Título del Capítulo: «Hasta la obsolescencia tecnológica tiene más vida que la informativa»
Autoría: Estefanía Parra-Fuentes
Cómo citar este Capítulo: Parra-Fuentes, E. (2025): «Hasta la obsolescencia tecnológica tiene más vida que la informativa». En Jurado-Martín, M.; López-Rico, C.M. (eds.y dirs.), Obsolescencia informativa programada. Incidencias de lo local a lo global. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones. .
ISBN: 978-84-10176-06-5
d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c11.emcs.34.p113
Estefanía Parra-Fuentes
Actualmente vivimos en una sociedad donde la comunicación es instantánea, inmediata y que además nos tiene atrapados a todos. El móvil, las redes sociales, los canales de información a través de aplicaciones, medios de comunicación, ya sean tradicionales, pero sobre todo digitales, hacen que recibamos de manera constante información, ya sea personal, de familiares, amigos, como de trabajo o noticias de nuestro entorno. Nos hemos convertido en seres que demandamos una alta información nueva cada muy poco tiempo. Somos incapaces de esperar hasta la hora de un informativo para saber qué está pasando en el mundo, en nuestro país o en nuestra ciudad, igual que somos incapaces de esperar hasta la noche para hablar con nuestros familiares o nuestro entorno para conocer su situación.
Por este motivo toda la información tiene una duración muy limitada, caduca al segundo de haberla leído y vuelve a empezar el círculo. Esta situación es muy característica del mundo periodístico, donde las noticias caducan con mucha facilidad. La sociedad nos empuja constantemente a buscar nuevas noticias, nuevos titulares cada día y son pocos los temas que se mantienen vigentes de manera más prolongada.
En otros sectores, como, por ejemplo, el tecnológico, los espacios de tiempo son más amplios. A pesar de que nos parece que siempre estamos ante la presentación de un nuevo modelo de teléfono, de televisión, tablet, videoconsolas... En estos casos hablamos de años o meses para la presentación de un nuevo modelo. El consumidor sabe que debe esperar un año entero hasta que una marca lance al mercado el nuevo modelo. Algo que es impensable en el sector de la comunicación pues la obsolescencia informativa es mayor. No sólo hablamos de que una noticia tiene una de caducidad de un día, sino que además puede caducar incluso en esa misma jornada, pues en el momento en que salta una nueva información la anterior se ha quedado obsoleta.
Obsolescencia local y obsolescencia nacional
Dentro del medio periodístico debemos hacer una diferencia entre los distintos entornos al hablar de obsolescencia informativa. El volumen de información nueva es mucho más grande en un medio nacional e internacional que en uno local. De esta manera, desde mi experiencia en un medio informativo de televisión nacional las noticias caducan con mucha rapidez, incluso hay situaciones en las que han caducado antes de emitirse y se descartan, o como decimos en nuestro argot, «se caen» de la escaleta.
Eso no ocurre en un medio de televisión local donde la actualidad tiene un lapso de tiempo más extenso que el nuestro en nacional. Por poner un ejemplo, una televisión local puede realizar la cobertura informativa del acto del 12 de octubre un sábado y emitirlo posteriormente la siguiente semana durante uno o varios días, ya que en ocasiones se repiten noticias para hacer un informativo semanal. La audiencia a la que va dirigida asume que esa televisión local le está dando información de los últimos actos o noticias que han ocurrido en su ciudad en los últimos días, y no necesariamente de algo que ha ocurrido hoy.
En un medio nacional es algo impensable, que no tiene cabida. Si un equipo se desplaza a esa misma localidad para realizar esa misma cobertura informativa se debe emitir en el informativo de esa jornada, bien sea la edición de medio día o la edición de la noche, de lo contrario esa noticia ya ha caducado, ya es obsoleta y no se emitirá nunca. Es más, en muchas ocasiones hay noticias que son actualidad al medio día pero que por su carácter ya no son noticiables en la edición de la noche. La televisión es un medio que tiene el tiempo muy limitado, de ahí la famosa frase de «un minuto en televisión vale oro».
En lo que respecta a un medio informativo nacional de televisión también existen diferencias en cuanto la obsolescencia en unas secciones y otras. La información judicial suele tener más recorrido ya que abarca desde que ocurre el suceso, se juzga y se produce una sentencia. Hay casos más mediáticos que otros, bien por el caso en particular o bien por los protagonistas o afectados, en el caso por ejemplo de políticos. También es el caso de las noticias sobre conflictos bélicos, política, etc. Estas noticias suelen estar durante varios días en las pantallas. Mientras que en otras secciones como la de sociedad las noticias tienen caducidad de un día, por ejemplo, una información sobre el día mundial de X.
Por supuesto la obsolescencia informativa no es la misma en unos medios que en otros, ya que ciertos medios, por sus propias características, tienen un menor margen de tiempo, es el caso de los medios digitales y redes sociales donde las publicaciones deben ser muy frecuentes, ya que se consultan de manera muy asidua. La radio y televisión en comparación con los digitales, tienen el margen delimitado sus propios espacios. Se deben ajustar a la parrilla de programación, mientras en la radio se pueden ir repitiendo los boletines informativos cada hora en televisión se enmarcan en las tres ediciones centrales del día: matinal, medio día y noche.
En el medio nacional trabajamos al día, el tiempo para hacer una cobertura suele ser media jornada, dispones de esa mañana para informarte, recopilar datos, hechos y testimonios. Comienzas tu jornada por la mañana y en la reunión de escaleta ya se lanzan los temas que se quieren cubrir para el informativo. Cada delegación tiene que cubrir los temas que la central ha pedido y que bien son de actualidad en nuestra zona (un suceso, un juicio, tiempo) o bien sirven de apoyo a un tema nacional (una entrevista con un abogado que hable del tema X, un psicólogo por el día mundial de X…).
Una vez tienes asignada la cobertura, te desplazas al lugar, se realiza la grabación de imágenes y la búsqueda de testimonios, ya sea de calle o protagonistas de la propia noticia, se edita y se envía a Madrid. La redacción de Madrid realiza la pieza informativa de un minuto que se emitirá en el informativo de la edición de las 15 horas. En algunas ocasiones, esa información se vuelve a dar en la edición de las 21 horas.
Mientras tanto, el equipo periodístico de calle que ha cubierto esa noticia, por ejemplo, una concentración de protesta, puede desplazarse a otro punto informativo si surge otro tema de actualidad en su zona, como por ejemplo un accidente grave de tráfico, un incendio, etc. Con lo cual, el periodista ya ha eliminado de su cabeza la información anterior y comienza de nuevo a elaborar la nueva información.
De algunos temas se decide cuáles tienen relevancia para llevar un directo desde la zona, por ejemplo, el inicio de un juicio sobre la residencia de ancianos de Alcoy donde fallecieron 74 personas durante el covid. Esa información por el peso de la noticia se alarga hasta la edición de la noche, donde se realizará una nueva conexión en directo y se mantendrá en agenda hasta el siguiente día de relevancia informativa para volver a sacarlo en el informativo (que será cuando salga una sentencia).
Conclusión
Desde un punto de vista genérico, los medios informativos pertenecen a empresas privadas, por lo que detrás siempre hay unos intereses. La clave es que, al margen de ello, las cadenas mantengan los servicios informativos de la manera más independiente posible algo que considero que es más fácil de llevar a cabo a nivel nacional y desde el ámbito de la empresa privada y más difícil en el ámbito público, autonómico y local.
Creo que la sociedad está acostumbrada al hecho de recibir un bombardeo constante de informaciones, noticias, nuevos titulares y últimas horas.
Desde mi punto de vista, esta obsolescencia informativa perjudica a la sociedad y al receptor final ya que hay una avalancha demasiado grande de información y noticias, muchos frentes abiertos en los que en realidad no se profundizan ni se explican con la debida calma y también desaparecen de la actualidad de manera muy rápida.
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Me llamo Estefanía Parra Fuentes (1983), desde hace 11 años trabajo en la delegación de Alicante de Informativos Telecinco y cubrimos la información de Alicante, Murcia y Albacete para Telecinco, Cuatro y la Agencia Atlas. Anteriormente he trabajado para la televisión autonómica Canal 9, y en medios locales como Información TV, Radio SolFm Santa Pola y Onda Cero.