MAPCOM

Quince años de investigación sobre Comunicación en universidades españolas.
Fifteen years of research into Communication in Spanish universities (2023)

 

 

 

Título del Capítulo: «Las voces de los investigadores, por encuesta»

Autoría: José Luis Piñuel-Raigada; Gemma Teso Alonso; Carlos Arcila-Calderón; Maximiliano Fernández Fernández

Cómo citar este Capítulo: Piñuel-Raigada, J.L.; Teso Alonso, G.; Arcila-Calderón, C.; Fernández-Fernández, M. (2023): «Las voces de los investigadores, por encuesta». En Caffarel, C.; Lozano, C.; Gaitán, J.A.; Piñuel, J.L. (eds.), MAPCOM. Quince años de investigación sobre Comunicación en universidades españolas. Fifteen years of research into Communication in Spanish universities. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.

ISBN:978-84-17600-82-2

d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c6.emcs.20.mic8

 

 

 

 

6. Las voces de los investigadores, por encuesta

 

José Luis Piñuel-Raigada

 

Universidad Complutense de Madrid

 

Gemma Teso Alonso

 

Universidad Complutense de Madrid

 

Carlos Arcila-Calderón

 

Universidad de Salamanca

 

Maximiliano Fernández Fernández

 

Universidad Rey Juan Carlos

 

6.1. Relevancia del objeto y la metodología de la encuesta

 

La técnica de la encuesta sirve para recabar respuestas a preguntas que le han sido formuladas a individuos seleccionados por representar estadísticamente a la población a la que pertenecen, y con el objetivo declarado de desvelar cómo en tal población se configuran los perfiles de las diferentes respuestas a las preguntas formuladas. Esto, como se sabe, es factible si se cumplen dos condiciones: una relativa a la adecuada selección muestral de los individuos seleccionados, y la otra relativa a la formulación de las preguntas de manera que todos y cada uno puedan elegir respuestas dentro de un mismo listado de alternativas para responder a cada pregunta. Cuidando respetar tales condiciones, el programa MapCom se propuso, en sus proyectos (2013/2017, y 2018/2022), desvelar los perfiles adoptados por la población de investigadores censados en aquellos centros universitarios españoles con titulaciones de grado y posgrado en las áreas de la Comunicación Social, cuando se formulaban preguntas sobre la actividad de investigación desarrollada. Los datos y comentarios de los resultados de la encuesta de 2017 pueden ser examinados en Piñuel Raigada, et al. (2018b: 33, 73) y en Gaitán, J.A. et al. (2019: 23, 15). En este capítulo se van a exponer las voces de la población de investigadores en la encuesta de 2022. Y presentaremos, primero, cómo se constituyó el censo y la muestra de esta población aspirando a representar a nuestra comunidad científica; en segundo lugar se mostrará cómo fue la elaboración del formulario de preguntas y cuáles rasgos fueron el objetivo a desvelar con esta encuesta; tercero, se irán exponiendo los datos más relevantes y su evolución contemplando ambas encuestas; y finalmente se aportará una valoración sobre la configuración de los perfiles que nuestra comunidad científica expresa al apreciar su experiencia investigadora y sus condiciones.

 

6.1.1. Voces de una población: censo y representatividad de la comunidad científica de los investigadores universitarios que responden la encuesta

 

En cuanto al censo o universo tomado en consideración para la encuesta del programa MapCom, también en su segundo proyecto, se tuvieron en cuenta los investigadores con las siguientes características:

Una vez elaborado el censo total con los tres universos anteriormente mencionados, se obtuvieron un total de 3.392 personas, a las que se les hizo llegar la invitación a participar en la encuesta accediendo al formulario mediante una contraseña. El proceso de invitación varió dependiendo de su adscripción, o no, a universidades españolas, ya que a todos los investigadores adscritos a estas universidades se les hizo llegar la invitación de una manera personalizada, y respecto a los otros dos universos de la muestra, se les hizo llegar mediante invitaciones abiertas a través de sus respectivos programas de doctorado o sociedades científicas. De las 3.392 se obtuvieron 776 encuestados, total que hace una tasa de respuesta efectiva del 23,05%.

Para establecer si la muestra así obtenida era representativa, se tomaron en cuenta las variables de comunidad autónoma (Tabla 1) y de universidad (Tabla 2) a las que pertenecía el investigador. En este sentido, se estimaron los porcentajes esperados mínimos y máximos para cada categoría de las variables mencionadas, con el objetivo de establecer un rango de confianza y comprobar si los valores de la muestra se encontraban dentro del intervalo de confianza considerado. Por lo cual, se calculó en el censo la media (M) y la desviación típica (DT) de cada subcategoría de universidad y Comunidad Autonóma (CC.AA.). Para ello se creó una variable dummy por cada valor de la variable, codificada como 0 (ausencia del investigador en esa universidad o comunidad autónoma) y 1 (presencia del investigador en la Universidad o Comunidad Autónoma). Posteriormente, para calcular los intervalos de confianza se utilizó la fórmula:

% mínimo = M – DT y % máximo = M + DT

En ambas tablas, se puede observar que los porcentajes obtenidos encajan dentro de los límites mínimos y máximos esperados, por lo que se puede afirmar que la muestra es representativa respecto al censo de invitados. Así, de los 3.392 investigadores contactados para responder a la encuesta, tras depuración de errores, se obtuvo la participación de 776 personas (el 22,87% del censo) que respondieron a las preguntas.

Tabla 1. Distribución de investigadores invitados y proporción de respuestas por CC.AA. mostrando porcentajes esperados mínimos y máximos para cada estrato.

CC. AA.

Invitados

%

Muestra

% Muestra

% Mín Esperado

% Máx esperado

Andalucía

396

11,67

113

14,6

-20,44

43,79

Aragón

96

2,83

21

2,7

-13,76

19,42

Asturias

0

0,00

0

0

0

0

Baleares

0

0,00

0

0

0

0

Canarias

60

1,77

9

1,2

-11,41

14,95

Cantabria

0

0,00

0

0

0

0

Castilla la Mancha

38

1,12

11

1,4

-9,41

11,65

Castilla y León

67

1,98

34

4,4

-11,94

15,89

Cataluña

1.137

33,52

134

17,3

-13,69

80,73

Extremadura

17

0,50

5

,6

-6,56

7,56

Galicia

125

3,69

41

5,3

-15,16

22,53

La Rioja

14

0,41

5

,6

-6,00

6,82

Madrid

704

20,75

224

28,9

-19,81

61,32

Murcia

106

3,13

45

5,8

-14,28

20,53

Navarra

48

1,42

16

2,1

-10,40

13,23

País Vasco

358

10,55

27

3,5

-20,18

41,28

Valencia

226

6,66

91

11,7

-18,28

31,60

Total

3.392

100,00

776

100,0

Fuente: Elaboración propia.

Tabla 2. Distribución de investigadores invitados y proporción de respuestas por Universidad mostrando porcentajes esperados mínimos y máximos para cada estrato.

Universidad

Invitados

%

Muestra

% Muestra

% Mín Esperado

% Máx esperado

EHU/UPV

358

10,55

27

3,5

-20,18

41,28

UA

17

0,50

17

2,2

-6,56

7,56

UAB

257

7,58

31

4,0

-18,89

34,04

UAOCEU

60

1,77

6

,8

-11,41

14,95

UB

1

0,03

1

,1

-1,69

1,75

UBU

14

0,41

8

1,0

-6,00

6,82

UC3M

66

1,95

20

2,6

-11,87

15,76

UCA

77

2,27

8

1,0

-12,63

17,17

UCAM

43

1,27

21

2,7

-9,92

12,46

UCHCEU

59

1,74

13

1,7

-11,34

14,81

UCJC

20

0,59

9

1,2

-7,07

8,25

UCLM

38

1,12

11

1,4

-9,41

11,65

UCM

255

7,52

91

11,7

-18,85

33,89

UDC

20

0,59

5

,6

-7,07

8,25

UDG

146

4,30

11

1,4

-15,99

24,60

UDIMA

1

0,03

1

,1

-1,69

1,75

UDL

33

0,97

1

,1

-8,84

10,79

UEX

17

0,50

5

,6

-6,56

7,56

UFV

1

0,03

1

,1

-1,69

1,75

UGR

92

2,71

24

3,1

-13,53

18,96

UHU

15

0,44

5

,6

-6,19

7,08

UIC

59

1,74

7

,9

-11,34

14,81

UJI

81

2,39

39

5,0

-12,88

17,66

ULL

60

1,77

9

1,2

-11,41

14,95

UM

63

1,86

24

3,1

-11,65

15,36

UMA

94

2,77

22

2,8

-13,65

19,19

UMH

38

1,12

8

1,0

-9,41

11,65

UNAV

48

1,42

16

2,1

-10,40

13,23

UNEBRIJA

3

0,09

3

,4

-2,88

3,06

UNIR

14

0,41

5

,6

-6,00

6,82

UNIZAR

60

1,77

21

2,7

-11,41

14,95

UOC

21

0,62

7

,9

-7,23

8,46

UPF

266

7,84

42

5,4

-19,05

34,73

UPV

3

0,09

3

,4

-2,88

3,06

URJC

195

5,75

76

9,8

-17,53

29,03

URL

179

5,28

11

1,4

-17,08

27,64

URV

63

1,86

9

1,2

-11,65

15,36

US

118

3,48

54

7,0

-14,85

21,81

USAL

20

0,59

17

2,2

-7,07

8,25

USC

66

1,95

17

2,2

-11,87

15,76

USPCEU

163

4,81

23

3,0

-16,59

26,20

UV

28

0,83

11

1,4

-8,22

9,87

UVA

21

0,62

9

1,2

-7,23

8,46

UVIC

52

1,53

8

1,0

-10,76

13,82

UVIGO

39

1,15

19

2,4

-9,51

11,81

UPSA

12

0,35

0

0

-5,58

6,29

USJ

36

1,06

0

0

-9,19

11,31

Total

3392

100,00

776

100,0

Fuente: Elaboración propia.

 

6.1.2. Diseño del formulario de encuesta

 

A los encuestados se les propuso que, antes de iniciar las respuestas a las preguntas de la encuesta, manifestasen si conocían o no el programa MapCom. Si era desconocido para una mayoría cualificada, suponíamos mayor carencia de prevenciones en sus respuestas y, afortunadamente, así pareció ocurrir: «No lo conocía o sólo de nombre», 66,20%; «He consultado en la web bases de datos, informes y/o publicaciones», 10,23%; «Conozco MapCom por otras vías», 23,57%.

A continuación, el objeto de atención de las cuestiones formuladas fue, en primer lugar, el perfil académico con el que se identifica el investigador en su acceso al Doctorado o antigüedad como doctor, así como según su entorno de experiencia investigadora, según el número de sexenios concedidos de investigación y de transferencia reconocidos por la Agencia Estatal de Investigación (AEI), así como también su apreciación sobre las valoraciones deseables por sus actividades investigadoras en general, siguiendo enfoques teóricos y metodológicos novedosos, o según el interés de sus aplicaciones a la sociedad, así como también según los reconocimientos académicos de citas y reseñas incluyendo sus registros como investigador en bases y redes colaborativas.

En segundo lugar, para el diseño del cuestionario, fue objeto de atención conocer la adscripción profesional como investigador en el censo, considerando: su vinculación docente y con qué rango o bien si discente en una universidad y cuál; su pertenecia a Sociedad Científica o en Programas de Doctorado; y finalmente su adscripción profesional como investigador y adscripciones a grupos y/o equipos de investigación en ejercicio.

En tercer lugar, se incluyeron en el diseño del cuestionario perfiles en la experiencia investigadora de los encuestados, pidiéndoles declarar, primero, si habían tenido experiencia de participación en Proyectos I+D internacionales, estatales, autonómicos, competitivos de Universidad, competitivos por contrato con la Universidad (p.e. por artículo 83) o por contratación privada, y con qué grado expresado en una escala de 1 a 5, considerando el reconocimiento asociado en su carrera académica. Pidiéndoles, después, identificar sus líneas de investigación, señalando si el abordaje de sus objetos de estudio (ya sea, comunicación mediática, organizacional, grupal o interpersonal) ha estado enfocado habitualmente a examinar su infraestructura y/o condiciones de producción; o bien a analizar su estructura discursiva de textos y/o documentos; o bien a contemplar la superestructura de regulaciones y/o hábitos de conducta; o si ha sido la metainvestigación o la historia del desarrollo investigador según espacios de tiempo y/o lugar. Más aún, se consideró conveniente preguntar si el objetivo del estudio de los procesos o prácticas de comunicación abordados era Describir (registrar, clasificar, catalogar, presentar y/o definir algunas de sus características); o si era Explicar (establecer relaciones entre características del objeto de estudio proponiendo causas, efectos, correlaciones y/o evolución, recurriendo, p. ej. a teorías conocidas, o planteando alguna nueva); o si era Evaluar o valorar (poner a prueba, contrastar o validar modelos); o finalmente si era Intervenir (utilizar modelos conocidos para cambiar conductas o procesos sociales). Y desvelados los perfiles en la elección de objetos y objetivos de estudio según campos y prácticas de comunicación, el cuestionario fue diseñado también para formular preguntas sobre la elección más frecuente de las técnicas para la elaboración y registro de datos según los campos temáticos a que pertenecen los objetos de estudio seleccionados, optando entre: técnicas Conversacionales (Entrevistas. Discusión de grupo. Dinámica grupal de intervención. Phillips 66. Delphi, etc.); técnicas Documentales (Análisis de contenido. Análisis del discurso. Análisis de documentación, etc.); técnicas de Encuesta (Encuesta de opinión. Encuesta de actitudes); técnicas Experimentales (Experimentos de sujeto, de grupo, de campo, etc.); o, finalmente, técnicas Observacionales (Autoobservación. Observación sistemática. Observación participante).

En cuarto lugar, aspirábamos también a recibir las valoraciones ajenas de resonancias de la investigación que los investigadores encuestados quisiesen expresar a próposito de cuáles criterios para publicación se imponían en las revistas indexadas y no indexadas, en ediciones de libros y en congresos, para publicar resultados de investigaciones; y en concreto, tomando en consideración su Marco financiero, o su Elección de Objetos y Campos de estudio, o su Contextualización teórica, o su Elección de métodos y técnicas empíricos, o, finalmente, la relevancia de resultados y aplicaciones. Y en este sentido, el diseño del formulario también pretendió que los investigadores valorasen de menos a más (calificando de 1 a 5) los retornos o rendimientos de los enfoques de la investigación en comunicación; concretamente, ya sea al centrar la atención sobre la infraestructura o las condiciones de la producción, distribución y consumo de servicios y/o prácticas de comunicación; ya sea analizando estructuras discursivas de los significados y/o sentidos de textos y/o documentos comunicativos; ya sea examinando superestructuras y/o regulaciones u ordenamientos de conductas o hábitos comunicativos; o ya sea, finalmente, abordando la metainvestigación y/o historia de la investigación sobre servicios o prácticas de comunicación.

En quinto lugar, nos interesaba conocer la trayectoria del investigador según valoración propia de la experiencia en resultados de sus investigaciones, y decidimos pedir que se calificara de menor a mayor (de 1 a 5) la valoración recibida en rendimientos profesionales tomando en cuenta Contratos de empresas o instituciones o bien estancias y becas de movilidad y sus evaluaciones académicas y acreditaciones. También, sobre la base de la experiencia profesional, se pidió valorar de menor a mayor (de 1 a 5), las condiciones a las que la actividad investigadora ha estado sometida en España, especificando una calificación para las condiciones materiales (como las subvenciones y créditos de financiación, las becas y contratos, las ayudas administrativas, los trámites burocráticos y las instalaciones y laboratorios). Y también, desde esa misma experiencia, valorar, igualmente, de menor a mayor (de 1 a 5), las condiciones organizacionales (como los requisitos en convocatorias públicas, los programas de formación metodológica, las sociedades científicas y otras redes de cooperación y conocimiento, así como la estructura de recursos humanos en los equipos). Y, finalmente, también, desde esa misma experiencia, valorar de menor a mayor (de 1 a 5), las condiciones institucionales (como la compatibilidad con la docencia, las relaciones entre Universidad y Empresa, las Agencias de Evaluación —ANECA, ANEP, CNEAI—, la Calidad de Congresos en que se ha participado y la de las revistas científicas y su indexación). Desde la experiencia del trayecto investigador se culminaba el formulario pidiendo citar dos libros que se considerasen de referencia en las categorías de Enfoques y/o controversias epistemológicas y teóricas; Aportaciones metodológicas y/o técnicas; Experiencias y aplicaciones; y Meta-investigación e Historia.

En sexto y último lugar, las restantes preguntas del formulario se dedicaban a recabar datos sociodemográficos de los investigadores censados, solicitando identificarse en intervalos de edad, género e ingresos económicos salariales.

 

6.1.3. Los perfiles más relevantes de la encuesta 2021

 

Conforme al orden expuesto de las preguntas de la encuesta, vamos a exponer aquellos perfiles considerados más relevantes, pues si el lector tiene interés en acceder y conocer la totalidad de los datos, sólo necesita acudir a https://edatos.consorciomadrono.es/dataset.xhtml?persistentId=doi:10.21950/LY3PXB, donde se ofrece la descarga de las bases de datos en EXCEL, además del mapa https://mapcom.es/includes/mapas/encuestas/. Hemos considerado primero cómo son los perfiles de los niveles académicos a los que se vuelca mayoritariamente la experiencia investigadora, en contraste con los niveles del rango académico y/o laboral donde se ubican los encuestados, dado que la comunidad científica que constituye el universo representado por la muestra de encuestados es la de personal investigador de los centros universitarios con grado y posgrado en las titulaciones de las áreas del ámbito de la Comunicación. Y a continuación iremos presentando datos de la experiencia de la actividad investigadora tomando en consideración la participación en proyectos, líneas de investigación, objetos de estudio, y técnicas para elaboración y registro de datos. Luego abordaremos los datos referidos a las valoraciones ajenas recibidas de resultados de la investigación considerando los criterios para publicación adoptados, así como los rendimientos de los enfoques de la investigación. Y a continuación serán presentados los datos referentes a las valoraciones propias de la experiencia sobre resultados y rendimientos de investigación, así como los datos referidos al juicio que los investigadores expresan sobre las condiciones a las que la actividad investigadora ha estado sometida en España.

6.1.4. Nivel académico de la actividad investigadora y
adscripción profesional del investigador

A la vista de los datos expuestos en el Cuadro 1, que el lector puede examinar en detalle, la experiencia a la que mayoritariamente dedica el investigador su cuidado corresponde a la dirección de TFG y TFM, cuyo cometido es citado haberlo asumido en más de 10 ocasiones por un 70,65% de quienes contestan esta pregunta de la encuesta, mientras que más de la mitad de nuestros investigadores (el 51,13%) manifiestan no haber sido nunca Investigador Principal (IP) de Proyectos I+D de cualquier categoría (Internacionales, estatales, autonómicos, etc.). Entre ambos extremos, es de advertir que casi la otra mitad de los encuestados (el 44,93%) manifiestan haberse ocupado solamente de 2 a 5 ocasiones como miembros de equipos de investigación y/o grupos consolidados, y sólo un 22,84% de los encuestados haber sido directores de tesis doctorales en igual intervalo de 2 a 5 ocasiones.

Por otra parte, a tales perfiles de experiencia declarada de actividad investigadora según niveles académicos en la investigación, les corresponde también una configuración de rangos académicos y/o laborales de los encuestados cuyos datos muestra el Cuadro 2. Tal configuración de perfiles permite advertir que la contratación temporal del personal investigador universitario alcanza casi una tercera parte (29,13%) y que la vinculación permanente corresponde al resto, pero también que el máximo rango no llega al 10%.

 

6.2. Experiencia de la actividad investigadora 6.2.1. Participación en proyectos competitivos y su valoración

 

La participación en proyectos competitivos de convocatorias estatales ha integrado la experiencia de investigación para el 78% de los investigadores encuestados; pero la participación en proyectos I+D internacionales se limita a casi un tercio (35,40%) de los encuestados, y más de la mitad (54,30%) manifiestan no haber participado nunca en ellos, según se muestra en el Cuadro 3. Los investigadores valoran mejor los proyectos internacionales que los de convocatorias estatales (Ver Cuadro 4).

 

6.2.2. Líneas de investigación

 

Para obtener respuestas sobre líneas de investigación, se invitó a los encuestados a que eligiesen una categoría de las propuestas (ver Cuadro 5) con el propósito de clasificar los objetos de estudio más recurrentes en su trabajo. Y que, elegida la categoría de objetos materiales de estudio, se manifestasen a cuál de los cuatro tipos de enfoques propuestos correspondería el objeto formal de estudio de su preferencia.

Y una vez más se constató que si el objeto material de estudio corresponde a prácticas de comunicación mediática, el objeto formal más recurrente (43,97%) es el análisis de contenido y semiótico de textos y discursos; pero, además, se ha constatado que este enfoque es hegemónico para todas las demás categorías de objetos materiales, salvo si el objeto material corresponde a prácticas de comunicación organizacional, cuyo objeto formal o enfoque más recurrente (30,50%) es el estudio de condiciones socioeconómicas de la producción, distribución y consumo de servicio o prácticas de comunicación.

 

6.2.3. Objetivos de estudio

 

Para obtener respuestas sobre objetivos pragmáticos, se invitó a los encuestados a que, elegida una categoría de objetos de estudio (ver Cuadro 6), manifestasen cuáles de los objetivos señalados suelen ser de su preferencia.

Se ha constatado que, si el tipo elegido de objetos de estudio es la comunicación mediática, prevalece el objetivo de Describir (59,38% de los casos), aunque muy cerca le sigue el objetivo de Explicar (56,80%) y algo después el objetivo de Evaluar (40,44%). No obstante, sea cual sea el tipo de objetos materiales de estudio, siempre prevalece por este orden la elección de objetivos propuestos, salvo para la comunicación organizacional, para la que prevalece ligeramente sobre los otros el objetivo de Explicar (18,57%).

 

6.2.4. Técnicas para elaboración y registro de datos

 

Finalmente, también se invitó a los encuestados a que, elegida una categoría propuesta de objetos materiales de estudio, manifestasen cuál de las cinco clases citadas de técnicas (ver Cuadro 7) han sido las preferidas para la elaboración y registro de datos en las investigaciones propias. Pues bien, si el tipo elegido de objetos de estudio es la comunicación mediática, prevalece el uso de técnicas Documentales (68,36%), después de las cuales las más usadas son las técnicas Conversacionales (39,92%) y las técnicas de Encuesta (32,58%). No obstante, sea cual sea el tipo de objetos materiales de estudio, siempre prevalece después el uso de técnicas Conversacionales, salvo si el tipo de objeto material de estudio es la comunicación grupal, en cuyo caso dominan técnicas Experimentales para la elaboración y registro de datos.

 

6.3. Valoraciones ajenas de resonancias de la investigación 6.3.1. Valoración sobre Criterios impuestos para publicación

 

Si se examina el Cuadro 8, las respuestas de los encuestados al pedirles que valoren de menos a más (de 1 a 5) aquellos criterios en función de los cuales se impone la aceptación de trabajos de investigación para ser publicados, se advierte cómo más de la mitad (51,35%) de los encuestados asignan la calificación más baja (de 1 sobre 5) al Marco financiero que ha sustentado las investigaciones, mientras que las calificaciones mejor valoradas (de 4 y de 5) son siempre expresadas por una minoría de encuestados inferior al 20% sea cual sea el criterio tomado en cuenta. Y lo más relevante en definitiva es que, sea cual sea también el criterio de que se trate, las valoraciones de 2 y de 3 puntos sobre 5 siempre rondan casi al 50% de los encuestados, salvo si se considera el Marco económico de financiación que, como se ha dicho líneas atrás, es el peor valorado. No existe apenas consenso en estas calificaciones, salvo que sea el Marco financiero el criterio hegemónico de publicación.

 

6.3.2. Rendimientos por valoraciones de los enfoques de la investigación propia en Comunicación

 

A la vista de las calificaciones de 1 a 5 que los encuestados asignan a los rendimientos asociados a los objetivos perseguidos por sus proyectos de investigación (Cuadro 9), puede advertirse que para todos los objetivos citados la calificación más recurrente es la de 3, es decir, valoración ni buena ni mala, y que la calificación de 4, o moderadamente positiva, es la más compartida en segundo lugar. De todos modos, en conjunto, las diferencias de valoraciones entre objetivos resultan irrelevantes.

 

6.3.3. Calificaciones de 1 a 5 de los rendimientos profesionales para la trayectoria investigadora

 

Si en la apreciación de los encuestados del valor recibido por los objetivos de sus proyectos de investigación no destacan ni grandes diferencias, ni calificaciones extremas en las apreciaciones sobre los rendimientos profesionales calificados de 1 a 5, ocurre lo contrario (ver Cuadro 10). Positivamente destacan (calificación de 5) los rendimientos en movilidad académica ascendente (rangos laborales) que aseguran las acreditaciones y evaluaciones académicas (calificados de 4 a 5) y negativamente (1 y 2), o sin definición de valor los contratos y las becas (calificaciones de 3).

 

6.4. Valoración de las condiciones a que la actividad investigadora ha estado sometida en España 6.4.1. Condiciones materiales

 

En relación con los recursos y medios que condicionan la investigación en comunicación en España, los encuestados apuntan a unas condiciones materiales mayoritariamente deficientes en todos los ámbitos (véase Cuadro 11). Los condicionantes que más negativamente impactan en la actividad investigadora son las tareas dedicadas a la administración y a la realización de los diversos trámites burocráticos asociados a la investigación, concitando ambas tareas una evaluación negativa para más del 65,66% de los encuestados. Estas actividades son calificadas con 1 por el 40,97% y con 2 puntos por el 24,7%. En segundo lugar, encontramos que las instalaciones y los laboratorios son también evaluados de forma negativa por el 58,1% de los encuestados, el 29,3% asigna un 1 a estos recursos y el 28,8% los califica con un 2. También suspenden los recursos económicos dedicados a la investigación, ya que el 57,6% considera que las subvenciones y la financiación recibida merecen una calificación de 1 (28,8%) o de 2 (28,8%), si bien estos recursos económicos son evaluados positivamente (calificaciones de 4 y 5), por el 21,18% de los encuestados. Por último, las becas y contratos también son calificados de forma negativa por algo más de la mitad de los encuestados (53,67%), si bien es la categoría de recursos materiales la que recibe una evaluación más positiva en comparación con el resto.

 

6.4.2. Condiciones organizacionales

 

La evaluación de las condiciones organizacionales que llevan a cabo los encuestados no resulta tan negativa como la recibida por las condiciones materiales. Encontramos que, en todos los ítems salvo en los programas de formación metodológica, la calificación mayoritaria es la de 3 (véase Cuadro 12). A partir de esta calificación intermedia, encontramos que los programas de formación metodológica son evaluados de forma negativa para casi el 56% de los encuestados, con calificaciones de 1 y 2 puntos. Tras la insuficiente formación metodológica el 50,1% señala a los recursos humanos en los equipos de investigación como la siguiente categoría peor valorada. Las Sociedades científicas y otras Redes de cooperación y conocimiento son condicionantes organizacionales que reciben una calificación de 3 para más de un tercio de los encuestados y alcanzan buenas calificaciones para algo más del 21%, si bien suspenden con calificaciones de 1 y 2 puntos para el 41,84%, por lo cual se aprecia un amplio margen de mejora también para esta categoría. Los requisitos para participar en las convocatorias públicas de subvenciones y ayudas, que ofrecen las distintas administraciones, son el recurso organizacional mejor valorado por los investigadores, ya que reciben una evaluación positiva (calificaciones de 4 y 5 puntos) por parte del 32,27% de los encuestados y una calificación de 3 para el 29,27%.

 

6.4.3. Condiciones institucionales

 

En cuanto a las condiciones que imponen las instituciones de las que depende la actividad investigadora, o que se relacionan de algún modo con las actividades que se llevan a cabo en las distintas fases de la investigación (Cuadro 13), las mejor valoradas por parte de los encuestados son las revistas científicas, es decir, las publicaciones destinadas a la difusión de los resultados de la investigación. Más de una cuarta parte de los encuestados, el 25,85%, les otorga la máxima puntuación; el 23% las califica con un 4 y el 22,68% les concede un 3. Por el contrario, los condicionantes institucionales peor valorados son las relaciones entre la universidad y la empresa, que son consideradas deficientes por la mayor parte de los encuestados, así como las condiciones laborales que dificultan la compatibilidad de la investigación con la docencia. El 57% de los encuestados califica con 1 y 2 las relaciones entre ambas esferas institucionales (universidad y empresa) y el 52,4% califica con similares valores la compatibilidad con la docencia.

La participación y la calidad de los congresos recibe una puntuación mayoritaria de 3 para casi el 40% de los encuestados, si bien, a partir de esa puntuación intermedia, otro 40% de encuestados considera negativo este condicionante y recibe calificaciones positivas por parte del 26,21%, siendo tan solo el 6,5% de los encuestados los que otorgan a la participación en congresos la máxima puntuación de 5. Por último, destaca la distribución de las calificaciones dirigidas a las Agencias de evaluación del profesorado universitario (ANECA, ANEP, CENEAI, etc.). Cada una de las puntuaciones posibles (del 1 al 5) recibe en torno al 20% de votos (excepto el valor 4, que recibe el 16%), por lo que podemos decir que hay poca convergencia entre los investigadores a la hora evaluar este ítem, que sancionan negativamente con valores de 1 y 2 en el 39,4% de los casos.

 

6.5. Datos sociodemográficos de los encuestados

 

En lo que se refiere a los datos sociodemográficos de los encuestados, tomamos la decisión de invitarles a que se adscribiesen a uno de los intervalos de edad. En este sentido podría establecerse, en primer lugar, un perfil tipo de investigador/a (Cuadro 14), definido por el comprendido entre los de 51 a 60 años (35,61%) y 41 a 50 (35,04%). Ambos (de 41 a 60 años) suman el 70,65 % de la población investigadora. Existe pues una franja de edad marcada por los 40 a 60 años, que podría explicarse por una mayor estabilidad laboral, una carrera más definida, un tiempo de docencia en el que existe mayor disponibilidad horaria para la investigación, etc. Adquiere asimismo un peso significativo (18,18%) la población de 31 a 40 años, cuando ya está marcada la orientación o dedicación profesional. Y resulta comprensible que la población menor de 30 años sólo represente el 2,65%, porque una parte de los futuros investigadores todavía se está formando; y que sea reducido igualmente el porcentaje de población mayor de 70 años, apenas un 0,19% de investigadores muy profesionales que no desisten de su vocación.

Los encuestados fueron invitados a situarse en una franja de edad y de ingresos mensuales netos y los datos aparecen en los Cuadros 15 y 16. La mayor parte de los investigadores, el 39,02%, percibe unos ingresos de entre 2.000€ y 3.000€ netos mensuales; por debajo sigue en volumen de frecuencia, el 27,03% los que perciben más de 1.000€ y menos de 2.000€; y hay un 18,50% que reciben más de 3.000€ y menos de 4.000€. Y finalmente dos colectivos en los extremos: el 9,55% de los investigadores, que reciben menos de 1.000€, y el de investigadores mejor pagados, entre los que se encuentra un 3,25% del total, que cobra entre 4.000€ y 5.000€ netos al mes, y otro, que representa el 2,64% de los encuestados, que perciben entre 5.000€ y 6.000€.

Los resultados de la comparación según ingresos y edad se relaciona con el autorreconocimiento de género como se muestra en los Cuadros 15, 16, 17 y 18. El 54% de los encuestados se consideran del género masculino y el 42,56% del femenino, porcentajes que seguramente no permiten añadir el masculino al perfil tipo de investigador, ya que el femenino es suficientemente representativo y seguramente será ascendente.

Un examen visual de los datos que se recogen en los Cuadros 16, 17 y 18 muestra de manera inmediata discriminación de género. Las mujeres sobresalen cuando se ingresan mensualmente menos de 1000€ o cuando se ingresan de 1000€ a 2000€. Los hombres destacan, por el contrario, cuando los ingresos son superiores a 2000€. Además, puede advertirse que sobresale ser mujer y estar integrada en el intervalo de edad de 41 a 50 años si los ingresos son también menores de 1000€, o bien ingresar de 1000€ a 2000€, si la edad oscila de 31 a 40 años. A medida que los ingresos se incrementan, va aumentado comprensiblemente la edad de las franjas y las diferencias de género, con ventaja progresiva del masculino, marcando así la brecha de la desigualdad.

 

6.6. Interpretación global de resultados

 

En este capítulo, donde se han analizado las voces de la población de investigadores en la encuesta de 2021, presentamos, primero, cómo se constituyó el censo y la muestra de esta población aspirando a representar a nuestra comunidad científica. Y la experiencia nos mostró que se mantiene y crece un cierto interés por acoger una encuesta cuya relevancia reside en aportar apreciaciones personales sobre la actividad investigadora pero que, a medida que progresan las preguntas, disminuyen las respuestas. Se manifiesta así nuestra decepción porque nuestras expectativas eran demasiado ambiciosas al elaborar un formulario exhaustivo de preguntas que no era compatible con la fatiga de los encuestados.

Comparando las encuestas de 2017 y 2021, la significatividad muestral del número de respuestas obtenidas por comunidades autónomas y universidades se mantuvo. Por consiguiente, los perfiles que nuestra comunidad científica expresa al apreciar la experiencia investigadora y sus condiciones nos permiten valorar su configuración. A los encuestados se les propuso que, antes de iniciar las respuestas a las preguntas de la encuesta, manifestasen si conocían o no el proyecto MapCom, pues si era desconocido para una mayoría cualificada, suponíamos mayor carencia de prevenciones en sus respuestas, y afortunadamente ocurrió, pues seis de cada diez encuestados lo desconocían.

Se han expuesto los perfiles que configuran nuestra comunidad científica siguiendo los objetos de atención de las cuestiones formuladas, comenzando por el nivel académico de la actividad investigadora y la adscripción profesional que atañe al investigador. En este primer aspecto, lo primero a valorar es que la experiencia a la que mayoritariamente dedica el investigador su participación corresponde a la dirección de TFG y TFM en más de 10 ocasiones (70,65%). El 51,13% manifiestan no haber sido nunca Investigador Principal (IP) de Proyectos I+D de cualquier categoría (internacionales, estatales, autonómicos, etc.). Descubrimos así una comunidad científica que se reconoce más como docente de investigadores en ciernes que como prácticantes de la actividad investigadora desarrollada en equipos. Atendiendo a los perfiles académicos que acompañan a tal práctica, la configuración de perfiles muestra que más de la mitad de los investigadores ejercen su actividad por contratación laboral (indefinida 27,22% y temporal el 29,13%), y no desde la condición de funcionarios cuyo máximo rango es tan minoritario que no llega al 10%.

Tras fijar la atención sobre la participación en proyectos competitivos de investigación, se advirtió que las convocatorias estatales son citadas por el 78% de los encuestados; la participación en proyectos I+D internacionales se limita a casi un tercio (35,40%), y más de la mitad (54,30%) manifiestan no haber participado nunca en ellos. Lo cual supone una comunidad con participación mayoritariamente limitada a las fronteras de la propia lengua y país, a pesar de que los encuestados valoran mejor los proyectos internacionales que los de convocatorias estatales.

Invitados los encuestados a elegir una categoría de objetos de estudio más recurrentes en su trabajo, se constató que para cuatro de diez (43,97%) si el objeto material de estudio casi siempre más recurrente corresponde a prácticas de comunicación mediática, el objeto formal o aspecto elegido es el análisis de contenido y semiótico de textos y discursos, salvo si el objeto material corresponde a prácticas de comunicación organizacional, cuyo objeto formal más recurrente (30,50%) es el estudio de condiciones socioeconómicas de la producción, distribución y consumo del servicio o prácticas de comunicación; mientras que, complementariamente, si el tipo seleccionado de objetos de estudio es la comunicación mediática, prevalece el objetivo de Describir (59,38%). No obstante, sea cual sea el tipo de objetos materiales de estudio, siempre prevalece primero el objetivo de Describir, y luego Explicar, salvo para la comunicación organizacional, para la que prevalece ligeramente el objetivo de Explicar sobre los otros.

En lo que concierne a las técnicas elegidas por la mayoría de los encuestados para la elaboración y registro de datos, si el tipo elegido de objetos de estudio es la comunicación mediática, prevalece comprensiblemente el uso de técnicas Documentales (68,36% de los casos); y si es la comunicación organizacional, las técnicas más usadas son las técnicas Conversacionales (39,92%) y las técnicas de Encuesta (32,58%). Si el tipo de objeto material de estudio es la comunicación grupal, domina ligeramente el uso de técnicas Experimentales para la elaboración y registro de datos. Así pues, la pragmática de la actividad investigadora para nuestra comunidad científica se encontraría todavía limitada, como en la encuesta realizada en 2017, más a la comprensión de sus objetos de estudio, que a su transformación en pro del cambio social.

A continuación hemos expuesto los datos derivados de aquellas respuestas que los encuestados aportaron a las preguntas sobre cómo calificaban de menos a más (en una escala de 1 a 5) las valoraciones ajenas recibidas sobre el desarrollo de su actividad investigadora tanto en lo que atañe a la aceptación recibida para la publicación de sus trabajos, como en las apreciaciones según los objetivos perseguidos por sus proyectos de investigación o según los rendimientos profesionales de su trayectoria.

En lo que concierne a la aceptación recibida para la publicación de sus trabajos, las valoraciones de 2 y de 3 puntos sobre 5 siempre rondan el 50% de los encuestados, salvo si se considera la fuente de financiación, cuyo aprecio es el más negativamente valorado. No existe apenas consenso en estas calificaciones. Y en lo que concierne a las valoraciones recibidas como rendimiento profesional asociado a las categorías de los objetivos de investigación perseguidos, la calificación más recurrente es la de 3, es decir, valoración ni buena ni mala, y que la calificación de 4, o moderadamente positiva, es la más compartida en segundo lugar. De todos modos, en conjunto, las diferencias de valoraciones expresadas según objetivos resultan irrelevantes, lo cual nos lleva a pensar que se trata de un reflejo ilustrativo de cierta labilidad en el reconocimiento social de la actividad investigadora de nuestra comunidad científica.

En las valoraciones sobre los rendimientos profesionales calificados de 1 a 5 ocurre lo contrario, pues positivamente destacan (calificación de 5) los rendimientos que los encuestados resaltan en movilidad académica ascendente (rangos laborales) que aseguran las acreditaciones y evaluaciones académicas (calificados de 4 a 5), y negativamente (1 y 2), o sin definición de valor (calificaciones de tres) los rendimientos asociados a contratos y becas, confirmando así que el reconocimiento social de la actividad investigadora queda encerrado dentro de los límites de la vida académica.

Las respuestas de los encuestados a las preguntas sobre cómo ellos valoraban en la escala de 1 a 5 las condiciones tanto de índole material, como organizacional e institucional, que han afectado en España a la actividad investigadora es diversa. Destacan como peor valoradas las condiciones materiales en todos los ámbitos y especialmente en las tareas dedicadas a la administración y en la realización de los diversos trámites burocráticos; también en las instalaciones y en los laboratorios, en las subvenciones y en la financiación recibida, incluyendo las becas y contratos, aunque esta es la categoría de recursos materiales que recibe una evaluación menos negativa en comparación con el resto.

La evaluación de las condiciones organizacionales que llevan a cabo los encuestados no resultó tan negativa como la recibida por las condiciones materiales, pues en todos los ítems, salvo en los programas de formación metodológica, la calificación mayoritaria fue de 3. Los requisitos para participar en las convocatorias públicas de subvenciones y ayudas que ofrecen las distintas administraciones fueron el recurso organizacional mejor valorado por los investigadores.

En cuanto a las condiciones que imponen las instituciones de las que depende la actividad investigadora, o que se relacionan de algún modo con las actividades que se llevan a cabo en las distintas fases de la investigación, las mejor valoradas fueron las revistas científicas y las publicaciones destinadas a la difusión de los resultados de la investigación, y las peor valoradas, las condiciones institucionales propias de las relaciones entre la universidad y la empresa, que fueron consideradas deficientes por la mayor parte de los encuestados, así como las condiciones laborales que dificultan la compatibilidad de la investigación con la docencia.

Finalmente, podría concluirse que los perfiles descubiertos por el conjunto de respuestas a las preguntas sociodemográficas están, de alguna manera, ajustados al universo socioeconómico del que proceden. El perfil mayoritario es el de un investigador de 41 a 60 años (70,65%), que suele gozar de más estabilidad laboral por su situación académico-profesional y organización horaria idónea para dedicar tiempo a la investigación, aunque compartido con la docencia. Le siguen los investigadores de 31 a 40 años, incorporados o en fase de incorporación al ámbito universitario (18,18%), y con muy poca presencia los menores de 30 (2,65%) y los mayores de 70 (0,19%). Puede señalarse también que entre la población investigadora domina el género masculino (54,01% de los encuestados) sobre el femenino (42,65%), aunque resultará interesante el estudio de tendencias. En cuanto al nivel económico pueden ser identificados cuatro estamentos: clase media (el 39,02%, que percibe entre 2.000 y 3.000 euros netos mensuales); clase media-baja (un 27,03%, que cobra entre 1.000 y 2.000 euros netos); clase media-alta (un 18,5% con ingresos de entre 3.000 y 4.000) y clase alta (el 3,25% de los investigadores, que perciben entre 5.000 y 6.000 euros). No se trata, pues, de un universo socioeconómico caracterizado por la opulencia de sus salarios.

 

Cuadro 1. Experiencia investigadora.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 2. Rango académico/laboral.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 3. Proyectos Competitivos en que ha participado.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 4. Valoración de 1 a 5 que para la carrera académica debiera atribuirse a las categorías de Proyectos Competitivos.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 5. Enfoque que más se aproxima a las clases de objetos y/o prácticas de comunicación personalmente estudiadas.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 6. Objetivos preferentes según elección de objetos de estudio.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 7. Técnicas y Campos de estudio en la experiencia investigadora.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 8. Valoración de los criterios que para publicación adoptan las ediciones científicas.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 9. Rendimiento en valoraciones recibidas de los enfoques de la investigación propia en Comunicación.

Fuente: Elaboración propia.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 10. Apreciaciones sobre los rendimientos profesionales calificados de 1 a 5.

Cuadro 11. Calificaciones de 1 a 5 de las Condiciones Materiales que suelen imponerse en España.

Fuente: Elaboración propia.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 12. Calificaciones de 1 a 5 de las Condiciones Organizacionales a que la actividad investigadora ha estado sometida en España.

Cuadro 13. Calificaciones de 1 a 5 de las Condiciones Institucionales a que la actividad investigadora ha estado sometida en España.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 14. Intervalos de edad de los encuestados.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 15. Intervalos de ingresos de los encuestados.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 16. Autodefinición de género.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 17. Intervalos de ingresos por género.

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 18. Intervalos de ingresos por edad.

Fuente: Elaboración propia.

6.7. Referencias bibliográficas

 

Gaitán, J.A.; Caffarel, C., Lozano, C.; Piñuel, J.L. (2019). «Condiciones y rendimientos de la Investigación en Comunicación: la visión de los académicos», Cuadernos de Información y Comunicación 23, 15.

 

Piñuel-Raigada, JL.; Caffarel-Serra, C.; Gaitán-Moya, JA.; Lozano-Ascencio, C. (2018a). Investigación, Comunicación y Universidad / Research, Communication and University. (Proyectos I+D y Tesis doctorales, Debates y Encuesta a investigadores en las Facultades con Grados de Comunicación en España). Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones ISBN (edición impresa): 978-84-17600-12-9.

Piñuel-Raigada, José Luis et al. (2018b). «Encuesta Mapcom 2017 a la comunidad de investigadores de la comunicación en España». Tendencias sociales. Revista de sociología n.1 pp. 73-117.