Título del Capítulo: «Andalucía y Cataluña: identidad, cultura e información en las cadenas públicas autonómicas»
Autoría: Silvia Olmedo Salar; Carmen del Rocío Monedero Morales
Cómo citar este Capítulo:Olmedo Salar, S.; Monedero Morales, C.R. (2025): «Andalucía y Cataluña: identidad, cultura e información en las cadenas públicas autonómicas». En Ruiz Muñoz, M.J.; Ruiz del Olmo, F.J.; Simelio Solà, N. (eds.), Andalucía y Cataluña.Cultura e interacción en las representaciones audiovisuales contemporáneas. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.
ISBN: 978-84-17600-17-4
d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c6.emcs.32.c47
Capítulo 6. Andalucía y Cataluña: identidad, cultura e información en las cadenas públicas autonómicas
Silvia Olmedo Salar
Universidad de Málaga
Carmen del Rocío Monedero Morales
Universidad de Málaga
1. Introducción
Asistimos a un escenario de incertidumbre y replanteamiento del modelo de la televisión pública autonómica en España generado por la dilatada inestabilidad política, la crisis del modelo territorial estatal y las transformaciones tecnológicas y de consumo de productos audiovisuales que afectan a todo el paisaje televisivo en general.
Todos estos cambios inciden significativamente en la tipología de contenidos que los entes televisivos ofrecen, y no sólo en su forma de difusión. Además, es preciso tener en cuenta que la programación es uno de los criterios para evaluar la viabilidad del cumplimiento de la misión de servicio público (Albarracín, 2011).
Es por ello que el presente texto aborda la representación de la identidad cultural en dos televisiones autonómicas de dos regiones históricas: Andalucía (Canal Sur TV) y Cataluña (TV3). El estudio pretende determinar y comparar la atención que prestan ambos entes a los contenidos relacionados con la idiosincrasia territorial y su forma de proyectarse al mundo.
Consideramos que las televisiones públicas autonómicas deben ser trasmisoras de valores culturales que contribuyan a la configuración de la identidad cultural propia de cada comunidad autónoma (Barbeito, 2011). Una identidad que debe sustentarse en ejes culturales renovados, lejos de imágenes estereotípicas y/o exclusivamente folclóricas (Barbeito, 2011).
El concepto de «cultura» alude al sistema común de vida de un pueblo, que es resultado de su historia y de la adaptación de esa población humana al medio ambiente en que habita, y que es transmitido socialmente. Es un proceso que se articula mediante el desarrollo de técnicas productivas, estructuras organizativas a nivel económico, social y político, y concepciones de la vida, de tipo científico, mitológico, ético, religioso, etc. (Gómez, 1982).
2. Rasgos de las identidades culturales andaluza y catalana
Entre las numerosas definiciones existentes del término «cultura», como la que antecede a este párrafo, y teniendo en cuenta la dificultad de acotar un concepto tan amplio y complejo, tomaremos aquí la formulada por la UNESCO en la Declaración de México sobre Políticas Culturales: «La cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias» (UNESCO, 1982).
En el caso de Andalucía, la conciencia de la identidad cultural se encuentra alienada en buena medida, hecho que ha incidido negativamente en su historia. La forma contemporánea de esta alienación sociocultural tiene sus causas recientes en la irrupción del modelo capitalista a partir de mediados del siglo XIX. Desde ese momento se van instaurando las condiciones del subdesarrollo en su forma actual, se va demoliendo el modo de vida tradicional y se fomenta una amnesia histórica que tocó fondo hacia la mitad del siglo pasado (Gómez, 1982).
Sin soberanía política y perdidas las riendas de su progreso económico, Andalucía perdió también la memoria de sí misma, su conciencia histórica como pueblo (Gómez, 1982). Gobernada por una oligarquía «centralista», sometida primero al imperialismo inglés y luego al norteamericano, fue acosada por un proceso de aculturación que trajo consigo la enajenación de su identidad cultural, arrinconando sus peculiaridades en el capítulo del folclore (Gómez, 1982).
Este proceso de aculturación provocó una situación de dependencia neocolonial que encontró varias salidas:
Uno de los principios en los que se inspira la actividad de la Radio Televisión Andaluza, según su ley de creación de 1987 y presente en la vigente de 2007, es el de «la promoción de los valores históricos, culturales, educativos y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad». Su redacción se realizó tomando como referencia el Estatuto de la Radio y la Televisión de 1980, texto legislativo en el que se basaron las primeras leyes de las radiotelevisiones autonómicas y que ya definía la radio y la televisión como «vehículo[s] esencial[es] (...) de difusión de la cultura española y de sus nacionalidades y regiones» (Ley 4/1980).
En el caso de Cataluña, observamos un nacionalismo cultural con unos antecedentes históricos que se remontan a mediados del siglo XIX y manifestado a través del llamado secesionismo, del cual destaca Clua (2011: 56) tres características principales:
1. Se trata de un nacionalismo político sin estructuras de poder estatales, sin fronteras internacionales reconocidas y sin capacidad para limitar o controlar la circulación de la población a través de sus límites administrativos.
2. Nos encontramos ante un territorio caracterizado históricamente por la recepción de importantes flujos migratorios, hasta el punto de que se ha afirmado que la inmigración es parte integral del sistema moderno catalán de reproducción (Cabré, 1999).
3. El nacionalismo catalán ha sido descrito como cívico-integrador, porque está basado en rasgos culturales (la lengua como elemento diferenciador cultural por excelencia), en contraste, por ejemplo, con el racialismo de los inicios del nacionalismo vasco.
Gloria Hoyos denuncia en un estudio del año 2015 que, si bien la asociación entre los términos «cultura» y «servicio público» es constante en la legislación relativa a las radiotelevisiones públicas, esta relación no tiene una plasmación real en las parrillas programáticas, «donde la cultura es un contenido marginal y el primero en desaparecer de la parrilla cuando se reducen los presupuestos». La autora pone de manifiesto este hecho en el caso concreto de Canal Sur Televisión (Hoyos, 2015: 36).
3. La regulación de los contenidos audiovisuales de los canales autonómicos y su misión de servicio público
Las cadenas autonómicas surgieron en España al amparo de la Ley del Tercer Canal (46/1983). Esta nueva tipología televisiva existía desde los años 70 en los países de nuestro entorno y se denominaba «televisión de proximidad». Tal era el caso de France 3 en Francia, o de RAI 3 en Italia, entre otras. A pesar de que el Congreso de los Diputados aprobó la Ley del Tercer Canal en diciembre de 1983, EITB (Euskal Irrati Telebista) y la televisión catalana, TV3, ya habían sido creadas previamente, en 1982, por una prerrogativa de los estatutos de autonomía de sus comunidades autónomas. A partir de la promulgación de la norma, a lo largo de la década de los 80, nace una primera generación de televisiones autonómicas que constituyeron la FORTA (Federación de Televisiones Autonómicas): TVGa (en Galicia), Canal Sur (en Andalucía), Tele Madrid y Canal 9 (en Valencia). De esta forma, la FORTA se convirtió prácticamente en un tercer canal de cobertura cuasi nacional, con un peso importante debido, en parte, al uso de las lenguas locales, que reforzaban las distintas identidades regionales. En casos como el de Extremadura, Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha o el Principado de Asturias, sin embargo, no se crearán emisoras de televisión regionales hasta ya entrado el siglo XXI.
A pesar de prestar de forma directa un servicio público televisivo, las empresas públicas creadas a tal efecto en cada una de las comunidades lo hacen en régimen de concesión administrativa (García Castillejo, 2010). Al tratarse de un servicio público esencial de titularidad del Estado, en los términos que se establecieron en la Ley de 1980 (Estatuto de Radio y Televisión) y se modificaron por la Ley de acompañamiento de 2001, las empresas tienen una serie de obligaciones impuestas (comunes a los operadores de categoría privada), incluyendo la de producir y emitir:
A esos efectos, su programación deberá, entre otras cosas, «impulsar la diversidad cultural y lingüística, ofrecer calidad, diversidad, innovación y exigencia ética, tener por objetivo atender a la más amplia audiencia, asegurando la máxima continuidad y cobertura geográfica y social y favorecer la educación y la difusión intelectual» (Consell de l’Audiovisual de Catalunya, 2002).
En el caso de las televisiones de proximidad, como son las autonómicas, la programación es el principal elemento definitorio, ya que a través de ella se manifiesta su sello distintivo. Un carácter de «observador cercano», como indicaba Zimmermann (citado por Vacas, 1999), en el sentido de una concentración en el estrecho círculo vital de los espectadores, es el punto de partida de la televisión local como oferta comunicativa.
La misión de los canales autonómicos, similar a la que tradicionalmente han perseguido medios más ligeros como la prensa o la radio, es que la cultura de ciudades, pueblos y barrios se reafirme a través de su representación audiovisual. Una cercanía que no debe quedar reducida meramente a su aspecto territorial, sino que tiene que abrirse a otras dimensiones relacionadas con las afinidades sociales, laborales, idiomáticas y culturales de la población y a cualquier otro tipo de interés común (Monedero, 2008).
La vocación de servicio público es un concepto esencial para las televisiones públicas autonómicas, que fueron concebidas para difundir contenidos que fomentasen los principios y valores constitucionales, una opinión pública plural, la diversidad cultural, artística y lingüística, la formación, la educación y el entretenimiento, así como para garantizar la libertad de expresión y el pluralismo social y político (Albarracín, 2011: 13). A pesar de ello, compartimos con Chaparro (2018: 301) la idea de que «existe una conciencia generalizada en nuestra sociedad de que la mayoría de los medios de información no cumplen el papel que la democracia les asigna: ser garantes de la verdad, trabajar pensando en el bien común y facilitar la mediación».
Además de esta problemática, Sarabia, Sánchez y Fernández (2012: 102) advierten de que en las últimas décadas ha habido una tendencia a la externalización de las televisiones públicas autonómicas en España, «en un contexto de continuos recortes presupuestarios de unos operadores públicos regionales sistemáticamente cuestionados por su alto grado de politización/gubernamentalización y afectados por las presiones del sector privado». Ramió y García (2006: 16) añaden que «la externalización requiere de un nivel de compromiso y de responsabilidad que no siempre se alcanza».
En el caso de las televisiones autonómicas públicas, su función de servicio público pasa por servir como altavoz para la puesta en valor de la cultura, la gastronomía, la innovación y la problemática regional, entre otras cuestiones. La misión cultural de estos canales ha evolucionado de modo que ahora incluye tanto los principios de contribuir a la cohesión, la vertebración y el desarrollo identitario regional y la promoción de los valores históricos y culturales del territorio, como los de garantizar una atención a las minorías y fomentar la diversidad cultural y el diálogo intercultural (Wolton, 2006; Jakubowicz, 2007, citados por Hoyos, 2015: 36). Pero estos contenidos no siempre tienen la representación suficiente en los canales nacionales, más preocupados por cubrir el dictamen de la agenda política que suele escenificarse en Madrid, como capital política del país, que por presentar un retrato equilibrado de todo el territorio nacional. Si bien es cierto que estas televisiones, junto con TVE, son las únicas que ofrecen programas generalistas con contenidos culturales, éstos se emiten en horarios marginales o son relegados a los segundos canales, como ocurre con La 2 de TVE, por lo que la repercusión de la función cultural queda minimizada. Hoyos insiste en que «la dejación de responsabilidad con respecto a la misión cultural de las radiotelevisiones públicas encuentra su máxima expresión cuando estos contenidos y segundos canales son eliminados» (Hoyos, 2015: 37), medidas justificadas por la crisis económica, pero que olvidan el porqué de los servicios públicos, sobre todo en un contexto donde la oferta audiovisual es casi infinita (Jakubowicz, 2006).
El análisis de las parrillas de Canal Sur y TV3 da testimonio, como se verá más adelante, de una evolución en la programación de estos emisores que, a través de la incorporación de una mayor variedad de formatos y contenidos, resulta cada vez más parecida a la pauta programática de los medios estatales. Ahora bien, no podemos olvidar el bagaje de ambas cadenas. TV3 acumula en los últimos años críticas de imparcialidad, falta de pluralismo y tendenciosidad en las informaciones emitidas (Cia, 2018), mientras que Canal Sur las ha recibido sobre su programación, dirigida a un público mayor y rural, y lastrada en exceso por lo folclórico (De Mateo; Bergés, 2009; CAA, 2014; Díaz, 2012).
4. Metodología
El análisis de la parrilla de programación tiene un papel trascendente a la hora de determinar el grado de adecuación existente entre los objetivos declarados por las instituciones emisoras y su plasmación real en unos géneros y programas concretos.
Como expuso Albarracín (2011: 13) en un estudio complementario restringido a la televisión autonómica murciana, si analizamos el concepto de servicio público, sus principios generales, la legislación estatal y los rasgos fundamentales de las televisiones públicas de ámbito autonómico, incluido el regional, es posible evaluar la viabilidad del cumplimiento de la misión de servicio público en atención a las coincidencias y discrepancias entre la normativa existente, la composición de las programaciones, los contenidos y la estructura organizativa de los emisores.
También se han tomado como referencia trabajos previos en esta materia realizados por la UNESCO (2008), por el Grupo COMandalucía de la Universidad de Málaga (2016 y 2018), del que forman parte las autoras de este capítulo, y otros estudios llevados a cabo por Valencia y Campos (2016) y Monedero (2008).
Se diseñó un manual piloto de codificación que fue testado para evaluar y mejorar su eficacia. Tras perfeccionar esta primera herramienta se elaboró un manual definitivo para los codificadores, en el que se definieron con claridad los criterios de análisis de cada uno de los dos ítems (Canal Sur y TV3):
No han sido considerados «programas televisivos» las emisiones de imágenes fijas, ni los tiempos destinados a la publicidad, la televenta y los juegos y concursos promocionales, incluidas las emisiones consistentes en consultas y juegos a distancia en directo con participación de la audiencia.
El periodo de análisis ha abarcado dos semanas, una en 2018 (del 19 al 23 de febrero) y otra en 2019 (del 2 al 7 de octubre). Se han seleccionado específicamente semanas (de lunes a viernes) que no coincidían con festivos, eventos especiales o programaciones extraordinarias. Ha quedado fuera del estudio la programación del fin de semana, al comprobarse durante el estudio piloto que durante esos periodos la programación varía sustancialmente (priman las redifusiones y los programas de corte más lúdico), pudiendo desvirtuar los resultados finales del estudio.
El universo de la muestra lo componen las dos televisiones autonómicas que queremos comparar, cuya titularidad ostentan los gobiernos autonómicos de Andalucía y Cataluña. En el caso del último ente, con más de un canal en emisión, se ha escogido para su estudio el principal, generalista.
Debido a la naturaleza del objeto de estudio, tras el análisis estadístico con los datos cuantitativos extraídos, que permitió la realización de un examen descriptivo básico, se pasó a interpretar las observaciones cualitativas o subjetivas que pudiesen explicar los resultados obtenidos. Dichas observaciones han sido recogidas de manera transparente y con un respaldo narrativo que explique su concepción.
5. Resultados
Los dos entes estudiados reflejan calidad y profesionalidad en la elaboración de sus productos; sin embargo, sus relatos y construcciones narrativas y formales presentan divergencias en su puesta en escena. Sus programaciones tienen un marcado enfoque territorial ligado al contexto autonómico, y sus señas culturales e identitarias se plasman en los productos audiovisuales que ofertan.
En los espacios catalogados como de promoción de la identidad cultural, Canal Sur supera en ambos periodos de análisis las horas emitidas por TV3; no obstante, en ambos casos, los espacios permiten a los entes proyectarse y reivindicarse en el escenario audiovisual. El ente andaluz, en el periodo estudiado de 2018, emitió semanalmente un total de 26 horas de este tipo de espacios frente a las 5,2 horas de TV3, y estas cifras se mantuvieron a un nivel similar en 2019: 22,5 horas y 6,2, respectivamente.
La descompensación entre ambos entes en lo que se refiere a este tipo de programas es significativa, ya que Canal Sur cuadruplicaba con holgura la oferta de TV3 en 2018 y rozaba casi la misma cifra en 2019. La proyección de cada uno de los entes es muy diferente en la línea del refuerzo identitario. Mientras TV3 apuesta por espacios más innovadores, Canal Sur opta por formatos y relatos tradicionales que abordan diferentes sectores: turismo, arte, música o gastronomía. Entre los programas de TV3 emitidos en 2018, encontramos Katalonski, que versaba sobre los viajes de un músico islandés, residente en Barcelona, que iba al encuentro de personas no catalanas en diferentes lugares del mundo que han aprendido catalán y esto les ha cambiado la vida. Con una mirada a la gastronomía pero reconvertida en juego, se presentaba el concurso Joc de cartes, cuyo escenario eran los restaurantes de diferentes zonas de Cataluña y su oferta gastronómica. Otro de los programas estrella era Polonia, que utilizaba el humor y la sátira para abordar la política catalana y llegar a la audiencia. El espacio Al cotxe! permitía recorrer el territorio catalán en coche con un invitado que era entrevistado durante el trayecto. En el análisis de 2019 se observa una continuidad de todos los espacios a excepción de Katalonski, al tiempo que se han incorporado dos programas: El suplement y Els meus pares. El primero de ellos se mete en aulas de colegios catalanes donde un personaje conocido imparte una clase magistral, y en el segundo, la periodista Gemma Nierga entrevista a padres de personas famosas en Cataluña, recreando sus infancias en ese entorno colectivo.
En el periodo de estudio de 2018, Canal Sur ofrecía programas como Éste es mi pueblo, que recorría los pueblos andaluces de la mano del periodista Rafael Cremades, poniendo el foco en los lugareños y sus historias, que eran los auténticos protagonistas. La mirada turística se focalizaba en Destino Andalucía, que realizaba rutas para descubrir la riqueza paisajística, cultural, gastronómica, lúdica y/o deportiva del territorio andaluz. El espacio Documentales andaluces profundizaba semanalmente en la producción cultural andaluza, centrándose en aspectos patrimoniales o en las biografías de grandes personajes andaluces, mientras que la visión de los andaluces que viven fuera de su región y de España se proyectaba a través de Andaluces por el mundo. En el ámbito de la gastronomía, Canal Sur ofrecía Cómetelo, un programa diario basado en las recetas y los productos típicos andaluces, y reforzado con el contenido semanal del Canal Andalucía Cocina. Por otra parte, el programa Lo Flamenco estaba dedicado a ese género musical tan identificativo de la idiosincrasia artística andaluza. En 2019, la programación de Canal Sur sufre cambios orientados a potenciar a personajes, fiestas y tradiciones de Andalucía. Entre los programas encargados de resaltar la vida y la obra de personajes ilustres encontramos Hijos de Andalucía, que gira en torno a las personas que han sido nombradas hijos/as predilectos/as de la región y han recibido la medalla de Andalucía, y Abriendo Puertas, que se acerca a personajes andaluces relevantes en distintas áreas. Mientras que el programa Un año de tu vida recupera momentos históricos de la vida de Andalucía y su gente, Andalucía patrimonio se concentra, como su nombre indica, en realzar el patrimonio andaluz, y Andalucía de Fiesta hace lo propio con las tradiciones y fiestas andaluzas. Tanto Cómetelo como Lo Flamenco se mantienen en parrilla.
Tabla 1. Duración de los programas de promoción de la identidad en TV3 y Canal Sur TV (lunes a viernes).
Televisiones autonómicas |
Duración total de la emisión en horas (2018) |
Duración total de la emisión en horas (2019) |
Canal Sur TV |
26 |
22,5 |
TV3 |
5,2 |
6,2 |
Fuente: Elaboración propia (2019).
En lo que respecta al lenguaje audiovisual y sus narrativas, TV3 presenta formatos innovadores y muy dinámicos en su puesta en escena. De hecho, el concurso Joc de cartes realiza un paseo gastronómico y de fomento de los negocios locales desde una mirada de proximidad, ofreciendo entretenimiento y cultura, pero resaltando las señas de identidad de los lugares visitados: sus calles, sus barrios, etc. El idioma es un componente vehicular y cobra gran protagonismo y fortaleza como bandera identitaria y de reivindicación; el mejor ejemplo de ello era el programa Katalonski.
La temática de los programas de TV3 es muy variada e incorpora un gran componente político. Y, sin duda, hay un elemento distintivo y es la utilización del humor y la sátira como estrategia de conquista de la audiencia. Polonia logró el 24 de octubre de 2019 que TV3 se colocara en la décima posición de las televisiones más vistas en nuestro país y la primera dentro de las autonómicas, con un promedio de 846.000 espectadores y un 31% de cuota de pantalla en el ámbito catalán. Además, asume formatos como El suplent, que ya logró un gran éxito de audiencia en la RAI.
Por el contrario, en Canal Sur, los formatos de los programas señalados se ajustan a unos estándares más tradicionales, con un lenguaje audiovisual más sosegado y el acento puesto en la presentación del patrimonio, el legado y la cultura andaluza. El enfoque es de continuidad, especialmente en programas como Éste es mi pueblo, que hunde sus raíces en lo folclórico de forma recurrente. Sin embargo, se detecta una tendencia a huir de los estereotipos, incorporando nuevas tendencias a la hora de abordar el ocio y el turismo. Por ejemplo, el programa Destino Andalucía rompió con la encorsetada mirada turística hacia el territorio andaluz de sol, playa y gastronomía, y ofrecía escenarios y rutas alternativas, como la de los cementerios andaluces, y nuevos abordajes, como el turismo inclusivo. Sin embargo, la tendencia impuesta en 2019 está orientada a reforzar las tradiciones y los personajes relevantes desde una perspectiva clásica, como se aprecia con Hijos de Andalucía o Abriendo Puertas. No podemos olvidar que estos cambios se enmarcan en el periodo del nuevo gobierno de coalición en Andalucía, integrado por el PP y Ciudadanos con el apoyo del partido de ultraderecha Vox, tras 36 años de gobierno socialista.
Respecto a la duración de los programas culturales en ambas televisiones autonómicas, los datos evidencian una escasa relevancia de dichos contenidos específicos en las parrillas, especialmente en el canal andaluz, con sólo 7,5 horas de emisión frente a las 13,45 horas de TV3 en el periodo analizado de 2018. En el análisis de 2019, Canal Sur merma aún más su contenido cultural, que se sitúa en las 6 horas, mientras que TV3 lo aumenta hasta alcanzar las 14,33 horas.
Tabla 2. Duración de los programas culturales en TV3 y Canal Sur TV (lunes a viernes).
Televisiones autonómicas |
Duración total de la emisión en horas (2018) |
Duración total de la emisión en horas (2019) |
Canal Sur TV |
7,5 |
6 |
TV3 |
13,45 |
14,33 |
Fuente: Elaboración propia (2019).
La poca relevancia otorgada a los espacios culturales, especialmente en el caso andaluz, pone de manifiesto la débil apuesta por este tipo de contenidos, que se agrava al observar los horarios de emisión. En el caso de Canal Sur (2018), programas como La huella americana, destinado a recorrer los lugares y edificios más notables relacionados con la gran aventura americana, y Canal Sur Música, que da visibilidad a los intérpretes andaluces y a otros artistas, tenían sus emisiones en horario de madrugada, a las 1:30 y las 3:30 horas, respectivamente, lo cual reducía sus posibilidades de alcanzar una mayor audiencia. Únicamente Al Sur, que acogía las distintas disciplinas artísticas con una entrevista diaria a un personaje relevante, presentaba un horario que facilita su visionado, las 21:45 horas. En 2019, sin embargo, Al Sur pasa a emitirse dos veces por semana, una de ellas a las 5:00 de la mañana (redifusión), y Canal Sur Música se programa a las 4:00 de la madrugada.
La radiografía de TV3 es bastante similar a la expuesta de Canal Sur, aunque el número de horas emitidas es mayor gracias a la introducción de más programas musicales. En 2018, el ente público catalán ofrecía, a las 23:40 horas, Quan arribin els marcians, dedicado a la contemporaneidad cultural y la divulgación del ocio, mientras el programa gastronómico Cuines se emitía a las 15:40 horas. No obstante, los programas musicales especializados, como Blues a l’estudi y Jazz a l’estudi, se emitían a las 4:00 y 5:00 de la mañana, respectivamente. Estas emisiones musicales de TV3 han sido denunciadas por la Acadèmia Catalana de la Música, que sostiene que sólo poseen «una motivación recaudatoria» y que van «en detrimento de los autores», ya que son programas filmados en estudio y reemitidos numerosas veces. De esta forma, el ente recupera parte del dinero que debe abonar a la SGAE, puesto que, si los artistas no ceden el 45% de sus derechos de autoría a la editorial de TV3, no salen en los programas (Sendra, 2019). Ya en 2019, TV3 diversifica la oferta musical y amplía el espectro de estilos, acogiendo el jazz, el blues, el swing y las fusiones a través de Jazz a l’estudi, Ritmes a l’aula, Blues a la cava, Fusió i swing a l’estudi, e incluso dando cabida a los videoclips con un espacio especialmente reservado a ellos, minutos antes de las 6 de la mañana.
En lo que respecta al análisis formal, a pesar de que la proyección en tiempo es bastante parecida, la construcción presenta notorias diferencias. En el caso de la música, Canal Sur promueve el formato concierto mientras que TV3 busca innovar ofreciendo, en el caso de Blues a l’estudi, las grabaciones de estudio de 26 bandas catalanas especializadas en el género. En los programas de actualidad cultural, como son Al Sur y Quan arribin els marcians, se observa cómo este último aboga por una mirada más transgresora en temas y tratamiento (desde el universo sexual al influjo de la filosofía en la música, el suicidio en la literatura, el universo político y el arte, etc.), mientras que la perspectiva de Al Sur se centra en certámenes, citas y encuentros artísticos, personajes, libros y exposiciones.
En cuanto a los programas informativos, en el periodo de análisis de 2018, TV3 casi duplica las horas de emisión de Canal Sur, pues acumula un total de 64,01 horas frente a las 36,8 de la televisión andaluza, si bien tenemos que considerar que, en los años estudiados, la situación política catalana provocó una atención mediática inusual y que probablemente esto incidió significativamente en los datos obtenidos. En este sentido, en la comparación entre 2018 y 2019, se observa que en el primer periodo TV3 reforzó los espacios informativos para abordar en primera instancia el referéndum fallido del 1 de octubre de 2017 y los disturbios posteriores. Uno de los recursos utilizados fue la incorporación de boletines informativos del canal 3/24 de TV3. En contraste, se aprecia cómo en 2019, con 39,01 horas de emisión, los datos se asemejan más al modelo informativo de Canal Sur, que registra 29,25 horas, con un ligero descenso con respecto a su propio dato de 2018.
Tabla 3. Duración de los programas informativos en TV3 y Canal Sur TV (lunes a viernes).
Televisiones autonómicas |
Duración total de la emisión en horas (2018) |
Duración total de la emisión en horas (2019) |
Canal Sur TV |
36,8 |
29,25 |
TV3 |
64,01 |
39,01 |
Fuente: Elaboración propia (2019).
La duración de los espacios informativos en ambas televisiones es variable, oscilando en TV3 entre los 15 y los 190 minutos, y en Canal Sur entre los 10 y los 180 minutos. En ambos casos, la estructura de la información general se ajusta a modelos similares: revista y magacín matutino, informativos de mediodía, informativos de noche y desconexiones territoriales. En el primer periodo, la diferencia la marcan en TV3 los informativos de 3/24, con una frecuencia de prácticamente una hora por la mañana, aunque esta recurrencia desaparece en 2019. De forma habitual, en las dos cadenas el informativo del mediodía cuenta con dos presentadores (hombre/mujer), lo que facilita la alternancia en la locución de la información y redunda en una puesta en escena dinámica, que abandona el plano medio para buscar el plano entero y el juego con el espacio del plató. En la segunda edición de los informativos, ambos medios optan por un único presentador.
Tanto la cadena catalana como la andaluza hacen una apuesta por la proximidad a través de las informaciones provinciales, denominadas comarcales en TV3, con un contenido ligado a su vocación de servicio público, ya que la información de proximidad ayuda a la cohesión territorial. Como señalaban ya López, Galindo y Villar (1998), la información de proximidad es la que mayor impacto produce en las comunidades locales, tanto por la importancia que tiene para sus habitantes como por su incidencia en el entorno socioeconómico de la zona. Los entes públicos no son ajenos a esta mirada e incorporan este tipo de información, aunque la lanzan de forma diferente. Canal Sur ofrece dos desconexiones territoriales: una de 25 minutos al mediodía y otra de 15 minutos tras el informativo de las 21:00 horas. Ambas cuentan con sus propios presentadores. En el caso catalán, la periodista Nuria Solé es la que presenta y dirige el espacio informativo de proximidad, siendo este espacio el que cuenta con la mayor audiencia.
Si bien redujo sus espacios meramente informativos entre 2018 y 2019, TV3 sigue centrando su estrategia de actualidad informativa en los formatos de magacín de mañana y de tarde, en los que el humor suele estar presente junto con la referencia a la actualidad política catalana. Canal Sur también ha reforzado esta vía, pero, como mostraremos a continuación, sus formatos y contenidos son significativamente distintos. En ambos casos, pues, las parrillas programáticas se nutren de los magacines para garantizar la continuidad de los contenidos. Canal Sur pasó de ofrecer 25,16 horas de este tipo de programas en 2018 a emitir 42,83 horas un año después, mientras que TV3 sufrió un proceso similar, pasando de las 12,31 horas de 2018 a las 30,51 horas de 2019.
Tabla 4. Duración de los magacines/otros formatos informativos en TV3 y Canal Sur TV (lunes a viernes).
Televisiones autonómicas |
Duración total de la emisión en horas (2018) |
Duración total de la emisión en horas (2019) |
Canal Sur TV |
25,16 |
42,83 |
TV3 |
12,31 |
30,51 |
Fuente: Elaboración propia (2019).
En 2018, Canal Sur ofrecía el magacín Andalucía Directo, con temas de actualidad, pero muy ligado a la noticia espectacular o anecdótica y a los sucesos, y el programa La tarde, aquí y ahora, dirigido por Juan y Medio, que combina entretenimiento y actualidad, y que ha logrado posicionarse en la parrilla gracias a su famoso espacio de búsqueda de pareja como remedio para combatir la soledad. A estas propuestas se sumó en 2019, el magacín informativo Hoy en día, que aporta una mirada más periodística, con debates e información actualizada. Esta misma línea se refuerza con el programa Experiencia TV, donde jóvenes estudiantes del campo de la comunicación audiovisual hacen reportajes sobre realidades que les interesan.
En TV3, tres espacios marcan la continuidad en los dos periodos de análisis: Tot es mou, Està passant y Alguna pregunta més? (APM?). El primero aborda en tono serio y humorístico la realidad informativa, con debates en plató, entrevistas y conexiones en directo, mientras que Està passant es un informativo satírico en el que la actualidad, especialmente la actualidad política y social, se analiza desde el prisma del humor. Esta línea es la seguida también por APM?, que utiliza vídeos de zapping para parodiar y confrontar humorísticamente la realidad catalana y la del conjunto del país. En 2019 se incorporó Planta Baixa, que aporta la visión informativa, claramente social y política, de jóvenes periodistas con enfoques innovadores sobre ámbitos como el feminismo, la vida digital, el medio ambiente, etc. También se recuperó en redifusión el programa Set de nit, que se emitía en los primeros años 2000 y se caracterizaba por su tono humorístico y satírico.
En lo que respecta al estilo y la estructura, en los dos entes el formato magacín se nutre de la actualidad como contenido, pero difiere en su construcción narrativa y formal. TV3 se vuelca en el humor y la sátira como estrategia de entretenimiento y de información, mientras que Canal Sur carece de espacios satíricos que inviten a la reflexión sobre la actualidad política y social.
A grandes rasgos, la confrontación de los contenidos analizados perfila unas cadenas que procuran imprimir su sello cultural y reflejar la articulación territorial de las regiones a las que representan a través de la información y de contenidos propios. En este estudio se detecta un cambio de estrategia en TV3 por lo que respecta a la presentación de la información, apostando claramente por un formato que da buenos resultados y que tiene su referente en Polonia, asumido como producto muy arraigado en la cultura y el sentir catalán. Este cambio de estrategia equilibra la comparación entre ambas cadenas, ya que en los programas de promoción de la identidad cultural destaca el marcado perfil de Canal Sur, vinculado a la promoción del legado histórico, el arte popular, el folclore y las figuras reconocidas de la cultura andaluza. En la proyección de espacios culturales, TV3 logra algo más de representatividad que Canal Sur, pero la diferencia no deja de ser residual.
6. Conclusiones
El estudio realizado permite identificar una apuesta por la construcción territorial e identitaria por parte de TV3 y Canal Sur TV, pero con raíces programáticas diferenciadas. TV3 busca la reafirmación permanente de su identidad a través de un discurso centrípeto sobre la realidad vehiculado por el idioma, mientras que Canal Sur ofrece una programación que hunde sus raíces en un discurso de baja intensidad y sin la carga política que ofrece TV3. Por otra parte, Canal Sur TV adolece de una programación que reduce los espacios de promoción de la cultura y la historia andaluzas, relegándolos al horario nocturno o de madrugada (Lo Flamenco, Hijos de Andalucía, Andalucía Patrimonio), algo que también ocurre en TV3, pero únicamente con los programas musicales.
Destaca la calidad, la innovación y la experimentación en el lenguaje televisivo de ambos entes, especialmente de TV3. Atendiendo a Rojo Villada (2005), «en televisión cuanto menor es el mercado, mayor es el riesgo de fracaso», principio que parece afectar más a Canal Sur, que evita apostar por formatos y lenguajes más transgresores. Canal Sur TV elude abordar la actualidad con sentido crítico y/o humorístico, y nos preguntamos si son los gestores de la cadena los que consideran que un formato de ese tipo no tendría éxito o es que no existe la madurez audiovisual y política necesaria para asimilarlo.
Por otra parte, ambas cadenas procuran cumplir su objetivo de vertebrar el territorio informativamente y representar la propia identidad atendiendo a la necesidad social de estar presente. No obstante, el estudio evidencia la complejidad del concepto de identidad y de su articulación (Gómez: 1982).
Canal Sur parece que ha dejado atrás la «excesiva advocación del pasado» que señalaba Díaz (2012) y denota un interés por regenerarse estéticamente, pero muestra debilidades en los enfoques, que todavía recurren al folclore, frente al modelo de TV3, cuyo foco informativo, tan sobrecargado desde el punto de vista político, merma principios tan importantes como la pluralidad y la imparcialidad.
Ahora bien, tanto TV3 como Canal Sur desarrollan estrategias para autoidentificarse y diferenciarse, como referentes públicos, en un contexto de pluralismo etnológico planetario.
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