Título del Capítulo: «Verificar para poder innovar: estudios de casos desde la hibridación y la transversalidad entre medios»
Autoría: Santiago Tejedor; Laura Cervi; Belén Sancho
Cómo citar este Capítulo: Tejedor, S.; Cervi, L.; Sancho, B. (2023): «Verificar para poder innovar: estudios de casos desde la hibridación y la transversalidad entre medios». En Fieiras Ceide, C.; Túñez López, J.M.; Rodríguez Castro, M. (eds.), Innovar en innovación televisiva. Análisis de casos de éxito en los medios públicos europeos. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.
ISBN: 978-84-17600-96-9
d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c2.emcs.21.p107
Santiago Tejedor
Universidad Autónoma de Barcelona
Laura Cervi
Universidad Autónoma de Barcelona
Belén Sancho
Universidad Autónoma de Barcelona
Introducción
Innovar: cambias cosas introduciendo novedades. No es fácil. Es necesario. Verificar: comprobar o ratificar que es verdadera una cosa. La acción se ha tornado hoy urgencia. Medio de comunicación: instrumento o forma de contenido por el cual se realiza el proceso de comunicación. Más que nunca, la definición es insuficiente en un escenario de hibridación, superposición y dinámicas transmedia. El actual ecosistema mediático demanda de reflexiones, proyectos y nuevas preguntas. En este escenario, el hito de la innovación en los servicios informativos del ecosistema mediático actual ha colisionado con otra urgencia decisiva: la lucha contra la desinformación. Sin embargo, sería un grave error frenar el recorrido de un desafío para atender al otro. Se trata de impulsar contenidos que, desde la precisión y el rigor propio del periodismo, garanticen contenidos rigurosos, contrastados, atractivos y de valor a partir de nuevos mecanismos y metodologías de análisis, monitoreo y evaluación de los medios digitales (Tejedor; Romero-Rodríguez; Codina, 2022).
En un escenario marcado por el rol protagónico de las redes sociales (Bernal-Triviño; Clares-Gavilán, 2019; Becker, 2021), la sobreexposición a información errónea constituye uno de los principales riesgos del nuevo contexto mediático (Haque et al., 2020). Ante ello, trabajos como el de Amorós (2018), Rodríguez Pérez (2020) o De Rezende Damasceno y Patrício (2020) han enfatizado la importancia del fact-cheking, especialmente, ante el crecimiento de escenarios comunicativos, como Tiktok o Twitch, que apuestan por la inmediatez y los contenidos atomizados (Sidorenko-Bautista, et al., 2021; Buitrago; Torres Ortiz, 2022; Cervi; Tejedor; García, 2023, Tejedor et al., 2022).
Partiendo de ello, este trabajo conecta con tres iniciativas desarrolladas por el Gabinete de Comunicación y Educación1 de la Universidad Autónoma de Barcelona. Se trata de dos proyectos competitivos de alcance internacional y de un observatorio que trabaja colaborativamente con RTVE bajo el nombre de «Observatorio para la Innovación de los Informativos en la Sociedad Digital».2 Respecto a los proyectos, por un lado, este capítulo se inspira en el trabajo desarrollado en el marco del proyecto de investigación aplicada «IVERES: Identificación, Verificación y Respuesta» (referencia PLEC2021-008176), que tiene como objetivo la creación de un sistema de verificación de información en lengua española contra la desinformación interesada. Esta iniciativa forma parte del programa Next Generation promovido por la Unión Europea a través del Ministerio de Ciencia e Innovación. IVERES busca el desarrollo de un sistema de verificación de información en lengua española que comprenda, por un lado, una interfaz de usuario capaz de recoger, de manera natural, las preguntas de las personas que quieran verificar un contenido y que les retorne un informe razonado que le permita tomar decisiones. Por otro lado, el texto se apoya en el proyecto «OMEDIALITERACY. Overview of the challenges and opportunities of media literacy policies in Europe», una iniciativa de investigación, de cariz descriptivo y explicativo, que aborda uno de los principales retos sociales actuales: la desinformación. Este proyecto, financiado por el European Media and Information Found, busca mapear los conocimientos existentes sobre los efectos de la desinformación en Europa; comparar las políticas actuales sobre alfabetización mediática y desinformación en los países miembros, e identificar buenas prácticas para superar la desinformación. El proyecto, que está liderado por el Gabinete de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, cuenta con la participación de la University of Vienna (Austria), la University of Amsterdam (Holanda) y la Universidade Nova de Lisboa (Portugal).
De este modo, el trabajo analiza los resultados derivados del estudio detallado de siete experiencias de verificación en diferentes medios en aras de poder identificar su posible extrapolación a las dinámicas de trabajo de los medios televisivos, radiofónicos o de cualquier otra «naturaleza» mediática. Concretamente, se han analizado casos de éxito del escenario español que confieren a la verificación de los contenidos un valor decisivo en el marco de sus procesos de innovación de rutinas de producción, productos y formatos. En este sentido, es clave enfatizar dos aspectos: el trabajo concibe la diferenciación tradicional entre medios como una propuesta caduca en el marco de un escenario marcado por la hibridación, la superposición y la idiosincrasia transmediática. Este aspecto, además, posibilita que características, hallazgos y buenas prácticas de un proyecto mediático sean fácilmente extrapolables a otro independientemente de si se desenvuelven en el ámbito audiovisual, radiofónico o textual. Partimos, por tanto, de una mirada transversal y holística a la información y a los procesos que se articulan a su alrededor. Por otro lado, este estudio concibe y entiende la verificación como una exigencia clave —previa e insoslayable— para poder aludir a la innovación.
Esta investigación se ha basado en la metodología del estudio de caso como herramienta de trabajo (Ragin, 1992). Es una propuesta investigativa que aboga por el desarrollo de un quehacer descriptivo, analítico y sistemático desde múltiples perspectivas de la complejidad y la unicidad de un determinado proyecto (Simons, 2011). Se trata de un examen intensivo que se fundamenta en la recopilación e interpretación de detalles, datos y referencias para conocer la entidad bajo estudio (Reyes, 1999). En este contexto, es posible diferenciar dos tipos de estudios de caso. Por un lado, aquellos dirigidos a derivar conclusiones generales a partir de un número limitado de casos. Por otro lado, los que tratan de concluir reflexiones partiendo de un solo caso debido a su jerarquía, autoridad, alcance o importancia. Con relación a ello, Yin (1984) ha diferenciado tres usos de esta técnica: el uso exploratorio (que suele desembocar en la generación de nuevas y renovadas preguntas de indagación); el uso descriptivo (focalizado en reseñar el comportamiento de un nuevo proyecto, producto o iniciativa); y el uso explicativo (centrado en interpretar las estrategias y procesos de trabajo (Reyes, 1999).
Junto a la metodología del estudio de caso y a partir de entrevistas con directivos de diferentes medios, este trabajo hace un análisis de las nuevas tendencias existentes en los medios de servicio público europeos. La muestra ha considerado a medios de comunicación, agencias de noticias y de fact-checkers de España. De este modo, se ha confeccionado un muestreo intencional, integrado por por La Vanguardia, ElDiario.es, EFE Verifica, Agencia SINC, Verificat, Newtral y Maldita.
Tabla 1.
Nº |
Medio |
Informante |
1 |
La Vanguardia |
Sujeto 01 |
2 |
El Diario.es |
Sujeto 02 |
3 |
Efe Verifica |
Sujeto 03 |
4 |
Agencia SINC |
Sujeto 04 |
5 |
Verificat |
Sujeto 05 |
6 |
Sujeto 06 |
|
7 |
Newtral |
Sujeto 07 |
El crecimiento del problema de la desinformación demanda de la implicación de diferentes actores sociales para poder afrontarla con solvencia. Los medios de comunicación, los fact-checkers y las agencias de noticias son los principales agentes para mitigar su impacto a partir de noticias fiables y contrastadas. A continuación, se presentan los principales hallazgos de las entrevistas semiestructuradas realizadas durante el estudio con miembros directivos de medios de comunicación, agencias de noticias y fact-checkers.
La Vanguardia es uno de los medios de comunicación más longevos en España. Fue fundado como prensa en papel, pero, desde 1995, dispone de edición digital. En 2020 la unidad escrita y la online se fusionaron. El tercer periódico digital más leído en este país, según los datos del GfK DAM (González, 2023). La fusión de ambas unidades ha aportado un mayor conocimiento a la plantilla de La Vanguardia y ha permitido fortalecer los principios del fact-checking y las dinámicas relativas a cómo hacer uso de la tecnología para mejorar ese proceso. Sin embargo, no cuenta con un equipo específico en verificación de contenidos y consideran poco probable incluirlo en el futuro, sobre todo, a nivel de recursos económicos. El periódico catalán pone en valor la figura del periodista, aportando las herramientas necesarias para la verificación a cada sección.
A pesar de no contar con una unidad específica en materia de fact-checking, La Vanguardia dispone de una unidad tecnológica, la sección «A fondo» y el equipo de redes sociales. El primero de ellos se encarga de proveer instrumentos a los periodistas para la monitorización de las noticias a partir de herramientas de Google y, además, se focaliza en comprobar la veracidad de documentos, informaciones, imágenes, vídeos, audios, etc. «A fondo» está integrado por el equipo de investigación del diario que posee periodistas de larga trayectoria. Este equipo se apoya en la unidad de datos y de redes sociales y tiene una comunicación transversal constante con las diferentes secciones para abordar la actualidad. Por su parte, el equipo de redes sociales analiza los temas virales y la audiencia derivadas de sus plataformas sociales (ver imagen 1).
La implicación de La Vanguardia en fact-checking a partir de la colaboración con Facebook en temas de formación en verificación es una iniciativa destacable en este ámbito temático. Además, el medio fue seleccionado por la Unión Europea, junto a otros medios europeos, para realizar durante un año verificación de informaciones falsas relacionadas con la pandemia del coronavirus.
El periódico catalán considera que la política, la salud y la economía son temas prioritarios en su medio para hacer verificaciones. En este sentido, hacen uso de herramientas tecnológicas para la verificación, pero todavía no recurren a la Inteligencia Artificial (IA) durante dicho proceso. Sin embargo, valoran de forma importante el uso de esta tecnología para poder hacer comparativas de discurso e informaciones. La herramienta ideal de verificación, según La Vanguardia, debe combinar la tecnología para detectar tendencias, acceso a bases de datos y selectividad de datos.
ElDiario.es, a diferencia de La Vanguardia, es un diario nativo digital formado por 17 delegaciones. A pesar de su condición de digital, la redacción está estructurada en secciones como un diario convencional. No disponen de un equipo de verificación estable, sino que colaboran con Maldita y Verificat. Cuentan con una sección llamada «El Rastreador», que tiene por objetivo desmentir bulos e informaciones engañosas. En ella, forman parte gente del propio periódico, pero no tienen un equipo concreto (ver imagen 2).
ElDiario.es ha creado su propio equipo de datos, siendo una de las secciones más novedosas y que ha recibido premios. Se compone por cuatro periodistas y valoran la formación constante del periodista en temática de datos. El equipo de datos trabaja de forma coordinada con la sección de Sociedad, combinando la información con los datos del periodista y las voces expertas. Al igual que La Vanguardia, ElDiario.es tampoco espera incluir un equipo de verificación en su medio porque entienden que es una tarea implícita en la labor del periodista. Según este diario, deben implementarse herramientas que ordenen y jerarquicen informaciones, ofreciendo respuestas en tiempo real.
La Agencia EFE es una empresa informativa de larga trayectoria en España que abarca todos los soportes informativos con el objetivo de alcanzar un mayor volumen de público. Desde 2019, dispone de un equipo especializado en verificación bajo el nombre EFE Verifica y con una plataforma web propia. Lo conforman siete personas (cuatro de España y tres de América) con un perfil de periodista de investigación con destrezas digitales. Todos los periodistas de EFE reciben formación básica sobre los principios del fact-checking destinados a que los implementen en su trabajo diario. Además, el equipo de verificación también obtiene una formación constante sobre nuevas herramientas de verificación. Este equipo es un departamento transversal en el que se hace fact-checking de todo tipo de temas de diversas partes del mundo. De manera diaria, llevan a cabo una reunión de previsiones informativas en la que se organiza el trabajo y los temas que interesa verificar. Los contenidos verificados por EFE se ofrecen a otros centros informativos para que éstos puedan publicarlos en el caso de tener interés.
Las verificaciones que se realizan desde EFE son, principalmente, para dar contexto a las informaciones y para trabajar la detección de bulos a través de herramientas de redes abiertas, tales como CrowdTangle o el canal de WhatsApp. El proceso de verificación en EFE Verifica se desarrolla en cuatro etapas: detección, coordinación, verificación y difusión (ver imagen 3). Durante la etapa de verificación, hacen uso de herramientas tales como TweetDeck, Invid o TinEye, entre otras. Sin embargo, todavía no han desarrollado una herramienta propia de verificación.
La difusión de los contenidos verificados lo realizan a través de sus propias redes sociales. Cabe destacar que disponen de tareas de verificación automatizadas a través de un chatbot en WhatsApp, donde los usuarios pueden consultar contenidos que hayan sido verificados. EFE colabora con Facebook en su programa de fact-checking y también con fact-checkers externos cuando abordan temas complejos (coronavirus, Guerra de Ucrania, etc.). En cuanto al uso tecnológico de las herramientas, EFE priorizaría en la creación de una herramienta que permita agilizar el proceso de investigación, así como los procesos del portal de transparencia y agrupar las consultas ciudadanas sobre verificación.
La Agencia SINC es un servicio de información público de noticias científicas, tecnológicas y de innovación adscrita a la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Este medio no dispone de una unidad específica de verificación, sino que todas las informaciones son verificadas de manera constante. El proceso de verificación en SINC seguiría el tradicional periodístico compuesto de cuatro fases: investigación, contrastación, edición y publicación (ver imagen 4).
Su metodología, a partir del uso de fuentes oficiales y fuentes necesarias, busca poder confirmar o desmentir una información. Es una verificación muy básica que pone en valor el papel del periodista, como se destacaba anteriormente en los medios de comunicación tradicionales. Sin embargo, es un proceso lento en el que tampoco se hace uso de herramientas tecnológicas avanzadas. El equipo de SINC han recibido formación específica de bioestadística para periodísticas o epidemiología para periodistas, entre otros.
A diferencia de las plataformas de fact-checking, la Agencia SINC no desmiente bulos, sino que publican noticias y reportajes científicos con información contrastada y fiable, así como reportajes en profundidad que permiten aportar un mayor contexto. Según SINC, su herramienta ideal debería permitir rastrear publicaciones científicas y médicas de forma sencilla.
Verificat es el primer fact-checker fundado en Cataluña que se dedica a la verificación de datos en el discurso de representantes públicos. El equipo de verificación se compone de 16 periodistas y, cada uno de ellos, está especializado en un tema específico. Semanalmente verifican diez informaciones y, a su vez, colaboran con Newtral.
El proceso de verificación es manual y se compone de cuatro fases: monitorización, puesta en común, contrastación y calificación y edición (ver imagen 5). Durante la primera fase, los periodistas escuchan las declaraciones de políticos catalanes a través de diferentes medios, y revisan los contenidos que circulan en redes sociales. La puesta en común sirve para compartir con el grupo de redacción las historias a trabajar de forma semanal. Posteriormente, las informaciones pasan a la fase de contraste en la que los periodistas buscan verificar la información a través de fuentes oficiales, voces expertas, papers académicos, estadísticas, etc. Por último, el periodista otorga una calificación y los editores se encargan de revisar, posteriormente, toda la verificación.
A pesar de que el proceso de verificación sea manual, Verificat hace uso de herramientas tecnológicas, tales como TinEye, WayBackMachine o Pubmed, entre otras. También hacen uso de la IA a través de una herramienta especializada en escuchar pódcasts (Dashboard) que se encarga de identificar palabras clave para que el periodista pueda ir al minuto exacto y escucharlo. Para Verificat, la herramienta ideal debería funcionar a modo de buscador para detectar el origen de un mensaje viral, así como otros mensajes parecidos y medir sus estadísticas.
Maldita es uno de los fact-checkers de referencia en España. Dispone de un equipo especializado en verificación llamado Maldito Bulo; Maldita Educa, para hablar de alfabetización mediática; Maldita Ciencia, un equipo de datos que también hace fact-checking político y Maldita Tecnología. El equipo de verificación de Maldita es un departamento con secciones verticales que contrastan informaciones de todo tipo de temas y de diversas partes del mundo.
El proceso de verificación en Maldita se plantea a través de cuatro fases: detección, coordinación, verificación y difusión (ver imagen 6). Las informaciones, a su vez, se dividen en cuatro categorías: bulo, desinformación sin pruebas (cuando no se puede demostrar que esa información es falsa), qué sabemos (explicación de las diferentes versiones enfrentadas de una información) y «Maldita te explica» (categoría amplia donde se expone la información con matices).
El equipo de Maldito Bulo se conforma de periodistas jóvenes de entre 20-30 años con experiencia en el mundo digital. Hay una formación inicial para los periodistas que se incorporan al equipo y una actualización formativa constante sobre herramientas nuevas. A pesar de no contar con perfiles informáticos, reciben asistencia de empleados del departamento de tecnología que usan herramientas abiertas. Maldita todavía no ha desarrollado una herramienta propia de verificación. Sin embargo, durante el proceso de fact-checking, sí hacen uso de herramientas, tales como TweetDeck, Crowdtangle o Invid, entre otros. Por su parte, Maldito Bulo dispone de un chatbot que realiza un chequeo y genera una base de datos para ver lo que la gente les envía de manera diaria a nivel de desinformación tanto en imágenes como vídeos o audios, entre otros. Las verificaciones de Maldita aparecen en el pódcast semanal, así como en la difusión en sus propias redes sociales.
Al igual que otros fact-checkers, Maldita colabora con Facebook en su programa de fact-checking y colabora con otras plataformas de verificación en iniciativas de temas complejos generando una base de datos generales y una agenda de contactos común. La herramienta ideal de verificación para Maldita tendría que agilizar el proceso de la resolución de petición de transparencia y una mayor accesibilidad a los datos de las instituciones.
Newtral es otra de las plataformas de verificación de referencia desde su fundación hasta hoy. Dispone de un equipo de verificación de, aproximadamente, 14 personas de perfil periodístico y tecnológico en la que se abarcan verificaciones de todo tipo de temas (cambio climático, ciencia, feminismo, tecnología, desinformación…). Este equipo se divide en dos áreas: fact-checking, de verificación política; y fakes, desmiente bulos en redes sociales. Ambas áreas trabajan de forma coordinada. El equipo de verificación realiza de forma diaria una reunión informativa para organizar el trabajo en torno a los temas que interesa verificar. En esta reunión, se reciben propuestas de otros departamentos informativos y existe una comunicación transversal. El proceso de verificación de Newtral se divide en cuatro etapas: equipo de verificación, fase de verificación, uso de fuentes y difusión (ver imagen 7). A su vez, cada una de las informaciones son calificadas con cuatro tipos de etiquetas: verdadero, verdad a medias, engañoso o falso.
El equipo de verificación hace uso de herramientas tecnológicas, anteriormente citadas en el presente estudio, durante el proceso de fact-checking. WhatsApp es su principal canal, pero disponen de otras redes sociales, así como la plataforma web donde publican las verificaciones. Sin embargo, cabe destacar que Newtral tiene varios desarrollos de IA para verificación y están trabajando en nuevos algoritmos para el proceso. En búsqueda de la herramienta ideal, este fact-checker sostiene que debería ofrecer contacto directo con personas expertas, agrupar las consultas ciudadanas sobre verificación y el acceso de forma más ágil a datos de transparencia. Este último aspecto resulta coincidente con lo expuesto anteriormente por Maldita.
Conclusiones
El trabajo permite, entre otros aspectos, concluir que la innovación en comunicación demanda de una aproximación multimedia y, más aún, transmedial al objeto de estudio que edifica la comunicación a nivel periodístico. En un escenario marcado por una creciente infoxicación del ecosistema social y mediático, la verificación se presenta como un desafío previo a cualquier innovación. Esto es: la garantía de poder ofrecer contenidos contrastados en un sentido holístico es una necesidad insoslayable. Este requerimiento supera el territorio de los medios para exigir de los usuarios competencias y habilidades críticas en el acceso, el uso y el procesamiento de las plataformas, los instrumentos y los contenidos. A lo anterior se une el proceso de hibridación y de transversalidad que impacta en el conjunto de los medios de comunicación para potenciar las sinergias entre ellos y fomentar la transversalidad más allá de la tradicional división entre ellos (prensa, radio, televisión o internet).
El punto anterior permite incidir en la pertinencia de un trabajo continuado y colaborativo que, de forma bidireccional y transversal, conecte a la academia con la industria ante el gran desafío de idear nuevos formatos periodísticos, de entretenimiento, etc. Las escuelas de comunicación han de convertirse en talleres de ideas capaces de generar nuevas propuestas, testearlas y aprovechar el contacto permanente con un alumnado que materializa perfiles, tendencias y dinámicas del uso del panorama actual mediático. A ello se une la importancia de edificar sólidos principios deontológicos y de trabajar la alfabetización digital y mediática de estos potenciales líderes de la comunicación del futuro y, además, usuarios perennes de las plataformas, los contenidos y los servicios que ofrecen los medios de comunicación, los de ayer, los de hoy, y los de mañana.
Cervi, L.; Tejedor, S.; García, F. (2023). TikTok and Political Communication: The Latest Frontier of Politainment? A Case Study. Media and communication, 11(2). https://doi.org/10.17645/mac.v11i2.6390
De Rezende Damasceno, D.; Patrício, E. (2020). Journalism and fact-checking: Typification of sources used for checking and criteria for selecting fact-checked material-An analysis by Agência Lupa and Aos Fatos. Brazilian Journalism Research, 16(2), 368-393. https://doi.org/10.25200/BJR.v16n2.2020.1212
González, D. (2023). «La Vanguardia logra el doble podio en gfk dam y comscore, y ya avista el liderato del medidor oficial». Red de periodistas. Obtenido de: https://www.Reddeperiodistas.Com/la-vanguardia-logra-el-doble-podio-en-gfk-dam-y-comscore-y-ya-avista-el-liderato-del-medidor-oficial/
Haque, M.M.; Yousuf, M.; Alam, A.S.; Saha, P.; Ahmed, S.I.; Hassan, N. (2020). Combating misinformation in Bangladesh: Roles and responsibilities as perceived by journalists, fact-checkers, and users. Proceedings of the ACM on Human-Computer Interaction, 4(CSCW2). https://doi.org/10.1145/3415201
Ragin, C. (1992). Case of What is a Case?. En Ragin, C.; Becker, H. (Eds.). What is a Case: Exploring the Foundations of Social Enquiry, pp. 1-18. Cambridge: Cambridge University Press.
2.
Imagen 1. Flujo de verificación en La Vanguardia.
Fuente: elaboración propia.
Imagen 3. Flujo de verificación de EFE Verifica.
Fuente: elaboración propia.
Imagen 4. Flujo de verificación de Agencia SINC.
Fuente: elaboración propia.
Imagen 5. Flujo de verificación de Verificat.
Fuente: elaboración propia.
Imagen 7. Flujo de verificación de Newtral.
Fuente: elaboración propia.