Andalucía y Cataluña. Cultura e interacción en las representaciones audiovisuales contemporáneas (2025)

 

 

Título del Capítulo: «Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur (2018). Agua y aceite»

Autoría: Santiago González

Cómo citar este Capítulo: González, S. (2025): «Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur (2018). Agua y aceite». En Ruiz Muñoz, M.J.; Ruiz del Olmo, F.J.; Simelio Solà, N. (eds.), Andalucía y Cataluña.Cultura e interacción en las representaciones audiovisuales contemporáneas. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.
ISBN: 978-84-17600-17-4

d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c8.emcs.32.c47

 

 

 

Capítulo 8. Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur (2018). Agua y aceite

 

Santiago González

Director de Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur

 

 

Entre mayo y junio del año 2018, La Sexta emitió el «docurreality» Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur, una serie de cuatro capítulos desarrollada por Producciones del Barrio en la que un grupo de mujeres andaluzas y otro de mujeres catalanas con planteamientos políticos enfrentados consiguieron crear lazos entre sí a través de los viajes realizados a sus respectivos territorios, la convivencia y el diálogo. El director del programa, Santiago González lo explica a continuación desafiando las leyes de la física.

 

1. Agua y aceite (Santiago González)

 

Dice la física que el agua y el aceite no se pueden mezclar. No sé demasiado del tema, eufemismo para decir que no sé nada, pero parece que la cosa va de densidades. Supongo que cuando éramos pequeños todos hicimos la prueba en casa y constatamos que lo que nos había dicho el profesor era cierto.

Pero lo que es una verdad inmutable en el plano físico no lo es en el plano emocional, donde las leyes son más flexibles. Lo comprobamos haciendo Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur, un programa que intentaba mezclar dos elementos aparentemente irreconciliables, el independentismo catalán y el constitucionalismo español. Agua y aceite. O aceite y agua. No discutiremos qué es qué. Ya me entienden.

La mecánica del programa era sencilla: siete mujeres andaluzas y siete mujeres catalanas convivían durante quince días. Por parejas. Una semana en Cataluña y otra en Andalucía. Como la mayoría de las catalanas eran independentistas, sobrevolaba constantemente una pregunta: ¿serían capaces de vivir bajo un mismo techo personas con ideas políticas antagónicas en un momento en que las tensiones estaban a flor de piel? Tengo que confesarles que no lo teníamos demasiado claro. Craso error.

Y es que demasiado a menudo cometemos el desatino de creer que el debate político y el social discurren por la misma vía, que la crispación política no es más que el reflejo de lo que ocurre en la calle. Las catorce mujeres de Bienvenidas… nos demostraron, de nuevo, que las cosas no son lo que parecen. Su comportamiento durante esas dos semanas de convivencia fue ejemplar.

¿Hablaron? Mucho. ¿Discreparon? Sin duda. ¿Se entendieron? Por supuesto. Ante las cámaras, y detrás de ellas (no podíamos, ni queríamos, grabarlas las veinticuatro horas del día), sus conversaciones transmitían curiosidad. Tenían unas ganas enormes de conocerse, de entenderse, de comprender su punto de vista respectivo. De empatizar, en definitiva. Y lo hicieron. Precisamente porque son personas y no políticas. Ojo, no me malinterpreten. Los políticos también son personas. Otra cosa es que sean humanas. Eso que lo decidan los entomólogos, no vaya a ser que me acusen de intrusismo.

Nuestras mujeres (permítanme la osadía de apropiárnoslas) conectaron en el plano emocional: más allá de las discrepancias políticas, descubrieron a personas con sus mismas inquietudes. La familia, los nietos, el trabajo, la salud o las pensiones ocuparon buena parte de sus conversaciones. Y las unas se vieron reflejadas en las otras, como si estuvieran frente a un espejo que les devolvía otra imagen, pero la misma esencia.

Ahí la cultura compartida entre catalanas y andaluzas tuvo mucho que decir: aparte de lo más obvio, la lengua, todas tenían una cultura común. Ya fuese en forma de literatura, teatro, tradiciones populares… un bagaje cultural construido sobre la base de generaciones y generaciones de convivencia. Aunque fuese de manera inconsciente, esa cultura compartida actuó como un excelente ariete para derribar el muro de la desconfianza. Una desconfianza que se había gestado durante años de desencuentros políticos y que había crecido hasta niveles insospechados. Casi asfixiantes.

Si alguna cosa buena tuvo Bienvenidas… es que la mayoría de nuestras mujeres, y espero que la audiencia, descubrieron que ni las independentistas catalanas eran monstruos ávidos de sangre ni las constitucionalistas eran seres salidos del averno más profundo. La del otro lado ya no era un ser deshumanizado. Era tan humana como una misma.

Sí, reconozco que tal vez el planteamiento del programa era buenista, naíf si me lo permiten. Pero era necesario. Tengo, eso sí, que confesarles una cosa que juega en mi contra. A pesar de la empatía, el buen rollo y la sincera amistad que surgió entre todas las participantes del programa (no vean ustedes las veces que desde entonces han viajado a Cataluña o a Andalucía para verse), casi ninguna cambió su manera de pensar. Las que eran independentistas siguen siéndolo. Y las que no, pues igual.

Pero (siempre hay un pero) quería reservar un giro de guion para el final: a día de hoy, tras el programa, hay alguna catalana que piensa que el tema de la independencia tampoco es tan importante. Y alguna andaluza que piensa que los catalanes tienen derecho a decidir su futuro. O sea, que al final, agua y aceite acabaron mezclándose un poco. Una ley física que se va al garete.

Postdata: Gracias a Eugenia, María Antonia, Loli, Isabel, Magdalena, Teresa, Carmen, Cèlia, Mercè, Charo, Montse, Remei y Rosa. Y un recuerdo especial para Sagrario, que nos dejó.

2. Personajes de la serie

En primer lugar, resulta necesario identificar y ubicar, en función de su procedencia, a las protagonistas del «docurreality». Se trata de catorce mujeres, de las cuales siete eran residentes en la provincia de Sevilla y las otras siete vivían en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), el municipio donde Oriol Junqueras fue alcalde. A continuación, se indican sus nombres:1

1. El grupo de mujeres andaluzas estaba formado por:

2. Las mujeres catalanas que participaron en el programa eran:

3. Dos comunidades, cuatro capítulos

 

Los viajes de las protagonistas de Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur a Andalucía y Cataluña y la convivencia entre ellas son los elementos clave que sirven para vertebrar la estructura del formato.

En el capítulo 1 de la serie se deja claro en qué consiste la mecánica del «docurreality» y se realiza la presentación de los personajes. Las siete mujeres andaluzas se trasladan a Cataluña, donde vivirán alojadas en las casas de las mujeres de Sant Vicenç dels Horts. Se siembran los elementos de la convivencia doméstica y la vida cotidiana en común entre andaluzas y catalanas; por otro lado, puesto que los dos grupos tienen posturas políticas claramente enfrentadas, no tardarán en surgir los conflictos en relación con este tema.

El capítulo 2 continúa en Cataluña, donde las protagonistas visitan el Parlament de Catalunya y tienen un encuentro con algunos de los cargos políticos de aquel momento: Roger Torrent (ERC), el presidente del Parlament; Inés Arrimadas (Ciutadans), la jefa de la oposición; y Miquel Iceta (PSC). Las catorce mujeres también acuden al Born Centre de Cultura y al Fossar de les Moreres. En lo que respecta a su día a día como convivientes, celebran comidas familiares, recogen juntas a los nietos del colegio y se pasean por el mercadillo, entre otras actividades.

Las protagonistas de la serie se trasladan a Andalucía en el capítulo 3 y, en esta ocasión, son las mujeres vicentinas las que se alojan en los diferentes hogares de las sevillanas. Las independentistas catalanas mantienen un debate tenso sobre el independentismo catalán con José Rodríguez de la Borbolla (PSOE), expresidente de la Junta de Andalucía. También se organiza una visita a una explotación agraria y, tras el encuentro con los jornaleros, el grupo visitante se replantea muchos tópicos en torno al campo andaluz. Los lazos de convivencia entre las ahora huéspedes y el nuevo grupo receptor se van afianzando y comienzan a abordar temas comunes de carácter más personal, como la preocupación por los hijos y los nietos.

Continúa en Andalucía el capítulo 4, donde las protagonistas acuden a la Hermandad de Triana para profundizar en las dimensiones sociales y culturales de la Semana Santa de Sevilla. Por otro lado, se incluyen en la agenda un encuentro en el Casal de Catalunya de Sevilla y una degustación de calçots con denominación de origen de Valls (Tarragona) cultivados en Córdoba. El momento más destacado de la relación personal entre las mujeres, ya consolidada a estas alturas, es cuando comparten sus vivencias en materia de desigualdad de género, que son en muchos casos similares. Como despedida, se organiza una cena en la que andaluzas y catalanas hacen balance de todo lo que han compartido y aprendido a lo largo del recorrido que han realizado juntas.

 

4. Catorce formas de dialogar y entenderse

 

Una vez concluida la grabación de la serie, las catorce mujeres reconocieron haber vivido una experiencia imborrable que las había transformado y liberado de muchos prejuicios. Prueba de ello son los testimonios que han quedado recogidos en sus respectivos perfiles en la página oficial de Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur, ubicada en el portal de La Sexta:2

—Eugenia Parejo:

«[…] Siete mujeres andaluzas, siete mujeres catalanas, abuelas todas. Hemos convivido en la casa de ellas y ellas en las nuestras. Nos hemos conocido, hemos discutido, hemos compartido ideas, sueños, disparates… Hemos conseguido, bueno, entendernos. El resultado ha sido espectacular […].»3

—Sagrario Oliver:

«Ha sido una experiencia fantástica, ha sido muy esclarecedor. Me ha servido mucho para desmontar prejuicios que tenía respecto al problema catalán. Verlo de cerca, entender a su gente ha sido muy interesante.»4

—Montse Rusinés:

«[Al público] Espero que el programa que hemos hecho sea de vuestro agrado, que podamos compartir algunos puntos de vista diferentes y ojalá podamos aclarar alguna de las cosas. Aparte de esto, la experiencia ha sido increíble.»5

—Carmina Díaz:

«Soy catalana, pero nacida en Jaén. Lo bueno de todo esto para mí ha sido poder compartir mi tiempo con personas de diferentes maneras de pensar, de diferentes ideologías, de costumbres diferentes, pero, sin embargo, tan iguales. Hemos podido conversar, hemos podido cambiar impresiones y, sobre todo, para mí ha sido muy importante el respeto mutuo que ha habido entre todas. […] También me hizo mucha ilusión una vez que fuimos a grabar y estuve visitando el Parlament de Catalunya. Conocí a algunos políticos catalanes y, bueno, tuve la satisfacción de poder expresar cuáles son mis pensamientos. Fue una mañana muy agradable… Para mí, poder participar ha sido una experiencia muy bonita. Espero que sirva para que algunas personas comprendan que no somos tan diferentes los que vivimos en el norte y los del sur. Para mí somos todos iguales.»6

—Cèlia Dorado:

«El programa ha sido maravilloso y me ha aportado muchísimas, muchísimas cosas, y he abierto los ojos en temas sobre Andalucía que no los tenía identificados, como creo que también las compañeras andaluzas han sacado de Cataluña.»7

—Chari Martín:

«Soy catalana, andaluza de nacimiento. Nací en La Luisiana, provincia de Sevilla. Creo que el conflicto catalán pasa necesariamente por el diálogo y el respeto al que piensa diferente y siente diferente. Por eso, creí muy conveniente participar en el programa de Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur. Ha sido una experiencia única, porque va de eso, de convivir. Hemos convivido catorce mujeres: tú vienes a mi casa, yo voy a la tuya. Ha sido genial, fácil, sobre todo con mi compañera Isabel, que me ha enseñado mis raíces. De su mano, he descubierto Sevilla y creo que ése es el quid de la cuestión: convivir, dialogar, preguntarnos nuestras dudas… Y ha sido enriquecedor.»8

—Loli Marín:

«Yo al principio estaba un poco reacia [a participar en el programa], porque la verdad es que no sabía lo que me iba a encontrar, pero ahora estoy encantada de haber conocido a gente maravillosa y pienso que no tienen nada que ver las ideas políticas con la persona.»9

—Magdalena Sánchez:

«Antes de ir a Cataluña tenía una idea más optimista de la situación. Al llegar allí, he podido constatar que hay un colectivo importante de personas que no quieren saber nada de España y rechazan este país. Valoro positivamente la experiencia por la relación con mi compañera Remei, por la relación que se ha creado en todo el grupo femenino y, sobre todo, valoro la importancia del diálogo, porque el diálogo lleva al entendimiento y hablando se entiende la gente. Es diálogo lo que ha faltado en este conflicto catalán.»10

—María Antonia Ramos:

«Nunca pensé que casi a mis setenta años viviría una experiencia como ésta, donde conocería a personas con una ideología tan contraria a la mía, pero de una calidad humana que sobrepasa cualquier bandera.»11

—Mercè Andreu:

«Creo que este programa, Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur ha sido para todas nosotras una lección de vida y de convivencia. Personas, mujeres muy distintas hemos sido capaces de hacer lo que nuestros dirigentes políticos no son capaces de hacer: sentarse, dialogar y encontrar puntos de entendimiento mutuo. Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur también me ha dado la oportunidad de conocer a Eugenia. Eugenia es una persona con duende, con duende de verdad, que, acompañada por todas sus compañeras andaluzas, ha hecho que podamos estar todas juntas, que podamos hablar, que podamos disfrutar de la vida y crear lazos de amistad entre nosotras.»12

—Rosa Camps:

«[Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur] es un programa que me ha permitido conocer a gente de Sevilla y romper todos los tópicos que teníamos contra los sevillanos y los catalanes. Ha sido una experiencia fabulosa, hemos convivido con siete mujeres sevillanas estupendas, con las cuales a lo mejor no coincidimos políticamente, pero nos respetamos mucho. He tenido una experiencia personal fabulosa con mi compañera Teresa: hemos congeniado en muchos aspectos de nuestra vida, para mí ahora es una hermana.»13

—Isabel Rodríguez:

«La opinión que tengo es que he convivido con unas personas maravillosas, que nos hemos enterado de muchísimas cosas dentro del problema, que teníamos hecho un cacao que no nos aclarábamos ninguna y la verdad es que la experiencia ha sido muy buena. […] Ya te digo, unas amigas estupendas que he dejado allí y, sobre todo, he conocido a una persona que, para mí, no es amiga, es familia ya: Chari.»14

—Teresa Rodríguez:

«Gracias a este programa, he podido conocer la realidad de Cataluña y me ha permitido conocer a personas con las cuales hemos podido conectar y cambiar opiniones. Por supuesto, ha sido muy gratificante haber conocido a siete catalanas maravillosas y, con mi compañera Rosa, hemos coincidido en muchas cosas de nuestras vidas.»15

—Remei Plaza:

«[…] Decidí participar en Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur […] porque me pareció muy interesante que siete mujeres andaluzas vinieran aquí a Cataluña para ver la realidad de nuestro país, una realidad que creo que se está distorsionando: ésta era la idea principal. Ellas vinieron aquí, les enseñamos todo lo que era Cataluña. Aparte de esta relación así, más sociológica, bueno, ha sido fantástico porque hemos creado una relación humana increíble, brutal, con las catorce mujeres, especialmente también con la persona con la cual yo he vivido aquí, Magdalena, que se han creado vínculos, bueno, muy especiales. Ahí está el programa; yo creo que es muy interesante tanto aquí en Cataluña… Yo también viví experiencias muy importantes en Andalucía […].»16

 

1 La lista de las protagonistas de la serie se ha elaborado tomando como criterio el orden alfabético de sus apellidos.

8.

Imagen 1. Las catorce protagonistas de Bienvenidas al norte, bienvenidas al sur representadas en una obra mural realizada para el «docurreality» en Sant Vicenç dels Horts (Barcelona). Fuente: Atresmedia/ Paco Amate.