 

Como se aprecia en este Cuadro 5, predominan las debilidades sobre las fortalezas en los aspectos tratados. En concreto, en el caso de las Condiciones materiales se aprecian como debilidades todas aquellas condiciones que acompañan a los procesos de investigación, salvo al referirse a instalaciones y laboratorios, cuya valoración es en conjunto positiva. De igual modo, las valoraciones negativas son las más frecuentes cuando se consideran las Condiciones institucionales, exceptuando las que se vinculan con las relaciones entre la Universidad y la Empresa y también la calidad de los Congresos. A este respecto cabe destacar las valoraciones extremadamente negativas al juzgar la compatibilidad entre investigación y docencia, las relaciones entre Universidad y Empresa y al juzgar a las Agencias de evaluación ANECA, ANEP, y CNEAI. En cambio, se equilibran las valoraciones positiva y negativas a propósito las Condiciones organizacionales de los procesos de investigación, que se entienden como debilidades cuando se refieren a los Requisitos de las convocatorias públicas y a los Programas de formación metodológica, mientras se advierten como fortalezas la vinculación con las Sociedades científicas y las Redes de investigación existentes.

En fin, si quisiéramos resumir en un solo enunciado los resultados de la encuesta al censo de investigadores, podría concluirse que confiesan encontrarse sometidos a condiciones académicas precarias, adversas frente a los obstáculos impuestos por las políticas académicas y condenados a competir por el re-conocimiento en lugar de apostar por la rentabilidad social de la universidad.

 

Anexo al Capítulo 3

Tabla 3.1. Distribución de investigadores invitados y proporción de respuestas por Comunidad Autónoma y con porcentajes esperados mínimos y máximos para cada estrato.

CC.AA.

Invitados

%

Muestra

% Muestra

% Min.

Esperado

% Máx.

Esperado

Andalucía

253

10,5

77

9,20%

-20,15%

41,07%

Castilla y León

121

5,0

61

7,30%

0,00%

0,00%

Cataluña

405

16,7

94

11,20%

-16,81%

26,81%

Galicia

110

4,5

39

4,70%

-20,60%

54,10%

Madrid

770

31,8

146

17,40%

-14,76%

78,44%

País Vasco

190

7,9

35

4,20%

-14,85%

21,79%

Valencia

290

12,0

79

9,40%

-12,64%

17,18%

Murcia

84

3,5

32

3,80%

-16,29%

25,39%

Navarra

55

2,3

30

3,60%

-9,24%

11,40%

Aragón

43

1,8

19

2,30%

-11,44%

15,00%

Extremadura

36

1,5

7

0,80%

-8,23%

9,89%

La Rioja

26

1,1

13

1,60%

-10,62%

13,60%

Castilla La Mancha

20

0,8

4

0,50%

-7,23%

8,47%

Canarias

15

0,6

2

0,20%

0,00%

0,00%

Asturias

0

0,0

1

0,10%

-19,05%

34,77%

Baleares

0

0,0

7

0,80%

-20,51%

44,49%

Cantabria

0

0,0

0

0,00%

0,00%

0,00%

Sin contestación

187

22,30%

Total

2418

100

838

Total

2418

100

 

 

Tabla 3.2. Distribución de investigadores invitados y proporción de respuestas por Universidad con porcentajes esperados mínimos y máximos para cada estrato.

Universidad

Invitados

%

Muestra

%

Muestra

% Min Esperado

% Máx.

Esperado

CEU SAN PABLO

126

5,2

8

1,00%

31,84%

27,44%

EUCCB

1

0

0

0,00%

-1,99%

2,07%

MU

14

0,6

1

0,10%

-7,01%

8,17%

Nebrija

43

1,8

0

0,00%

-11,44%

15,00%

UA

62

2,6

11

1,30%

-13,25%

18,37%

UAB

98

4,1

12

1,40%

-15,67%

23,77%

UBU (Burgos)

12

0,5

2

0,20%

-6,53%

7,53%

UC3M

84

3,5

13

1,60%

-14,85%

21,79%

UCA

31

1,3

3

0,40%

-9,97%

12,53%

UCAM

23

1

4

0,50%

-8,76%

10,66%

UCH-CEU

32

1,3

2

0,20%

-10,11%

12,75%

UCJC

35

1,4

1

0,10%

-10,50%

13,40%

UCLM

20

0,8

4

0,50%

-8,23%

9,89%

UCM

307

12,7

55

6,60%

-20,60%

46,00%

UD

32

1,3

5

0,60%

-10,11%

12,75%

UDC

30

1,2

10

1,20%

-9,83%

12,31%

UdG

49

2

3

0,40%

-12,06%

16,12%

UDIMA

35

1,4

7

0,80%

-10,50%

13,40%

UdL

13

0,5

2

0,20%

-6,77%

7,85%

UEMC (Valladolid)

9

0,4

2

0,20%

-5,72%

6,46%

UGR

42

1,7

13

1,60%

-11,33%

14,81%

UIB-CESAG

(P. Comillas)

23

1

6

0,70%

-8,76%

10,66%

UIC

16

0,7

6

0,70%

-7,45%

8,77%

UJI

55

2,3

28

3,30%

-12,64%

17,18%

ULL

15

0,6

2

0,20%

-7,23%

8,47%

UM

61

2,5

28

3,30%

-13,08%

18,04%

UMA

86

3,6

29

3,50%

-14,97%

22,09%

UMH

54

2,2

8

1,00%

-12,55%

17,01%

UNAV

55

2,3

29

3,50%

-12,64%

17,18%

UNED

1

0

4

0,50%

-1,99%

2,07%

UNEX

35

1,4

6

0,70%

-10,50%

13,40%

UNIR

26

1,1

13

1,60%

-9,24%

11,40%

UNIZAR

43

1,8

18

2,10%

-11,44%

15,00%

UOC

15

0,6

10

1,20%

-7,23%

8,47%

UPF

73

3

24

2,90%

-14,10%

20,14%

UPSA

31

1,3

10

1,20%

-9,97%

12,53%

UPV

26

1,1

12

1,40%

-9,24%

11,40%

UPV/EHU

143

5,9

29

3,50%

-17,68%

29,50%

URJC

117

4,8

52

6,20%

-16,62%

26,30%

URL

80

3,3

21

2,50%

-14,58%

21,20%

URV

18

0,7

7

0,80%

-7,86%

9,34%

US

94

3,9

26

3,10%

-15,44%

23,22%

USAL

19

0,8

16

1,90%

-8,04%

9,62%

USC

49

2

20

2,40%

-12,06%

16,12%

UV

61

2,5

18

2,10%

-13,17%

18,21%

UVA (Segovia)

29

1,2

0

0,00%

-9,69%

12,09%

UVA (Valladolid)

21

0,9

30

3,60%

-8,41%

10,15%

UVIC

43

1,8

7

0,80%

-11,44%

15,00%

Uvigo

31

1,3

9

1,10%

-9,97%

12,53%

Otros casos (foráneas)

19

2,00%

Sin contestar

193

23,00%

Total

2418

100

838

99,70%

 

Tabla 3.3. Perfiles sociodemográficos de Edad y Género.

Género

Total

Femenino

Masculino

N

%

N

%

N

%

Menos 30 años

14

7

8

3,3

22

5

De 30 a 40 años

56

26

49

20,5

105

23

De 41 a 50 años

76

36

96

40

172

38

De 51 a 60 años

52

24

67

28

119

26

Mas de 60

15

7

19

7,9

34

8

Total

213

100

239

100

452

100

 

 

Tabla 3.4. Rango académico/laboral declarado vs Comunidad Autónoma.

Contratos

temporales

Titulares y

Catedráticos

Doctorandos

Sin rango

académico

Total

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

Andalucía

37

11%

30

14%

7

9%

3

23%

77

12%

Aragón

10

3%

7

3%

2

3%

0

0

19

3%

Asturias

1

0%

0

0%

0

0

0

0

1

0

Baleares

5

1%

1

1%

0

0

1

7%

7

1%

Canarias

1

0%

1

1%

0

0

0

0

2

0

Castilla y León

31

9%

15

7%

14

17%

1

7%

61

9%

Castilla-

La Mancha

2

1%

2

1%

0

0

0

0

4

0

Cataluña

59

17%

28

13%

6

7%

1

8%

94

15%

Extremadura

3

1%

4

2%

0

0

0

0

7

1%

Galicia

24

7%

12

6%

3

4%

0

0

39

9%

La Rioja

10

3%

3

2%

0

0

0

0

13

2%

Madrid

75

22%

49

24%

17

21%

3

23%

146

23%

Murcia

19

6%

7

3%

5

6%

1

8%

32

5%

Navarra

8

2%

15

7%

6

7%

1

8%

30

5%

País Vasco

15

4%

14

7%

7

9%

1

8%

35

6%

Valencia

45

13%

19

9%

14

17%

1

8%

79

12%

Total

345

100%

207

100%

81

100%

13

100%

646

100%

media

21,5

12,9

5

1

40

100%

 

 

Tabla 3.5. Sexenios declarados por los investigadores en Comunicación, según Autonomías

0 Sexenios

1 Sexenio

2 Sexenios

3 Sexenios

4 o más sexenios

Total

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

N

%

Andalucía

46

12%

17

13%

6

7%

4

11%

2

15%

75

12%

Aragón

9

2%

5

4%

3

3%

0

0%

2

15%

19

3%

Asturias

0

0%

1

1%

0

0%

0

0%

0

0%

1

0%

Baleares

7

2%

0

0%

0

0%

0

0%

0

0%

7

1%

Canarias

1

0%

0

0%

1

1%

0

0%

0

0%

2

0%

Castilla y León

39

10%

14

12%

2

2%

4

11%

1

7,6%

60

9%

Castilla-

La Mancha

2

1%

0

0%

2

2%

0

0%

0

0%

4

1%

Cataluña

49

13%

22

19%

14

16%

7

20%

1

7,6%

93

15%

Extremadura

3

1%

1

1%

1

1%

1

3%

1

7,6%

7

1%

Galicia

24

6%

7

6%

5

6%

2

6%

0

0%

38

6%

La Rioja

8

2%

1

1%

1

1%

2

6%

0

0%

12

2%

Madrid

85

22%

24

20%

23

26%

7

20%

3

23%

142

22%

Murcia

19

5%

8

7%

4

5%

1

3%

0

0%

32

5%

Navarra

13

3%

5

4%

9

10%

1

3%

2

15%

30

5%

País Vasco

25

7%

5

4%

4

5%

1

3%

0

0%

35

6%

Valencia

52

14%

9

8%

12

14%

5

14%

1

7,6%

79

12%

Total

382

100%

119

100%

87

100%

35

100%

13

100%

636

100%

60%

19%

13%

6%

2%

100%

 

Tabla 3.6. Experiencia declarada del investigador de la Comunicación.

Experiencia

del investigador

IP

Miembro

Dtor. TD

Dtor

TFM-TFG

Total

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

Al menos una vez

120

46%

151

24%

84

24%

34

6%

389

22%

De 2 a 5 veces

105

40%

321

51%

160

45%

66

12%

652

36%

De 6 a 10 veces

26

10%

97

16%

65

18%

67

12%

255

14%

Más de 10 veces

9

4%

59

9%

45

13%

395

70%

508

28%

Sumatorio

Experiencia inv.

260

100%

628

100%

354

100%

562

100%

1804

100%

14.4%

34.8 %

19.6%

31.1%

100%

Alguna vez

260

41%

628

90%

354

55%

562

82%

431

67%

Nunca

372

59%

68

10%

284

45%

122

16%

257

37%

Total casos

632

100%

696

100%

638

100%

684

100%

688

100%

 

 

Tabla 3.7. Valoraciones recibidas por las actividades investigadoras en general.

Valoraciones del

Director Académico

Aplicaciones

Citas y reseñas

Tª y métodos

Total

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

Muy relevantes

89

17%

71

14%

120

23%

280

19%

Bastante relevantes

171

34%

150

29%

172

33%

493

30%

Poco relevantes

59

11%

91

17%

49

9%

199

14%

Sin valoración

186

38%

201

39%

186

35%

573

37%

Total

505

100

513

100

527

100

479

100

505

33%

513

33%

527

34%

1545

100%

 

Tabla 3.8. Valoraciones recibidas por las actividades investigadoras en general.

Valoración

Miembro Equipo

aplicaciones

Citas y reseñas

Tª y métodos

Total

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

Muy relevantes

98

18%

74

14%

104

19%

276

17%

Bastante relevantes

208

40%

203

39%

225

42%

636

40%

Poco relevantes

52

10%

88

17%

48

9%

188

12%

Sin valoración

167

32%

157

30%

164

30%

488

31%

Total

525

100

522

100

541

100

1588

100

525

33%

522

33%

541

34%

1588

100%

Tabla 3.9. Valoraciones recibidas por las actividades investigadoras en general.

Valoración

Investigador Principal

aplicaciones

Citas y reseñas

Tª y métodos

Total

N.

%

N.

%

N.

%

N.

%

Muy relevantes

81

20%

45

11%

71

17%

197

16%

Bastante relevantes

102

25%

122

30%

118

28%

342

27%

Poco relevantes

22

5%

38

9%

12

3%

72

6%

Sin valoración

205

50%

208

50%

224

52%

637

51%

Total

410

100

413

100

425

100

1248

100

410

33%

413

33%

425

34%

1248

100%

 

 

1 Profesor Titular en la UCM, jagamo@ucm.es

2 Catedrático de la Universidad Complutense, pinuel@ucm.es

Gráfico 12. Perfiles sociodemográficos de Edad y Género.

Gráfico 16. Sexenios declarados por los investigadores en Comunicación, según Autonomías.

Gráfico 15. Estratificación de sexenios declarados por investigadores de Comunicación en España.

Gráfico 17. Configuraciones relativas al uso preferente de técnicas según campos de estudio.