Obsolescencia informativa programada. Incidencias de lo local a lo global (2025)

 

 

Título del Capítulo: «Introducción.Vive rápido, muere joven y deja un bonito relato. El mundo contado por los medios de comunicación»

Autoría: Montserrat Jurado-Martín; Carmen María López-Rico

Cómo citar este Capítulo: Jurado-Martín, M.; López-Rico, C.M. (2025): «Introducción. Vive rápido, muere joven y deja un bonito relato. El mundo contado por los medios de comunicación». En Jurado-Martín, M.; López-Rico, C.M. (eds.y dirs.), Obsolescencia informativa programada. Incidencias de lo local a lo global. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones. .
ISBN: 978-84-10176-06-5

d.o.i.: https://doi.org/10.52495/intro.emcs.34.p113

 

 

 

Introducción. Vive rápido, muere joven y deja un bonito relato. El mundo contado por los medios de comunicación

 

Montserrat Jurado-Martín

Carmen María López-Rico

 

 

Un mundo en el que todo pasa deprisa es un mundo abocado a olvidar su historia. En la historia va implícita su identidad, su esencial vital, su sentido de ser. Respiramos para vivir, nos comunicamos para tener conciencia de nuestra existencia. Si no nos comunicamos somos seres inertes, tan fríos o inútiles como una piedra, o tan bellos y fugaces como la corriente de un río. Pero, ¿qué dejamos de nuestra existencia?

Pensemos ahora en el contexto de la comunicación desde el enfoque del periodismo, de la comunicación audiovisual, de la comunicación social. Llevemos esa comunicación a la sociedad actual y a la necesidad de tener conciencia de nuestra existencia. Pensemos en qué comunicamos y cómo lo hacemos. Si no hay reflexión en lo que contamos nuestra comunicación será estéril y seremos generaciones abocadas al olvido, sin más aportación a la historia de la humanidad que estar en el medio de una cosa y de otra que nadie recuerda. Somos una generación que podría describirse que comunica poco, rápido y de forma incompleta. Lo que refleja una sociedad superficial y anodina. Si a esto sumamos los últimos aconteceres del contexto informativo —político, ideológico, social…— que, en el peor de los contextos, parece ser el preámbulo de una tormenta cruel que arrasará todo lo que conocemos y, en el mejor de los casos, conservaremos nuestra vida a costa del silencio, ¿qué tipo de sociedad estamos describiendo?

Desde el ámbito de la comunicación no hay un tiempo razonable para elaborar los mensajes, tampoco para que la sociedad los conozca. ¿Qué historia estamos escribiendo? Sobre esta idea rescatamos la conferencia ofrecida por Carlos Lozano Ascencio en las Jornadas Internacionales de Periodismo. El poder de la audiencia y el interés de la empresa mediática y la presentamos como Prólogo. Las jornadas giraban en torno a la temática de la obsolescencia informativa programada y Lozano anima, en «El enfoque difuminado: Informar para desaparecer», a reflexionar sobre la profesión, a ponerla en valor, «el profesional de la información lo tiene muy difícil, pero ahora más que nunca se hace mucho más necesario su buen hacer informativo y su participación decidida en este escenario donde abundan los farsantes y los embusteros».

Partimos desde este punto para reflexionar sobre lo efímero de los contenidos que difunden los medios de comunicación, concretando en las agendas, las temáticas y las rutinas profesionales contextualizadas todas bajo el paraguas del concepto de la Obsolescencia Informativa Programada. Este concepto aparecía por primera vez en un capítulo en solitario publicado en el libro La mirada mediática. Una revisión de la actualidad desde las Teorías de la Comunicación, que llevaba por título: «Obsolescencia informativa programada… y la agenda temática de los medios». Dos años después son varios los colegas que se suman al análisis, crítica y reflexión en torno a este tema. En definitiva, todos critican la ausencia de tiempo en el quehacer periodístico para elaborar contenidos y temas dignos.

Un cirujano requiere de una media de 5 horas para llevar a cabo un trasplante de corazón, ¿qué pasaría si sólo pudiera disponer de una hora? ¿Nos fiaríamos del resultado? Si un restaurante elabora comida en 10 minutos lo llamamos comida rápida, es más económica y menos saludable, pero somos conscientes de que la calidad del producto puede ser mediocre. Asumimos que un albergue no ofrece las mismas prestaciones que un hotel de cuatro estrellas. Sin embargo, la sociedad en general no es consciente o no es conocedora de que la mayoría de los productos que consumen procedentes de medios de comunicación se hacen en condiciones que distan de poder describirse de calidad o, de serlo, apenas podremos tener acceso a su contenido durante un tiempo limitado antes de que nos abrumen con muchos otros temas que dispersarán nuestro foco de interés.

En torno a estos asuntos invitamos a una serie de científicos y profesionales para reflexionar acerca de la obsolescencia informativa programada. Entendemos como Obsolescencia Informativa Programada (Jurado, 2023) las pautas de producción periodística, generalmente no escritas, que obedecen los profesionales de la comunicación por las que un tema deja de tener interés noticioso y caduca. Unos temas sustituyen a otros cuando todavía no han agotado todo su contenido, primando así criterios propios de las rutinas periodísticas que la gente asocia al profesional y no a la empresa.

En este punto invitamos a investigadores y profesionales a dar su opinión experta. Nos interesa el análisis en escenarios reales y desde el enfoque analítico. De este modo, el lector encontrará en esta publicación dos bloques. Por un lado, el titulado ‘Obsolescencia narrada en tercera persona: de lo global’. Recoge estudios de investigadores que se han centrado en la observación y análisis de la obsolescencia en determinados temas, con estilo de ensayo para permitir una reflexión más libre y creativa. Por otro lado, ‘Obsolescencia narrada en primera persona: de lo local a lo global’. Aquí los periodistas en activo del entorno local, en concreto de la provincial de Alicante, describen cómo viven su oficio bajo el prisma de la obsolescencia. En el primer bloque los autores debían escribir en torno a un tema que valoran como especialmente castigado por la aplicación de la obsolescencia en las rutinas de trabajo. En el segundo bloque —y conscientes del esfuerzo personal que implica colaborar en un libro de estas características— empleamos la modalidad de entrevista. Posteriormente se editaron para darles una estructura de capítulo de ensayo.

El resultado es un total de 12 colaboraciones: siete de investigadores y cinco de periodistas locales. Sin entrar en profundizar en los contenidos, sí deseamos apuntar algunos fragmentos por cada uno de ellos que nos han parecido reveladores de cada capítulo. El primer capítulo ahonda en la reflexión ética de la obsolescencia informativa, está escrito por Marta Pérez Escolar y lleva por título «El olvido programado: el desafío ético de los periodistas en la era de la manipulación líquida y la obsolescencia informativa». Pérez Escolar explica que: «Una noticia superficial —sobre qué pasó, cuándo, dónde y a quién— apenas suscita atención y se olvida pronto. Las noticias incompletas o descontextualizadas adolecen de ética periodística porque pueden expandir la toxicidad de la desinformación, los discursos de odio y la polarización social. En cambio, las investigaciones periodísticas rigurosas —que ahondan en el porqué— no pasan desapercibas porque nos ofrecen orientación en el mundo actual».

El segundo capítulo aborda una aproximación a las temáticas más afectadas por la obsolescencia y también vinculado a la ética de la profesión. El texto de Montserrat Jurado Martín, se titula «Temáticas emergentes subordinadas a la Obsolescencia Informativa Programada». Como se indica en el texto: «En este capítulo invitamos a reflexionar sobre los sectores y las temáticas emergentes propuestas por Manuel López (2004). Según el autor, los nuevos sectores protagonistas son los jóvenes, las mujeres, las minorías sociales y las minorías étnicas. Y los temas tradicionales se han quedado en un segundo plano frente a los relacionados con la calidad de vida, los adelantos médicos, la educación sanitaria, la mejora de hábitos alimentarios».

La autora aboga por la necesidad «de volver a la deontología profesional, de rescatar su base ética y moral y su responsabilidad social. Kapuscinski (2005: 59-60) explicaba que en un contexto en el que las personas sólo acceden al conocimiento del mundo que les rodea a través de los medios de comunicación (…). los medios determinan la lista de temas sobre los que pensarán, su enfoque, ideología (…)».

El tercer capítulo está escrito por José Manuel Moreno Domínguez y David Montero Sánchez. En «Medios, obsolescencia selectiva y migración. Cinco millonarios frente a 700 migrantes», «se lleva a cabo un análisis de la cobertura de dos situaciones trágicas (…) de junio de 2023, cuando el pesquero Adriana naufragó en aguas del Mar Jónico con más de 700 migrantes a bordo, justo unos días antes de que cinco millonarios a bordo del minisubmarino Titán se perdieran en el fondo del océano tratando de visitar los restos del Titanic. El tratamiento mediático desigual de ambos casos evidencia, además de criterios de visibilidad e invisibilidad informativa ligados a la clase social, la raza o la nacionalidad, las rutinas periodísticas que determinan el interés mediático (…)».

El cuarto capítulo titulado «Las efemérides: un recurso periodístico para la construcción de la actualidad» de Carlos Lozano Ascencio, nos recuerda que este género que nos pasa desapercibido «ayuda a crear un sentido de continuidad y perspectiva histórica, invitando a la audiencia a reflexionar sobre el impacto de estos eventos en la actualidad (…). Esto es vital para entender nuestro presente y construir un futuro informado con los datos del pasado».

José Alberto García Avilés rescata en «El teletexto en España: la innovación de un servicio técnicamente obsoleto» el «desarrollo del teletexto, su funcionamiento y las razones de su éxito y perdurabilidad en el tiempo, a pesar de tratarse de una tecnología con obsolescencia programada. El teletexto es un canal de información mediante caracteres de texto y cifras que se emite junto con la señal televisiva, con objeto de dar un valioso servicio a la audiencia y a las personas con discapacidad auditiva».

En «La caducidad de la información sobre medio ambiente. Noticias efímeras para el Mar Menor», escrito por Javier García-López y María Dolores Cáceres-Zapatero nos adentramos en la obsolescencia informativa de medio ambiente. Los autores explican que «el análisis desarrollado evidencia que, a pesar de los períodos de intensa cobertura, existen intervalos significativos en los que la atención mediática disminuye drásticamente, sobre todo a nivel nacional. Esta intermitencia puede dar lugar a una percepción discontinua de la crisis, afectando a la conciencia pública sobre su gravedad y sobre los efectos duraderos de un problema que es de todos».

En el capítulo 7, «Caducidad de la violencia de género y la Teoría del Framing», María Isabel Escribano Gonzálvez analiza la obsolescencia y el enfoque en el «caso Neira». Como afirma la autora «al principio las informaciones que tienen que ver con la violencia de género se enmarcaban dentro de encuadres de tipo episódico (…). Con el paso de los años se ha visto cómo estas noticias han tenido cabida en otras secciones ampliando su espacio, a la misma vez que se ha pasado de tratar el problema como privado a social debido al enfoque. Y, en consecuencia, se ha podido observar una continuidad en las noticias».

En el segundo bloque, «Obsolescencia narrada en primera persona: de lo local a lo global», damos voz a los periodistas en activo. Son ellos los que, desde su opinión basada en la experiencia y en lo que respiran en sus rutinas de trabajo, describen cómo se gestiona esta caducidad. Los textos se han editado a partir de entrevistas, de ahí que el contenido tenga cierta coherencia entre los textos, lo que permite una comparativa muy valiosa, sobre todo por lo que tiene que ver con sus coincidencias desde el enfoque de diferentes medios de comunicación locales.

Los textos llevan el título de una de las frases que se han considerado más significativas. En el caso de Isabel González Mesa, el capítulo lleva por título «El sesgo ideológico o empresarial es fundamental para que se produzca la obsolescencia informativa programada». Sin desvelar el texto, pero sí para invitar a su lectura, destacamos el fragmento en el que dice que «la obsolescencia informativa programada es un neologismo para indicar que la información tiene fecha de caducidad (…) y que éstas serían las primeras capas de una cebolla informativa que esconde otros factores ligados al ritmo vertiginoso con el que aparecen los temas de interés informativo y las rutinas de trabajo de una profesión».

El capítulo 9 lleva por título «Es más probable encontrar a los jóvenes siguiendo a un influencer, que siguiendo a periodistas que cuentan la actualidad», y refleja la cruda realidad de la profesión, pero al mismo tiempo ofrece las propuestas para afrontarlo. Antonio Sánchez afirma que «ante esta disyuntiva, los medios convencionales están desarrollando nuevas narrativas digitales con el fin de llegar a la población que ha ido abandonando el consumo tradicional de los medios de comunicación».

Juan Carlos Romero Centurión, en el capítulo 10, titulado «Hemos acostumbrado mal a la gente: a ir deprisa, a no alimentarse bien… a que todo sea inmediato», pone de relieve el valor de la profesión, «una profesión como la nuestra puede ayudar a poner un poco de cordura a todo esto, aunque no guste a algunos y nos consideren un peligro para unos intereses que, por regla general, no son los de la gente de a pie».

En el capítulo 11, «Hasta la obsolescencia tecnológica tiene más vida que la informativa», Estefanía Parra Fuentes, explica que mientras «el consumidor sabe que debe esperar un año entero hasta que una marca lance al mercado el nuevo modelo, esto es impensable en el sector de la comunicación. No sólo hablamos de que una noticia tiene una de caducidad de un día, sino que además puede caducar incluso en esa misma jornada, pues en el momento en que salta una nueva información la anterior se ha quedado obsoleta».

Finalmente, Francisco Javier Muñoz Climent cierra el bloque de los profesionales con el texto titulado «Hay que ver lo local desde lo global y lo global desde lo local». En relación acon la obsolescencia dice que «esta rutina de trabajo va en detrimento de los medios y de los propios profesionales, por lo que desde lo local se debe profundizar en todo lo bueno que conlleva el periodismo». Además, valora el periodismo local porque «prima la cercanía con la persona que escucha, lee, ve… porque (…) la ciudadanía sale a la calle y se encuentra con el periodista o la periodista que le está contando las noticias».

Como cierre añadimos un Epílogo del que no desgranamos nada para que el lector disfrute de la sorpresa.

En esta publicación hemos logrado la implicación ética y moral de los autores en torno al periodismo actual, un análisis comparativo de este con la empresa periodística, fijando la mirada en las acciones relacionadas con la práctica de la obsolescencia informativa programada. La publicación está orientada como herramienta de transferencia social donde expertos del periodismo, académicos y profesionales en activo, reflexionan sobre la Obsolescencia Informativa Programada en el contexto actual del periodismo, dando así madurez a la propuesta de este concepto.

No podemos cerrar esta Introducción sin agradecer a todos los que la han hecho posible. A todos los autores que han colaborado en este libro y a los que amablemente rechazaron la invitación por diversos motivos, a nuestras familias, a los compañeros de profesión, tanto los académicos como los profesionales en activo. A José Luis González Esteban. A Gala, a Guadalupe y a Rodrigo especialmente, porque les hemos quitado tiempo de juegos. A todos los que ahora no recordamos, pero una vez entre el libro en la imprenta nos vendrán a la cabeza. También queremos pedir disculpas por los errores, erratas, y otras imperfecciones que no vimos y de las que somos responsables. Y, sobre todo, agradecemos al lector que ha encontrado este libro y ha invertido en él su dinero, su tiempo y sus pensamientos.

En un entorno mediático que parece estar regido por el «vive rápido, muere joven y deja un bonito relato», queremos gritarle al mundo que muchos de nosotros deseamos hacer las cosas bien, con tiempo, de la misma forma que el cirujano dedica el tiempo que necesita para llevar a cabo un trasplante de corazón porque en sus manos tiene la vida de un ser humano, nosotros necesitamos el nuestro para elaborar productos periodísticos de calidad, que perduren y que dejen una huella en la historia.

 

 

Montserrat Jurado Martín

Carmen María López Rico

Elche, enero de 2025

Bibliografía

Jurado-Martín, M. (2023). «Obsolescencia informativa programada… y la agenda temática de los medios». En Jurado-Martín, M.; Cáceres Zapatero, M.D. (2023). La mirada mediática. Una revisión de la actualidad desde las Teorías de la Comunicación. Fragua, Madrid.