Título del Capítulo: «El precio de la creatividad. Gentrificación, desplazamiento y transformación social en los distritos creativos»
Autoría: Luis Navarro-Ardoy; Lucía Cordón-Díaz
Cómo citar este Capítulo: Navarro-Ardoy, L.; Cordón-Díaz, L. (2025): «El precio de la creatividad. Gentrificación, desplazamiento y transformación social en los distritos creativos». En Castro-Higueras, A.; Pérez-Rufí, J.P. (eds.), Donde habita la cultura. Distritos creativos, modelos y tensiones en la ciudad contemporánea. Salamanca: Comunicación Social Ediciones y Publicaciones.
ISBN: 978-84-10176-15-7
d.o.i.: https://doi.org/10.52495/c4.emcs.42.c48
Capítulo 4. El precio de la creatividad. Gentrificación, desplazamientoy transformación social en los distritos creativos
Luis Navarro-Ardoy
Universidad Pablo de Olavide
Lucía Cordón-Díaz
Universidad Pablo de Olavide
1. Introducción
Desde una perspectiva sociológica, los distritos creativos, barrios o zonas muy localizadas creativas, son objeto de estudio para comprender cómo influyen en la dinámica social y económica de una ciudad. Al analizarlos, exige considerar que cada contexto urbano tiene particularidades: procesos de gentrificación diferentes, administraciones públicas como responsables de las políticas públicas, aspectos normativos, composición social del barrio, usos sociales, grado de asociacionismo, y mayor o menor presencia de clase creativa o, en particular, su sector bohemio, al que se suele considerar agente pionero en el desarrollo de estos procesos (Quijano, 2020). Conformados por profesionales de las industrias creativas, estos profesionales y la creación de valor que llevan asociados son muy cotizados por los entornos urbanos que tratan de atraerlos en una sociedad del conocimiento en la que los puestos de trabajo siguen al talento (Florida, 2002). Según Antonio Sáez y Diego Barrado (2012), la regeneración económica y urbana basada en las industrias creativas ha sido una de las respuestas a los graves problemas del ajuste productivo, y las premisas de la teoría de la clase creativa es el modelo a seguir para promover la competitividad de las ciudades.
Ya en la década de los 60 del siglo pasado, Jane Jacobs apuntaba la importancia de los grupos sociales en el proceso de autoorganización urbana. En su influyente libro The Death and Life of Great American Cities (1961), defendía un urbanismo basado en la diversidad de usos y la interacción social, que permitiera el desarrollo espontáneo de barrios dinámicos. Claude S. Fischer, en su artículo de 1975 titulado «Toward a Subcultural Theory of Urbanism», propuso que las ciudades no solo son lugares de anonimato e impersonalidad, sino que fomentan la formación de subculturas debido a la densidad y heterogeneidad de la población. De esta forma, las personas con intereses similares tienen más oportunidades de encontrarse y formar grupos, lo que lleva al desarrollo de subculturas diversas. Richard Florida (2002) retoma y reformula estas ideas en su teoría de las 3T, donde el talento, la tecnología y la tolerancia son los factores que, combinados, promueven la economía creativa. Según él, las ciudades que atraen a la «clase creativa» (artistas, emprendedores, programadores, etc.) tienden a prosperar económicamente. Posteriormente, en su libro de 2017, titulado The New Urban Crisis, expone algunos problemas que no había considerado y reconoce que el crecimiento impulsado por la economía creativa ha generado desigualdad, gentrificación y crisis de vivienda en muchas ciudades.
En el contexto de los distritos creativos hay un factor importante a tener en cuenta para su buen funcionamiento: la relación con el territorio donde se ubiquen y que tengan relación con el entorno. Los distritos creativos suelen concentrarse en zonas específicas de las ciudades, como son distritos o clusters creativos. Los clusters están formados por instituciones y empresas que colaboran en una misma área o parecida y que crean un ambiente de confianza y aprendizaje. De esta manera, en los clústeres se trabaja de manera conjunta para así facilitar la innovación y el emprendimiento.
El desarrollo de distritos creativos se ha convertido en una práctica habitual en la formulación de políticas a escala local, regional y nacional, a menudo utilizada para regenerar y dar una nueva imagen a las zonas urbanas (Rozentale; Lavanga, 2014). Esto ha provocado que el consumo cultural aparezca como una importante estrategia de desarrollo urbano. El problema en las ciudades es que se han primado grandes eventos e infraestructuras para atraer actividad económica y visitantes, en vez de una estrategia de planificación basada en el acercamiento y la difusión cultural entre sus habitantes. Este es un proceso evidente en el caso español con casos muy estudiados desde diferentes perspectivas: entre otros, la Expo y la ciudad de Sevilla, los juegos olímpicos de Barcelona, la capital Europea de la Cultura de Madrid y los procesos ligados al Museo Guggenheim en Bilbao.
Las localidades, sus élites políticas, han ido generando iniciativas que configuran una estrategia instrumental en la agenda pública sobre la cultura. De hecho, una ciudad o localidad no se caracteriza únicamente por su morfología, composición social o actividad inmobiliaria, sino por la existencia de distintas escenas culturales, conjunto de equipamiento y servicios que, situados en un mismo territorio, permiten expresar, mediante prácticas de consumo cultural, diferentes estilos de vida, atrayendo —o repeliendo— a distintos grupos sociales.
Precisamente, la gentrificación ocurre cuando grupos sociales desfavorecidos son desplazados por otros de estatus socioeconómico más alto. Grupos socio-profesionales altos, en vez de elegir su residencia en municipios de las áreas metropolitanas, prefieren rehabitar zonas centrales de la ciudad que anteriormente estaban, cuando menos, habitadas por grupos sociales más bajos. Por ello, hay autores que prefieren hablar de centrificación, para diferenciarla de trayectorias de cambio similares que tienen lugar en zonas que no son centrales en la ciudad.
Como señalan Clemente Navarro y colaboradores (2013), por definición, solo hay cierto espacio urbano potencialmente gentrificable, esto es, aquel cuyos habitantes se encuentran en una situación desfavorecida respecto al conjunto de la ciudad. Pueden existir zonas de la ciudad que no siendo desfavorecidas presentan un cambio destacable en el nivel socioeconómico de su población o el precio de la vivienda, los dos criterios que suelen usarse al respecto. Ahora bien, estas trayectorias no darían cuenta de procesos de gentrificación, sino de mejoras de esos espacios en los que residían habitantes de grupos socioeconómicos altos. En todo caso, estos procesos aumentarían el nivel de desigualdad socio-espacial en la ciudad, pero no la presencia de procesos de gentrificación.
La gentrificación nace cuando el remodelamiento de un barrio es engendrado por la apropiación capitalista de los espacios habitacionales y urbanos por medio de la mercantilización, no a través de los vecinos y asociaciones que son quienes residen allí y los cuales tienen que verse desplazados a zonas periféricas (Mesa, 2019).
La turistificación se produce cuando los barrios que se transforman y cambian alguna de sus dinámicas lo hacen para adaptarse al turismo. Por ejemplo, podría ser el incremento de construcción de hoteles o alojamientos turísticos. Una de las consecuencias de este suceso es la pérdida de su ambiente tradicional, ya que suele estar más orientado a los turistas y no tanto a la permanencia o esencia de lo histórico. Como señala Blanca Ruiz (2020), este proceso impacta de lleno en la orientación de los servicios, instalaciones y el tejido comercial, haciendo que se despoje material y simbólicamente las representaciones identitarias del barrio: en este caso es la masa turística la que despoja a los habitantes y no las altas clases locales.
La combinación de ambos fenómenos está modificando los barrios, ya que están interrelacionados. Por un lado, son fenómenos que atraen dinero ya que suelen venir personas con poder adquisitivo alto y mejoran algunas áreas. Por otro lado, salen perjudicadas las personas que viven en esas zonas, pues en ocasiones se ven obligados a desplazarse. De esta forma, los barrios afectados se transforman y evolucionan de una manera y con unos objetivos diferentes.
2. Influencias positivas y negativas en los distritos creativos
Como recogen las tablas 1 y 2, los distritos creativos están moldeados por diversas influencias. Estas pueden ser tanto positivas como negativas, y muchas de ellas están interconectadas. Por ejemplo, un buen acceso a recursos puede contrarrestar la falta de financiación, mientras que la burocracia y la falta de infraestructura adecuada para la creación artística pueden hacer que los artistas se desilusionen y decidan irse. La gentrificación puede ser devastadora para los espacios creativos, ya que a menudo impulsa el desplazamiento de comunidades locales y artistas debido al aumento de costos y la invasión de modelos comerciales que no respetan la identidad cultural del área.
El Raval de Barcelona es un claro ejemplo de cómo afectan estas influencias positivas y negativas en los espacios creativos. Este barrio ha sufrido una transformación cultural fuerte debido a la creación de más espacios culturales y creativos. Se han construido instituciones culturales relevantes como el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), generando nuevas oportunidades para artistas locales de la zona y artistas globales. También se han ampliado los espacios creativos, pues antiguos edificios han sido convertidos en talleres o galerías. Según el estudio de Marta Rizo García (2004), en El Raval se aprecia el surgimiento y desarrollo de las comunidades participativas, ya que diferentes colectivos artísticos han decidido unirse y trabajar juntos en diferentes proyectos que celebran la multiculturalidad de este espacio;de esta manera, se fomenta además el sentimiento de inclusión y pertenencia. Gracias al ambiente creativo que genera este barrio, se atraen a artistas, emprendedores y diseñadores de diferentes partes del mundo; de este modo, se convierte en un punto de referencia para la innovación cultural.
El Raval ha sido partícipe de reformas urbanísticas durante los últimos años. Se ha modernizado, pero se sigue viendo afectado por el crecimiento demográfico, la degradación física de muchas zonas y las condiciones socioeconómicas bajas de sus habitantes (Rizo, 2004). Al transformarse en un importante foco cultural, el precio de la vivienda se ha incrementado. En consecuencia, muchas familias trabajadoras y residentes históricos se han visto obligados a desplazarse de la zona. Según el mencionado estudio, otra consecuencia negativa es la fragmentación social, ya que siguen perpetuando las desigualdades entre los beneficios que reciben los artesanos y los empresarios creativos y las comunidades vulnerables del barrio.
Esta fragmentación social sucede cuando el progreso y desarrollo económico y cultural de la zona no se distribuye de manera equitativa entre los diferentes grupos sociales. En estos espacios creativos, y en general la mayoría de ellos, los artesanos y empresarios son los considerados «motores del crecimiento», ya que son los que llevan a cabo la actividad creativa y los que la ejecutan. Estas personas serían las que reciben los beneficios obtenidos, por ejemplo, en términos de visibilidad o de oportunidades de negocio. Por su parte, las comunidades más vulnerables, como podrían ser las familias trabajadoras o los residentes del barrio, no suelen recibir estos beneficios. Como consecuencia, un sector de la población progresa regular y gradualmente —prosperan de manera positiva— mientras que otro se encuentra con dificultades económicas y sociales. Esta desigualdad emergente refuerza la fragmentación social, lo que hace que se construya poco a poco un paisaje urbano donde convergen de forma segregada los diferentes grupos que les diferencia y caracteriza los diferentes niveles de bienestar.
Este caso en concreto muestra las dos perspectivas y consecuencias de la culturalización de estos espacios. Por un lado, revitaliza el lugar, le da visibilidad y audiencia. Por otro lado, la gentrificación o la desconexión cultural, entre otros, puede limitar los beneficios para estas comunidades locales.
Otros trabajos de investigación realizados por la Red Temática «Distritos Creativos: Una aproximación Multidisciplinar» revelan los problemas de la gentrificación, la turistificación y el aumento de los costos de vida como los problemas centrales para el futuro de los distritos creativos. El estudio, realizado durante el año 2024, analiza dos casos de estudio paradigmáticos de Andalucía, los distritos creativos del Soho de Málaga y el Cuadrante Noreste del Casco Histórico de Sevilla. La investigación se basa en el análisis de 23 entrevistas realizadas a informantes clave de esos distritos, entre creadores, gestores culturales, representantes vecinales y administraciones públicas (en el anexo se detalla el perfil de las personas entrevistadas).
Entre los creadores entrevistados existe una preocupación generalizada por la posible pérdida de espacios para artistas y artesanos debido a la presión inmobiliaria. En el Cuadrante Noreste del Casco Histórico de Sevilla prevalecen las críticas a la falta de apoyo institucional y la complejidad burocrática que dificultan el acceso a ayudas para artistas y artesanos. Entre las personas entrevistadas se hace referencia constantemente a la historia y la tradición comunitaria y activista del barrio, incluyendo la resistencia histórica y la identidad cultural arraigada en la comunidad local. En Soho de Málaga hay un menor énfasis en la crítica institucional directa, pero se valora la necesidad de mayor participación ciudadana para equilibrar los intereses económicos con el desarrollo urbano. Así lo reflejan los documentales Soho Málaga, ¿barrio de las artes? (Castro-Higueras et al., 2024a)y Sevilla, refugio creativo (Castro-Higueras et al., 2024b).
Soho Málaga se ubica en el ensanche de la ciudad, llevado a cabo en la segunda mitad del siglo XIX. El llamado Ensanche Heredia cubre la zona sur entre el centro histórico y el puerto, acotado en su parte oeste por el río Guadalmedina. Tras el deterioro del barrio experimentado en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, acciones urbanísticas del Ayuntamiento de Málaga y acciones promovidas por asociaciones de comerciantes revitalizan el distrito creando la marca Soho Málaga, cuyo Plan Director tenía como principal objetivo la transformación del Ensanche Heredia en un espacio cultural, comercial y de servicios. Existe un discurso institucional que pone en valor la transformación del barrio y el interés y participación vecinal en la puesta en marcha del proyecto. Ahora es un barrio transitable y con movimiento, antes ni se podía transitar: «había prostitución, podían robarte, la gente ni pasaba por allí» (Entrevista IC03). La postura de la asociación de vecinos es totalmente diferente y se transmite que era un «barrio normal, sin problemáticas que destacar, si cabe, algunos casos aislados de clubs nocturnos» (Entrevista IC07).
Entre los espacios culturales que ocupan el distrito destacan el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) inaugurado en 2003, cuya sede es el racionalista antiguo mercado de mayoristas de 1938, el Teatro Soho Caixabank y acciones artísticas como el MAUS, un museo abierto de arte urbano. Soho Málaga es un claro ejemplo de flujo de gobernanza top-down (de arriba abajo), en el que las administraciones públicas, concretamente el Ayuntamiento de Málaga, llevó a cabo una serie de acciones urbanísticas, culturales y económicas para la creación de un nuevo distrito creativo denominado Soho Málaga, barrio de las artes.
El segundo estudio de caso es el Cuadrante Noreste del Casco Histórico de Sevilla, delimitado por las calles San Luis, Amor de Dios, Jesús del Gran Poder y Feria. En los últimos años se ha configurado como un centro de innovación y creatividad, con una gran concentración de artistas, diseñadores, emprendedores y empresas de tecnología y cultura. Destacan sus espacios creativos como la Caseta de Cambio de Agujas, el Centro Rompemoldes, el Pelícano y la Antigua Fábrica de Sombreros. Además de este tipo de espacios de titularidad pública y privada, el Cuadrante tiene una alta concentración de talleres de artistas y galerías de arte. La zona ha sido objeto de intervenciones urbanas en accesibilidad y estética. Se trata de un distrito creativo eminentemente bottom-up (de abajo arriba) en el que los colectivos de artistas y vecinales interactúan, generando sinergias que desembocan en un ambiente creativo. La configuración urbanística del barrio, con construcciones de pasado industrial, promueve espacios de creación y participación.
Las personas entrevistadas en ambas ciudades coinciden en la preocupación por la sostenibilidad de sus entornos creativos, concretamente con el encarecimiento de la vida, la turistificación y la gentrificación. Hay creativos que han tenido que trasladarse de barrios debido al encarecimiento de la vida, especialmente la vivienda y los lugares de trabajo. La cultura difícilmente se puede instalar en barrios donde los alquileres no están baratos. Como señala el entrevistado IC10, emprendedor y propietario de una empresa en Soho Málaga, «no sé si tendré que irme de aquí como sigan subiendo los alquileres… Porque al final los locales han subido de precio, los alquileres se suben, todo sube y, entonces, ese tema artístico, no tiene una rentabilidad como para seguir estando en el barrio»; «Muchos compañeros se están yendo porque están subiendo los precios» (IC18, ceramista y actriz, Sevilla); «Si ahora lo tuviera que alquilar no podría. Esto se ha puesto de moda. Si tengo que cambiar de taller, me voy a otro sitio» (EC15, herrero, Sevilla).
Otros señalan a la turistificación como un problema que podría provocar su salida del barrio, incluso señalan que muchos espacios creativos se están convirtiendo en viviendas turísticas. El impacto del turismo afecta de lleno a la pérdida de la identidad local y la saturación de ciertos sectores, como la hostelería. Entre las personas entrevistadas se constata la preocupación por la preservación de la identidad cultural y artística de los barrios frente a los cambios inducidos por el turismo y la gentrificación.
Los literales de otras tres personas entrevistadas ejemplifican cómo el impacto del turismo afecta de lleno a la pérdida de la identidad local y la saturación de ciertos sectores, como la hostelería. Como se observa, se constata la preocupación por la preservación de la identidad cultural y artística de los barrios frente a los cambios inducidos por el turismo y la gentrificación. Pérdida de lo humano, de relaciones de vecindad, que se asemejan al concepto de mundo líquido acuñado por el sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman (1999).
Es una pena que el barrio se quede sin gente de toda la vida, sin malagueños… Antes no existía ningún negocio que no pasara por las relaciones públicas de las personas que habitaban la calle… Se ha perdido ese ambiente castizo de barrio, lo que están abriendo son bares y restaurantes. Esto va a acabar como el centro de Málaga, como el otro centro. Va a acabar siendo «guirilandia», que es lo que interesa. Hoteles, AirBnB y tal, y a los museos, poca gente va a los museos que promocionan esta ciudad… El barrio va a evolucionar a un barrio de ocio, bares y restaurantes. Eso va a cortar la paz que tenía este barrio (Entrevista IC08, pintor y galerista, Málaga).
Ese barrio de las artes, como yo digo, se ha ido deteriorando, ha ido mejorando comercialmente, de carácter turístico comercial, pero como barrio de las artes como comenzó antiguamente o en 2016 no hay tanto (Entrevista IC09, fotógrafo y profesor de fotografía, Málaga).
El barrio se ha convertido en carga y descarga… Ya sabéis, la globalización y el tema de la turistificación y el agobio de tantísimo turista de todo tipo sin ningún tipo de cortapisas y lo que conlleva, las molestias, los ruidos, los pisos turísticos, la carga y descarga de mercancía en nuestras calles, el querer que peatonalizaran y ahora ya no queremos, porque eso significa terrazas con una ocupación máxima (Entrevista IC07, asociación de vecinos, Málaga).
De una forma u otra, todas las personas entrevistadas resaltan la importancia de la participación ciudadana en la revitalización y gestión de estos barrios. Se mencionan iniciativas ciudadanas, asociaciones de vecinos y mesas de trabajo como ejemplos de cómo los residentes se involucran en la toma de decisiones sobre el futuro de sus comunidades. Además, se destaca la colaboración entre distintos actores, como artistas, comerciantes, instituciones y residentes, para abordar desafíos comunes y promover el desarrollo sostenible en las ciudades en general y en los distritos creativos en particular. Se menciona la importancia de mantener espacios para artistas y artesanos locales junto con la necesidad de promoción de eventos y actividades culturales que reflejen la diversidad del barrio.
3. Conclusiones
Este capítulo ha identificado retos que van a marcar el futuro de los distritos creativos, especialmente el de quienes son su pieza angular en el desarrollo de estos procesos: artistas, artesanos, creativos o la clase creativa identificada hace más de una década por el profesor de la Rotman School of Management Richard Florida (2002). Como acertadamente recoge Carlos García Vázquez en el capítulo 2 de este libro, como este grupo se ha convertido en uno de los motores económicos de las ciudades contemporáneas, asistimos a una gran paradoja: «si en el siglo XX las ciudades trataban de captar actividades económicas que atrajeran trabajadores, en la actualidad las ciudades tratan de atraer a este tipo de personas porque atraen actividades económicas».
El análisis realizado a partir de la revisión de fuentes secundarias y primarias de 23 entrevistas realizadas a informantes clave en el Soho de Málaga y el Cuadrante Noreste del Casco Histórico de Sevilla, entre creadores, gestores culturales, representantes vecinales y administraciones públicas, describe de manera clara uno de los retos más significativos que enfrentan los distritos creativos en la actualidad: el impacto de la gentrificación y cómo afecta tanto a los residentes originales como a la dinámica social y comercial de las zonas. Uno de los problemas principales es el aumento de los precios de los inmuebles, lo que dificulta que los habitantes tradicionales sigan viviendo en esas áreas. Este fenómeno, vinculado al atractivo de la zona para los turistas y la revalorización de los inmuebles, genera un desplazamiento de las personas y, a la vez, cambia el carácter del vecindario.
Un aspecto crucial de este análisis es cómo las experiencias turísticas y comerciales empiezan a tomar precedencia sobre las necesidades de los residentes, lo que puede resultar en la pérdida de la identidad y el carácter histórico de esos lugares. La sustitución de los comercios locales por tiendas orientadas al turismo, como souvenirs o cafeterías de moda, puede contribuir a un proceso de homogeneización y pérdida de la autenticidad de la zona.
Este tipo de situaciones puede generar un dilema entre el desarrollo económico que trae la llegada de turistas y el respeto por las comunidades locales. La pregunta clave sigue siendo cómo lograr un equilibrio entre la revitalización y el desarrollo de los distritos creativos sin sacrificar a los residentes originales ni la identidad cultural de los lugares. Bajo nuestro punto de vista, cualquier estrategia de desarrollo urbano debe considerar además de la infraestructura física, las condiciones sociales y económicas que permiten que dichas comunidades creativas prosperen.
De las entrevistas realizadas aparecen nuevos temas de investigación que tienen que ver con el desplazamiento de los artistas hacia localidades más pequeñas debido al aumento de los alquileres en los distritos creativos y refleja una tendencia cada vez más visible en muchas ciudades. Los artistas, que en muchos casos son los motores iniciales de la transformación y dinamización de estas áreas, pueden verse forzados a abandonar sus estudios o talleres cuando los costos de vida se disparan y las condiciones de habitabilidad ya no son accesibles para ellos.
El fenómeno de los artistas moviéndose a zonas periféricas o rurales abre nuevas dinámicas, como el surgimiento de nuevos polos creativos fuera de las grandes ciudades. Este tipo de desplazamiento podría cambiar las estructuras de producción cultural y artística, haciendo que las creaciones se distribuyan de manera más equitativa en el territorio. Se podría investigar cómo las ciudades medianas o incluso zonas rurales están acogiendo a estos creativos y cómo esto impacta en su desarrollo cultural y económico. Si los artistas empiezan a buscar espacios más baratos en localidades más pequeñas, ¿podrían estas localidades transformarse en nuevos distritos creativos? Esta expansión podría tener efectos positivos, como la democratización de la cultura, pero también podría generar tensiones con la comunidad local, que tal vez no esté preparada para asumir este tipo de transformación rápida.
Investigar estos temas podría no solo arrojar soluciones para los artistas desplazados, sino también ofrecer recomendaciones para la planificación urbana de cara al futuro.
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Código |
Personas entrevistadas |
Perfil |
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IC01 |
Alberto López |
Gestor cultural Málaga. Cultopía |
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IC02 |
José Cardador |
Gerente Urbanismo Ayuntamiento de Málaga |
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IC03 |
Aurora Requena |
Arquitecta municipal Ayuntamiento de Málaga |
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IC04 |
Paula Cerezo |
Arquitecta municipal Ayuntamiento de Málaga |
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IC05 |
Helena Juncosa |
Directora CAC Málaga |
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IC06 |
Leopoldo Mérida |
Agencia Dr. Watson |
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IC07 |
Mercedes Martín |
Asociación de Vecinos Soho Málaga |
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IC08 |
Ignacio del Río |
Pintor y galerista. Málaga |
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IC09 |
Fer Gómez |
Fotógrafo Love Ladrillo. Málaga |
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IC10 |
Manuel Criado |
Emprendedor y Presidente de la Asociación de Empresarios del Soho Málaga |
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IC11 |
Alexa Grande |
Pintora Sevilla |
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IC12 |
Macarena Gross |
Fotógrafa Sevilla |
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IC13 |
Gonzalo Acosta |
Geógrafo y urbanista Sevilla |
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IC14 |
José Laulhé |
Arquitecto Sevilla |
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IC15 |
Alex Richter |
Herrero Sevilla |
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IC16 |
Marieta Matos |
Comerciante Sevilla |
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IC17 |
Natacha Ródenas |
Gerente Federación Artesanos Sevilla |
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IC18 |
Alicia Moruno |
Ceramista y actriz Sevilla |
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IC19 |
Rosario Andrade |
Diseñadora textil Sevilla |
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IC20 |
Eva Pozuelo |
Diseñadora textil Sevilla |
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IC21 |
Pablo Fernández |
Luthier Sevilla |
Referencias bibliográficas
Castro-Higueras, A.; Navarro-Ardoy, L.; Pérez-Rufí, J.P.; Carballeda-Camacho, M. (2024b). SEVILLA, refugio creativo. Universidad de Málaga. https://doi.org/10.5281/zenodo.17348045
Florida, Richard (2017): The New Urban Crisis, Nueva York: Basic Books
León, José (2000): La Alameda de Hércules y el Centro Urbano de Sevilla: hacia un reequilibrio del Casco Antiguo, Sevilla: Universidad de Sevilla.
Quijano, Estefanía (2020): «Gentrificación, clases sociales y nuevos actores urbanos en el centro de Bogotá (Colombia)», Ciudad y territorio. Estudios territoriales, núm. 206, pp. 887-900. Recuperado de: https://doi.org/10.37230/CyTET.2020.206.11
Sáez, Antonia; Barrado, Diego A. (2012): «Las industrias creativas: el caso del área urbana de Sevilla», en Miramontes, Álvaro; Royé, Daniel; Vila, José Ignacio (coords.): Las ciudades y el sistema urbano. Reflexiones en tiempos de crisis, Santiago de Compostela: Meubook, pp. 63-72.
Tabla 1. Influencias positivas en los distritos creativos.
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Acceso a recursos —Apoyo gubernamental. —Hubs creativos que fomenten la colaboración entre artistas. —Redes de colaboración internacionales. |
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Buena infraestructura —Espacios accesibles. —Buena red de interconexiones. |
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Comunidad participativa —Comunidad activa. —Programas educativos para promover nuevas habilidades. |
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Reconocimiento de valor cultural —Políticas públicas que apoyen y promuevan el patrimonio local. —Eventos y festivales que visibilicen. |
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Nuevos talentos —Un entorno que ofrezca seguridad y nuevos estímulos para atraer a nuevos creadores. |
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Ausencia o falta de financiación —Difícil acceso a recursos económicos necesarios. —Desinterés por parte de las autoridades. |
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Gentrificación —Una mayor comercialización puede suprimir la autenticidad cultural. —Incremento del costo de vida. |
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Fragmentación social —Conflicto entre los promotores externos y las comunidades locales. |
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Entorno hostil —Falta de espacios adecuados para la creación artística. —Burocracia excesiva. |
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Desconexión cultural —Proyectos que no respetan las tradiciones locales, lo que provoca rechazo social. —Proyectos con enfoques únicamente comerciales, sin tener una visión a largo plazo. |
Mapa 1. Soho Málaga. Delimitación por secciones censales.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística.
Mapa 2. Cuadrante Noreste del Centro Histórico de Sevilla. Delimitación por secciones censales.