Narrativas digitales contra la desinformación.

Verificación de datos y alfabetización en la sociedad de la información (2023)

 

 

Título del Capítulo: «Técnicas básicas de verificación para la ciudadanía»

Autoría: Alberto Dafonte-Gómez

Cómo citar este Capítulo: Dafonte-Gómez, A. (2023): «Técnicas básicas de verificación para la ciudadanía». En Míguez-González, M.I.; Dafonte-Gómez, A. (coords.), Narrativas digitales contra la desinformación. Verificación de datos y alfabetización en la sociedad de la información. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.

ISBN: 978-84-17600-85-3

d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c3.emcs.19.p105

 

 

 

3. Técnicas básicas de verificación para la ciudadanía

 

Alberto Dafonte-Gómez

 

Universidade de Vigo

Introducción

 

Llamamos desinformación a toda aquella información falsa, imprecisa o engañosa presentada y promovida con la intención de hacer un daño público o con ánimo de lucro (A Multi-Dimensional Approach to Disinformation. Report of the High Level Group on Fake News and Online Disinformation, 2018). Según Wardle, para completar el concepto habría que añadir a estas intencionalidades con una lógica clara de obtención de beneficios, una tercera con orígenes menos racionales: «causar problemas porque sí» (2020: 10), que puede servir para explicar algunas de las casuísticas menos frecuentes.

En cualquier caso, los que crean y distribuyen inicialmente ese tipo de contenidos tienen el objetivo de intoxicar a la opinición pública, pero si la desinformación es un problema tan grave es porque existe una gran cantidad de personas que colaboran en su propagación sin ser conscientes de su falsedad o imprecisión, incluso con buenas intenciones.

La desinformación aprovecha ciertas necesidades psicológicas, comportamientos humanos y sesgos cognitivos para expandirse y afectar al mayor número de personas posible (Dafonte-Gómez, 2019). Entender cómo funciona y los distintos recursos que puede utilizar es un paso imprescindible para poder identificarla y actuar sobre ella, impidiendo, al menos, su distribución. Por este motivo numerosas instituciones públicas, fundaciones, organismos no gubernamentales e investigadores han elaborado y puesto a disposición de la sociedad guías con tono divulgativo para tratar de favorecer la alfabetización digital y mediática frente a la desinformación. Sobre ellas sustentaremos las siguientes páginas.

 

1. Aprender a reconocer la desinformación

 

1.1. Características de la desinformación

 

Sin duda, para la identificación de lo que puede ser desinformación por parte de un público no especializado no es suficiente con una definición del concepto, sino que puede ser incluso más ilustrativa una descripción de sus características comunes.

El documento Guidelines for teachers and educators on tackling disinformation and promoting digital literacy through education and training forma parte del Plan de Acción para la Educación Digital (2021-2027) de la Unión Europea. El texto, editado por la Comisión Europea, señala como algunas de las principales características de la desinformación las siguientes (2022: 26):

Como complemento a esta descripción básica podemos añadir una serie de patrones comunes de las «fake news» —un término que debemos identificar como una modalidad concreta dentro del espectro de la desinformación— señalados por Anzivino et al. (2020: 47) en el manual Digital Resistance, editado por el Consejo de Europa:

1.2. Diferentes tipos de desinformación

 

Una de las clasificaciones más citadas y reproducidas sobre los distintos tipos de desinformación es la propuesta por Wardle en 2017 y cuya última versión corresponde a 2019. La intención de Wardle era aportar argumentos contra el uso del término «fake news» para referirse a cualquier tipo de desinformación, mostrando que había una amplia gradación de posibilidades que no implicaban usar exclusivamente falsedades con apariencia de noticia. Así pues, según la clasificación de Wardle (2020) podemos hablar de:

Dependiendo del tipo de desinformación al que nos enfrentemos existen una serie de herramientas que pueden ser más apropiadas que otras, pero, en cualquier caso, lo principal es contar con ciertas estrategias de actuación ante contenidos de los que tengamos sospechas.

 

2. Técnicas de verificación

 

La verificación de datos —o fact-checking— en periodismo puede entenderse de dos maneras: por un lado, como práctica tradicional de comprobación de afirmaciones y cifras antes de la publicación de una noticia (a modo de control de calidad) y por otra, en su acepción más contemporánea, como la comprobación de informaciones ya publicadas o de declaraciones realizadas por personalidades públicas (Mantzarlis, 2018).

La verificación se basa en el cuestionamiento sistemático y razonado de los datos y contenidos que se nos presentan como ciertos. La propia naturaleza del proceso conlleva dudar y plantearse preguntas en relación con distintos aspectos, tanto del contenido como de su origen, y es una práctica que, a un nivel básico, cualquier ciudadano puede realizar. En las siguintes páginas abordaremos algunas cuestiones esenciales que debemos plantearnos antes de dar por buena una noticia para contribuir, al menos, a «no estar compartiendo rumores, desinformación o información engañosa» (Braesel; Karg, 2021: 226) y también algunas de las herramientas de verificación más accesibles.

Según Urbani (2020) los cinco pilares de la verificación son: procedencia, fuente, fecha, ubicación y motivación; cada uno de ellos conlleva la formulación de una serie de preguntas cuya respuesta nos proporcionará pistas sobre la veracidad o, al menos, sobre la credibilidad aparente de un contenido.

 

2.1. Procedencia

 

Es importante saber si lo que tenemos delante es un contenido original primario o si se trata de un fragmento, reedición o referencia a otro contenido que nos pueda privar del contexto necesario u omita información importante para interpretarlo adecuadamente. Según Urbani (2020: 28) «la comprensión de la procedencia desentraña el contexto y las motivaciones», motivo por el que debería ser el primer elemento de análisis.

Una revisión de la procedencia del contenido puede desvelar que unas declaraciones han sido editadas deliberadamente para omitir aspectos relevantes que cambian su significado, que se han reutilizado imágenes antiguas sacadas da su contexto original para vincularlas falsamente a un acontecimiento actual, o que las referencias en un texto a los datos de un estudio están manipuladas o son imprecisas. El proceso de verificación de procedencia implica rastrear el origen del contenido que se referencia y comprobar si la interpretación o fragmento que se nos ofrece se corresponde con el original. Trewinnard y Bell (2018: 99-100) recomiendan realizar las siguientes preguntas para identificar «banderas rojas» con respecto a la procedencia de los contenidos:

2.2. Fuente

 

Al hablar de la fuente debemos distinguir entre quién publica el contenido que nos llega y quién lo crea. En muchas ocasiones tratar de llegar a la fuente original de unas imágenes es el único modo de verificar algo de lo que se pueden haber hecho eco distintas páginas web o perfiles, pero es una tarea que puede requerir cierto grado de especialización.

Anzivino, Caiani, Del Zotto y Berndt (2020: 43) ofrecen una lista exhaustiva de cuestiones que debemos plantearnos con respecto a las fuentes. El primer paso en fuentes online es valorar la información que ofrece la propia web o perfil que publica un contenido:

La dirección URL puede ofrecer también pistas sobre la credibilidad del contenido: En el caso de que se citen expertos o testigos: El diseño de la página en la que se encuentra el contenido también puede ofrecer elementos de valoración sobre la profesionalidad del sitio:

2.3. Fecha y ubicación

 

El contexto falso —descrito anteriormente como modalidad desinformativa— es un recurso muy habitual para tratar de engañar a la ciudadanía: manifestaciones de apoyo a causas, disturbios o imágenes de catástrofes naturales pueden presentarse como vinculadas a la actualidad y a un contexto geográfico próximo al receptor, cuando, en realidad, han sucedido en otro momento y lugar. La que se considera primera condena por difundir desinformación en España castiga, precisamente, la publicación en Twitter del vídeo de una brutal agresión a una mujer en China, atribuyendo la agresión a menores no acompañados de un centro de Canet de Mar (Barcelona) (García Bueno, 2022).

A nivel general, recomiendan hacer las siguientes comprobaciones con respecto a fecha y lugar:

En lo relativo a la ubicación Urbani (2020: 46) plantea una serie de cuestiones más específicas:

2.4. Motivación

 

Tratar de identificar y entender las motivaciones que pueden existir detrás de la divulgación de un contenido contribuye a realizar una evaluación más completa sobre su credibilidad. Es complicado tener certezas sobre los intereses que pueden estar detrás de la publicación de algunos contenidos, pero podemos localizar indicadores que nos permitan formular hipótesis razonables sobre ello. Urbani (2020: 53) destaca las siguientes cuestiones sobre la motivación:

Podemos observar que, en las recomendaciones de Urbani, se incluyen de forma explícita comprobaciones que tienen que ver con la identificación de la fuente, y es porque en muchos casos las motivaciones de un individuo estarán relacionadas con sus filiaciones profesionales o ideológicas. 3. Herramientas de verificación

Una vez expuestas algunas de las preguntas que cabe formular ante un contenido para determinar su veracidad, toca hablar de herramientas accesibles para intentar darles respuesta.

A todas los recursos mencionados para distintas tareas queremos añadir InVID-WeVerify, una auténtica caja de herramientas desarrollada por AFP con financiación pública europea que, a través de un único espacio, ofrece ditintos tipos de análisis para fotografías y vídeos, además de las búsquedas inversas, acceso a metadatos y búsquedas especializadas.

 

Conclusiones

 

La alfabetización mediática se entiende cada vez más como un acto de corresponsabilidad entre los medios de comunicación y las audiencias, que deben estar capacitadas para desarrollar un pensamiento crítico frente a los contenidos que reciben a diario a través de múltiples fuentes (Sádaba; Salaverría, 2023). Esta actitud crítica y activa ante la información es un primer paso imprescindible, pero parece requerir —cada vez en mayor medida— de ciertas competencias digitales para poder valorar la veracidad de un contenido. Si bien es importante y posible formar a la ciudadanía en el uso de algunas de las herramientas más accesibles para realizar comprobaciones sencillas, no podemos olvidar que las tecnologías capaces de generar contenidos falsos con un elevado nivel de verosimilitud avanzan mucho más rápido que las dedicadas a detectar su uso. Ejemplos como la explosión actual de las inteligencias artificiales generativas, que permiten la creación de imágenes sintéticas con un grado de realismo cada vez mayor, hacen que resulte complejo imaginar escenarios en un futuro inmediato en los que la ciudadanía pueda determinar —con un cierto nivel de autonomía — si se encuentra ante algo real o no. Ante esta amenaza latente, es el desarrollo del pensamiento crítico la menos obsolescente de las herramientas.

 

Agradecimientos

 

Este capítulo forma parte del proyecto «Narrativas digitales contra la desinformación. Estudio de redes, temas y formatos en los fact-checkers iberoamericanos»,financiado por la Agencia Estatal de Investigación, de España (Ref. PID2019-108035RB-I00/AEI/ 10.13039/501100011033).

Alberto Dafonte-Gómez es miembro de la Cátedra Unesco "Transformative Education: Science, Communication and Society".

 

Referencias

 

A multi-dimensional approach to disinformation. Report of the High Level Group on fake news and online disinformation. (2018). Comisión Europea. http://ec.europa.eu/newsroom/dae/document.cfm?doc_id=50271

 

Anzivino, M.; Caiani, M.; Del Zotto, M.; Berndt, A. (2020): «Digital competences to deal with fake news». En Digital Resistance. Council of Europe. https://book.coe.int/en/secondary-education/8916-pdf-digital-resistance.html

Braesel, S.; Karg, T. (2021): Alfabetización Mediática e Informacional. Una guía práctica de capacitación. Deutsche Welle. https://akademie.dw.com/es/alfabetización-mediática-e-informacional-guía-práctica-de-capacitación-tercera-edición/a-61370039

 

Dafonte-Gómez, Alberto (2019): «Consumo y distribución de contenidos en la era digital: El papel de la audiencia en la propagación de noticias falsas». En D. Renó; V. Gosciola; L. Renó (Eds.), Transformações do Jornalismo na Nova Ecologia dos Meios, pp. 54-63. Ria Editora.

 

García Bueno, Jesús (2022, noviembre 8): «Primera condena en España por difundir ‘fake news’ sobre los menores migrantes». El País. https://elpais.com/espana/catalunya/2022-11-08/primera-condena-en-espana-por-difundir-fake-news-sobre-los-menores-migrantes.html

G

uidelines for teachers and educators on tackling disinformation and promoting digital literacy through education and training. (2022). European Commission, Directorate-General for Education, Youth, Sport and Culture. https://doi.org/doi/10.2766/28248

Mantzarlis, Alexios (2018): «Fact-checking 101». En C. Ireton & J. Posseti (Eds.), Journalism, «Fake News» and Disinformation: A Handbook for Journalism Education and Training, pp. 81-95. UNESCO. https://en.unesco.org/fightfakenews

 

Sádaba, C.; Salaverría, R. (2023): «Combatir la desinformación con alfabetización mediática: Análisis de las tendencias en la Unión Europea». Revista Latina de Comunicación Social, vol. 81, pp. 1-7. https://doi.org/10.4185/RLCS-2023-1552

 

Trewinnard, T.; Bell, F. (2018): «Social media verification: Assessing sources and visual content». En C. Ireton & J. Posseti (Eds.), Journalism, «Fake News» and Disinformation: A Handbook for Journalism Education and Training, pp. 96-108. UNESCO. https://en.unesco.org/fightfakenews

Urbani, Shaydanay (2020): Guía básica de First Draft sobre cómo verificar información encontrada en línea. https://firstdraftnews.org/wp-content/uploads/2020/07/Verifying_Online_Information_Digital_AW_ES.pdf?x21167

 

Wardle, Claire (2020): Guía básica de First Draft para comprender el desorden informativo. First Draft. https://firstdraftnews.org/wp-content/uploads/2020/07/Information_Disorder_Digital_AW_ES.pdf?x21167

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